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28 de septiembre.

Puedes correr, pero no puedes esconderte...

Yo solo seguía corriendo.

Mire hacia atrás, no logre ver nada; cuando volví mi vista al frente, tropecé con una roca, caí e inmediatamente mis brazos se llenaron de rasguños.

Volví a mirar hacia atrás y, esta vez, realmente tuve miedo...

No era un ángel el que me perseguía.

Era un demonio.

Cassie.

El Diario De Cassie ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora