El teléfono del chico volvió a sonar. Esta vez Casey se lo arrebató y contestó.

—¿Ho...? —Ni si quiera pudo terminar pues una voz con tono de urgencia sonó en la otra linea.

—¡Maldita sea, Matt!—su voz se escuchaba entrecortada como si hubiera estado corriendo— ¡Necesito tu ayuda!

Casey pensó que esta era la oportunidad perfecta. El castaño era bueno, definitivamente lo ayudaría.

—Tu amigo... —empezó y miró el nombre en la pantalla— ...Luke, dice que necesita ayuda.

El castaño intentó ocultar la mirada de preocupación que apareció en su rostro y cortó la llamada.

—Parecía algo importante —agregó la chica, impaciente porque se fuera.

Matt maldijo por dentro y Casey pudo ver claramente las intenciones del chico. Era hora de huir.

—Bien, la parada de autobús está en la esquina...—arrastró un poco las palabras— Así que me voy.

Sin esperar respuesta se volteó.

—¿Ni un beso de despedida?  —escuchó que preguntó el chico pero su telefono volvió a sonar. Esta vez, contestó.

Casey siguió con su camino.

No es que tuviera algo en contra del castaño, es solo que él era algo...

—¡¿Cómo que cual de todos soy?! —escuchó el grito de Matt desde donde estaba y rio.

Ese chico era extraño.

Dejó de pensar en eso cuando notó que justo en la esquina de la parada de autobus, apoyado en la pared de una casa, un hombre estaba fumando.

Como por impulso volteó para ver si Matt seguía allí, pero se había ido.

Negó con la cabeza y pensó que estaba siendo paranoica. Seguro era un buen hombre que ni si quiera se habia percatado de su presencia.

Giró la cabeza y sintió un ligero mareo, lo cual resultaba extraño, ya que solo tomó una bebida sin alcohol que le trajo Matt. ¿Le habría dado otra cosa?

Claro que no, era...Matt.

Se detuvo un momento para tomar una respiración profunda y estuvo a punto de seguir caminando cuando sintió una presencia detrás de ella.

Fruncio el ceño pensando que era el castaño, hasta que algo frío y filoso se posicionó en su cuello.

Sus ojos se abrieron a más no poder y se quedó completamente inmóvil. Un sudor frío le recorrió la frente y su respiración se agitó junto con los latidos de su corazón. Ni un grito de auxilio pudo salir de sus labios porque cubrieron su boca al instante.

"Ay dios"

"El asesino"

"¡Voy a morir!"

Maldijo a Matt y lo acertadas que habían sido sus palabras, mientras el miedo la impulsó a luchar por soltarse.

Se movió con desesperación, pateo en todas las direcciones posibles e incluso mordió la mano del desconocido, pero empezó a sentirse muy cansada. Todo le dio vueltas y sus movimientos empezaron a ser lentos y torpes.

"El hombre que estaba fumando", recordó.

Lo buscó desesperada con la mirada y...gracias al cielo seguía allí, con los ojos abiertos a más no poder y el ceño ligeramente fruncido.

Él había contemplado toda la escena y ahora...

Ahora iba a ayudarla.

Sí.

Eso hubiera estado mucho mejor.

Pero el hombre dio media vuelta y se fue. En vez de ayudarla, corría más rápido de lo que ella hubiera podido.

En ese momento dejó de luchar. Se quedó mirando el lugar en el que estaba el hombre hace unos segundos, perpleja.

La escena de él corriendo lejos de allí se repetía una y otra vez en su mente.

La persona detrás de ella seguía sin soltarla, sin moverse. Esperando.

A partir de allí todo pareció pasar en cámara lenta. Sus piernas le fallaron y se deslizo lentamente hacia el suelo. La mano tapando su boca desapareció, así como la presión del objeto filoso en su cuello. En vez de eso, unos brazos la sostuvieron por la cintura y la alejaron del frió suelo. Todo estaba muy borroso. Lo único que alcanzó a escuchar fue un vago susurro.

—No esta vez, Casey.

Ya no quedaba nadie en las calles. Las luces de las casas estaban apagadas. Podríamos decir que nadie, además del hombre que huyó por su vida, observó lo que sucedió esa noche.

Pero no fue así.

Porque desde las sombras alguien más observó con perplejidad la escena.

Y no hizo nada para impedirlo.


...



<3

La mente del Psicópata © [Trastornos 1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora