Capítulo 28.

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Pasaron algunos días desde que fuimos a suiza, ya habíamos regresado, ahora ya hablaba mas con Mauro, ya no estábamos peleados, solo que no sabía si todo seguiría igual, el se va mañana para Corea, yo me siento diferente, nunca sentí algo así, me siento como si no estuviera en este lugar, siento que mi corazón se paraliza y que no puedo respirar muy bien.

Mientras que Mauro hacia sus maletas, yo estaba en su puerta mirándolo, aunque el no se había dado cuenta de que yo estaba ahí, yo sentía mi corazón paralizado.

-Mientras más rápido me vaya, mas rápido me olvidaras.- Dijo Mauro sin mirarme.

Yo seguí en silencio, solo que ahora me acerque más a él, me senté en la orilla de la cama.

-¿Crees que lo nuestro fue el plan de Dios?- Dije intrigada, y sin mirarle.

-Creo que nos conocimos con un propósito, creo que ahora se cumple un ciclo y que empieza otro Dios quita cosas para darnos cosas mejores, es duro, pero todo con una razón, y Dios la sabe, no te mentiré yo no quiero dejarte, quisiera llevarte conmigo, pero Dios sabe por qué hace todo. Pero yo igual te amo.- Dijo mirándome a los ojos puesto de rodillas frente a mi.-

-¿Algún día nos volveremos a ver? - Dije como si fuera una niña preguntona.

- Solo Dios lo sabe, lo único que nosotros podemos hacer es empezar a orar y esperar, así como Dios hizo todo a su tiempo, como cuando le mando la tormenta a Noé, o le dio hijos a Abraham, o cuando creo a Adán, todo a su tiempo.- Dijo sin quitar su inspiración.

-Chicos- Dijo Danny interrumpiendo.- Ya no hay mas jamón ahumado para mi sándwich.

- Claro que hay- Dije mirándolo mal.

-No.- Dijo retándome

-Sí, mira-

Le mostré a Danny el jamón ahumado y lo mire desafiante.

-Oh, mira un jamón, y es ahumado- Dijo sonriendo con su mano detrás de su cuello.

-Mientras haces tú sándwich prepárame uno a mi.- Dije mientras le arqueaba una ceja.

Al llegar a la habitación de Mauro no te que no estaba, lo llame y no contesto. Fui a buscar en mi habitación, no estaba, estuve desesperada buscando un buen rato pero no lo encontré, hasta que decidí buscar en el primer piso y mientras iba bajando me encontré con la gran sorpresa, estaba junto a Vanessa, ella estaba con las llaves de la casa de el, y le decía que el le dio las llaves...

-Yo no te di las llaves, solo te las entregue para que las pusieras debajo de la roca que está afuera para luego abrir o que alguien en alguna emergencia abriera- Dijo Mauro mientras le trataba de quitar las llaves.

-Eh, no tu no me dijiste eso- Dijo ella mientras trataba de que Mauro no le quitara las llaves.-Yo pensé que ya íbamos a volver a estar juntos y me dejarías entrar a tu casa. O por lo menos eso fue lo que tu me dijiste-Dijo guiñándole un ojo a Mauro.

-Espera. Qué?- Dijo Mauro- Yo nunca dije eso.

-Claro que si-Dijo ella mientras se le acercaba para abrazarlo.

-Qué?-Dije suspirando y yendo a mi cuarto corriendo.

-Espera Tina.-Dijo Mauro- Vez lo que causas-Le dijo Mauro a Vanessa.

Me encerré en mi habitación mientras escuchaba a Mauro decirme que abriera la puerta, no quería saber nada de nadie, la verdad mi corazón realmente se sentía que se rompía en mil pedazos.

Escuche que Vanessa le dijo a Mauro que me dejara que no valía la pena, pero Mauro le dijo que no podía dejarme.

-Anda vamos- Dijo Vanessa- ¿Tu amas a Tina?

-Si- Dijo Mauro- La amo con todo mi corazón, más que mi vida.

-Oh, sentí como mi corazón se destrozaba- Dijo ella- Entonces no me amas a mi?

-Dios- Dije mientras me arrodillaba al frente de mi cama- Tu haces todo con una razón, pero no entiendo cual es esta razón, no entiendo que pasa, no sé por qué mi corazón se rompe en mil pedazos, tu eres el único que puede darme paz, Padre, dame paz y amor por Vanessa, ayúdame a comprenderla mejor.- En ese momento entendí que no sabía si realmente Vanessa había conocido de Dios en algún momento, ella no hacia eso porque quisiera, bueno en cierto modo sí, pero más que por que quisiera lo hacía porque no entendía todavía que había un bien y un mal, ella no sabía que existía algo mejor que nos puede hacer felices.

-Si Vanessa.- Dijo Mauro con tono feliz- Yo te amo.

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La vida de una chica cristianaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt