Si nadie la ve, no es real

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...


T R E I N T A  Y  S I E T E

» La transición de una identidad
a otra puede aparecer de forma brusca e inmediata con notoria presencia de la nueva identidad que toma el control o puede ser de manera paulatina sin notar cuando esta ocurre


...








—Pero... Ella estaba allí...

—Te lo dije, Matt —dijo su hermano apoyado en la pared cruzado de brazos—  Estás volviendote loco.

Al escuchar esto, Matt volvió a recostarse con pesadez en la cama.

—Déjame solo —dijo a penas audible.

—Debes dejar de pensar en ella. No es bueno para ti.

—Pero no puedo —Matt se agarró la cabeza con ambas manos, se sentía un poco mareado— Ella no está solo en mi cabeza, te juro que la vi.

Su hermano se acercó hasta la cama y se agachó hasta quedar a su altura.

—Si los demás no pueden verla —habló como cuando le explicas a un niño pequeño—, entonces no es real.

Matt lo miró con tristeza.

—Era ella —susurró y al instante una mueca de dolor se dibujo en su rostro— La cabeza me duele tanto

—Duerme, Matt, duerme. Al dormir todos tus problemas y preocupaciones se esfumaran.

Parecía que el castaño escuchaba y la vez no, pues su mirada estaba perdida en algún punto lejano de la habitación casi completamente a oscuras.

Su hermano se sentó en la cama junto a él, llamando su atención y acarició su cabello.

—Cierra los ojos, Matt. Te contaré una historia.

El castaño lo hizo e intentó relajarse. Así, sin voces ni fantasmas o lo que fuera que haya sido la chica, solo escuchando la voz de su hermano se sentía completamente tranquilo.

—Había una vez... Un alegre castaño enamorado de una chica que no correspondía sus sentimientos.

Matt abrió los ojos y levantó la cabeza, dolido al pensar que hablaba de él.

—No quiero escuchar esa historia.

—Shhh, te va a gustar.

Su hermano volvió a recostarlo en la cama y continuó:

—El castaño estaba tan enamorado de la chica que siempre le contaba a su mejor amigo de ella. Cómo era, que le gustaba, que hacía en sus tiempos libres e incluso le detallaba lo hermosa que se veía cuando dormía por las noches. Porque ese castaño era un acosador, siempre la observaba, la seguía y cada noche subía hasta su ventana para verla dormir.

—Esto no me parece gracioso. Respeta mis sentimientos.

—No tiene nada que ver contigo, ya duérmete —exigió con algo de molestia por ser interrumpido, luego suavizó su mirada y siguió:— Al saber tanto de la chica, su mejor amigo no pudo evitar enamorarse de ella. Quería acercarse, hablarle, invitarla a salir, pero no podía hacerle eso al castaño. Así que trató de olvidarla.

La mente del Psicópata © [Trastornos 1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora