46. Mis princesas

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Seis meses... seis pinches meses habían pasado. Abraham estaba más insoportable que nunca. Erick no me hablaba y yo cada vez estaba más gorda.

-Isabel...

-Dejame, te odio.- dije pateando a Joel. Últimamente él se llevaba todos mis golpes e insultos. 

No quería tratarlo así, pero lo unico que hacia era joderme. Todo ultimamente me molestaba, queria estar sola.

En mi cuarto mes de embarazo, Abraham intentó recostarse conmigo. Pues, creo que no podrá tener mas hijos porque la patada que le di en la entrepierna fue super fuerte.

-¡Isabel!- gritó Renato viendome serio.  Gruñí y miré a Joel.

-Disculpa- dije sonriendo falsamente. Él asintió.

Con ayuda de la pierna de Christopher, me levanté y salí del estudio. Todos en el estudio, o mejor dicho... en todo el mundo sabian lo de mi embarazo. Incluso las cncowners.

La noticia fue imposible ocultarse más, puesto que mi barriga cada vez era mas notoria y por mas que intentaba usar cosas anchas, en los concierto me hacian derretir de calor.

-Ahí estás- escuché una voz. Me giré viendo a Ale, la nueva asistente de la banda. Mas que una asistente era una amiga. Con ella podía desahogarme y de la llevaba muy bien con las chicas.

-¿Me buscabas?- dije fastidiada.

-Bueno, firma aquí. Te llegó un paquete.- dijo dandome un papel y lo firmé

-Otro, gracias.- le sonreí y fui a la sala de descanso.

Me senté en un sofá y me decidí a abrir la caja.  Adentro habían unas cosas demasiado tiernas, eran unicolor, puesto que mi bebé no se dejaba ver y no sabíamos el sexo.

Algo llamó mi atención, y era que al fondo de la caja habia una pequeña carta de color verde. La tomé para abrirla pero en mi mente me preguntaba: ¿Qué era? ¿De quién era? Y ¿Qué decía?

-Isabel, Renato te llama para que termines de grabar la parte de la estrofa y vayas a descansar a casa- dijo Richard interrumpiéndome. Salté en mi lugar y él sonrió burlón.

-No me asustes así- dije tomando mi pecho.

-¿Qué hacías?

-Nada. Lo de siempre. Descansando- tomé la caja, el sobre y me fui al estudio.

Al entrar la primera mirada que me encontré fue esa mirada verde. Solo desvié la mirada y le dejé la caja y él sobre a Zabdiel. Entré a la cabina y comencé a grabar, sentía que estaba fuera de tono, que estaba diciendo un travalenguas. Todo estaba saliendo mal a mi parecer.

-Excelente- dijo el encargado de grabar.

Dejé todo en su lugar y salí de la cabina. Como Zabdiel y Richard ya habian grabando todo salieron conmigo y nos llevaron a casa. Al llegar Richard me ayudó con la caja, a pesar de que no pesaba nada. Los tres quedamos en el sofá de la sala y monté mis piernas sobre las de Zabdiel mientras recostaba mi cabeza en las de Richard.

-Cada vez falta menos, ¿cómo te has sentido?- dijo Richard estirandose para tocar mi vientre.

-Pues... es raro- reí por primera vez en todo el día.- Es lindo, y raro... es rarindo. Duele cuando el o ella se estira, pero eso me da una sensasión inmensa de felicidad.

Era verdad, cada hora, cada minuto y cada segundo era mágico. Era una de las mejores etapas de ser mujer y disfrutaba plenamente poder sentir a mi pequeño moverse dentro de mi.

-Isabel, aprovechando que estamos solo nosotros tres... y somos los que mas tenemos confianza- dijo Zabdiel rascando su nuca. Y yo asentí- ¿Cuando vas a hablar con Erick?

Ahora Somos Seis|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora