Capítulo 18

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"La despedida y despertar sin Livana"

*Al día siguiente*.

Narra Nico.

Me siento tan cómodo, al recordar a Livana, a mi pequeño rayo en mis brazos, que nadie nos separe, y que ella se sienta viva a mi lado es algo tan alegre, y me llena de felicidad.

Pero de un momento a otro el suave recuerdo es suplantado por una oscuridad y en el fondo logro captar una sombra.

- Te amo amore mío... -escucho decir

Me doy la vuelta, percatándome que es la voz de mi pequeño Rayo.

- ¿Dónde amore mío? -pregunto buscándola.

Pero no escucho respuesta por ella misma, sólo logro escuchar un sollozo.

Eso logra alarmarme, y correr en dirección a la sombra, llego a ella y la abrazo.

Siento los temblores de los sollozos de Livana.

- Perdóname... perdóname Nico, por favor... no me odies -la escucho decir entre sollozos.

Pero no entiendo por qué me lo dice.

- No podría hacerlo, aunque quisiera... te amo tanto para poder hacerlo, incluso pensarlo...  -repetí las mismas líneas que alguna vez se las dije.

Ella solo se separó de mí, me miro, y cuando lo hice sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

- Ti amo amore mío, nunca lo olvides... -susurra Livana para dejar un suave beso en mis labios.

Y desaparecer...

Ese beso se sintió como a una despedida, no puede ser... no...

Justo cuando empecé a despertar y sentir los rayos del sol *Maldito Apolo* para luego buscar con mis manos el cuerpo de mi hermosa, mientras rebuscaba no la sentía tampoco cerca por lo que... abrí de golpe mis ojos, asustado y preocupado.

El beso si fue real, el beso fue... fue... una despedida

- ¡NO! ¡LIVANA! ... - grité asustado

Al mirar alrededor mío y no captar su presencia me empecé a preocupar, entonces me coloqué ropa y salí corriendo en dirección a la cabaña de Zeus.

- Livana... amore mío -empecé a gritar

Al llegar toqué algunos golpes desesperado al no recibir respuesta me preocupé más, usé el viaje sombra para entrar y vi que no estaba mi pequeño rayo por ningún lado, sentía mi corazón acelerarse, logrando que me tiemblen las manos.

Mi corazón se aceleraba, un miedo empezaba a consumirlo mi cuerpo, ¿dónde estaba mi pequeño rayo?, ¿Dónde?... no me puede... -Aguanto un sollozo- haberse ido...

No pudo haber desaparecido, así como así

- A lo mejor está con Grace -pensé.

Fui corriendo al comedor encontrándome solo con Jason y Pipper, quienes me miraron con curiosidad, los miré, me asusté y corrí en dirección a la Casa Grande.

Mi cuerpo empezaba a temblar, mis manos también, sino estaba en ningunos de los lugares que busque... ni sentía su presencia... eso... eso solo significa que... ¡¿NO!? ¡NO PUEDE ESTAR SUCEDIENDO ESTO!

- Quirón... -lo llamé, azotando la puerta.

Lo miro, estaba jugando a las cartas con el Señor D, quién me miró con molestia.

El Rayo y La Muerte (Nivana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora