POV CAMILA

No pude simplemente dejarla dormir como si nada. Mi cuerpo pedía a gritos estar junto al de ella. Lo pensé por bastante tiempo mientras ella iba cayendo frente al sueño hasta que me decidí. Decidí que no lo haría. ¿y si acercarla a mi esta noche implicaba alejarla los próximos días? Jamás tomaría ese riesgo. Así que solo cerré los ojos y me propuse dormir lo mas tranquilamente posible. Para mi sorpresa unos 10 minutos después sentí que alguien me abrazo, y ese alguien no podía ser nadie mas que ella. Atrajo mi cuerpo al suyo y se acurruco de una manera que jurarías que no debe absolutamente nada. Como si fuese solo una niña. Y al menos por un  instante, esos minutos con ella de esa manera hasta que me quede dormida, al menos en ese momento la tuve de vuelta, la sentí de la misma manera que años atrás. La sentí completamente mía.

Para mi mala fortuna “de lo bueno, poco” dicen por ahí. Y en la mañana toda mi satisfacción aunque fuera de fantasía se esfumo.

Supe en el momento en que salió que algo había comprendido, incluso tal vez algo había recordado. Fuese lo que fuese no reacciono del todo bien pero, tampoco sería un impedimento para mi. De hecho era una ventaja.

Me tire en la cama de nuevo y en cosa de segundos me quede dormida aunque no por demasiado tiempo. Desperté unos 30 minutos después me asome para el pasillo, no había rastros de Lauren. Baje la escalera con un pánico terrible a que se haya ido cuando por fin la vi en la cocina preparando algo de comida.

—Buenos días —dijo con un humor completamente distinto al de hace un rato —¿Quieres desayunar?

—Ahhh claro.

—Siéntate entonces… estará listo en unos minutos.

—¿Esta todo bien? —Pregunte ahora si sin entender nada.

—Claro, ¿Por qué no habría de estarlo?

—No… es solo que… nada, olvídalo. —Y ella me quedo mirando.

—Como quieras.

—Iré a ducharme —Dije yendo hasta las escaleras.

—¿Entonces el desayuno?

—Bajo en un rato. Mientras te doy tiempo de acabar.

Fui hasta las escaleras y entre directo al baño de mi habitación ¿Qué le pasaba? ¿Ahora además de loca era bipolar? En fin. Supongo que en esta vida o la que fuera, jamás acabaría de comprender a Lauren. Lo malo es que intentar hacerlo seria la misión de mi existencia en cada una de ellas, estaba segura.

Deje que el agua me relajara por casi 10 minutos y Sali. Baje de nuevo hasta la cocina donde ya estaba absolutamente todo listo y perfectamente acomodado.

—Y… ¿a que debo el placer?

—A dejar que me quede en tu casa y a ayudarme con todo lo de mis padres.

—No es nada. —Se sentó frente a mi para comenzar a desayunar —Sabes que yo haría cualqui… bueno, no importa.

—Claro —Ella bajo la mirada —Y… ¿Qué vamos a hacer hoy?

—¿Quieres salir?

—Claro… no soporto mucho estar encerrada en un lugar.

—Bueno… el clima no es muy bueno pero… —Pensé un poco cuando se me ocurrió algo perfecto —Podemos ir a la playa.

—La playa…

—Claro. Es el lugar perfecto para ir, distraernos un rato y que no pase nadie que pueda reconocerte antes de tiempo.

—Creo que… me agrada la idea.

—Bueno. Entonces acabemos esto, tomemos un par de cosas mas para el almuerzo y vayamos.

Y así se hizo. El resto del desayuno fue increíblemente toda una gran conversación. Pareciera que lo de en la mañana nunca había pasado y a estas alturas no sabía si eso era lo mejor. Incluso menciono algo de su anhelada boda, de la cual, yo no podía opinar mucho. Al menos no mucho que fuera bueno, porque mientras a ella se le partía la cabeza en preparativos a mi se me partía el corazón al escucharla.

Ella siempre fue una mujer de lo mas fuerte y eso no cambio en su esencia. A pesar de todo lo que ha vivido y sufrido con ella misma nunca deja de sonreír y buscarle algo bueno a todo. Mientras ella hablaba y hablaba yo pretendía que la escuchaba cuando de verdad estaba pensando… ¿sería mejor dejar todo esto como esta? Por mas que me doliera, ella parecía estar muy feliz con su nueva vida. La única que aparentemente había conocido. Ella está mejor que nunca, con un empleo un tipo que aunque me enferme pensarlo, se le nota hasta los codos que la adora… y ella a el. ¿Y si nunca la hubiese seguido? ¿si hubiéramos pasado de largo? Tenía pensado hoy llevarla hasta la playa a donde ella y yo solíamos escapar de la rutina y en donde pasamos muchos de los mejores recuerdos que tengo a su lado. No será la misma circunstancia pero, quizás ayude. ¿Aunque si no? ¿Debería segur tratando de quebrar sus ilusiones?

Más de una vez me hice el mismo comentario en mi cabeza, casi tratando de tragarlo y aceptarlo “Tal vez ella este mejor así” Tal vez no tenía caso seguir con todo esto. Ahora solo sabía que cargaba con la responsabilidad de regresarla a su familia y terminando mi último trago de jugo de la mañana, me decidí. Si eso no funciona, seguramente nada más lo haría. Y yo debería empezar a ver por donde rehacer mi vida… de nuevo.

Al terminar Lauren subió a cambiarse de ropa por algo más abrigador para ir a la playa y yo me quede en la cocina para organizar todo. Termine de lavar y secas los platos y cuando abrí un cajón para guardar algunos cubiertos me topé con una foto. La recordaba, sabia casi la hora en que había sido tomada. Esa foto estaba en el escritorio de Laur y nos la había tomado su padre el día en que juntamos a nuestras  familias para anunciar el compromiso. Ambas lucíamos tan felices. Mataría por regresar a esos tiempos. Sobre esta había una nota cuya letra reconocí de inmediato.

“La vida es un juego del cual, nadie conoce las reglas con exactitud. Pero recuerda que no por miedo a perder vas a dejar de jugar.

Tu mas que nadie debería ahora de demostrar eso. Te quiere, Mamá”

A prueba.Where stories live. Discover now