16.

3.6K 372 10
                                    

13 de agosto de 2017.

Hora: 10:09 pm

Querido amigo, permíteme decirte —o escribirte—, que estoy casi segura de que la tensión en mi casa se puede palpar. Sé que mis padres están felices porque me iré dentro de poco y quizás cuando regrese.

Si es que lo hago.

Es normal, han lidiado con esto demasiado tiempo y definitivamente nadie debería de hacerlo. Ni siquiera ellos. También, quiero decirte que acaba de pasarme algo... demasiado raro. Te lo cuento porque, de alguna manera, me hace pensar con más claridad.

De alguna forma... me hace creer que todo lo que me pasa es real. Y que no estoy paranoica.

En fin. Hace rato salí a botar la basura, era temprano alrededor de las seis y cincuenta, pero mi mamá tiene una estricta regla de cenar a las seis y media de la tarde, ni un minuto más ni un minuto menos. Sea como sea, abrí el contenedor de basura para dejar la bolsa dentro.

Un escalofrió me recorrió los nervios de mi cuerpo. Di media vuelta para ver hacia la calle, estaba oscuro, aunque no ha caído la noche por completo. Las nubes grises cargadas de agua ocultaban los últimos rayos del sol del día.

Alguien está conmigo.

No sé cómo lo supe. Quizás al pasar tanto tiempo en tu habitación, por miedo a salir, por miedo siquiera a moverte. Aprendes a notar las sutiles variaciones del ambiente cuando alguien más se acerca a ti.

Deberían darme un certificado, de hecho.

Gire y me sobresalte al ver al alguien detrás de mí.

—Cassie... —dijo. Me sorprendió que supiera mi nombre. Era un chico alto con cabello negro.

—¿Quién eres?

—No te alteres... —pronuncio intentando acercar su mano hasta mí.

—¡No te acerques! —di un paso atrás.

Se acercó más.

—No hay necesidad de hacer esto, no voy a lastimarte —se mantuvo quieto—. Solo quiero hablar contigo, no te haré daño.

No respondí, porque realmente no sabía que decir. Lo observe de pies a cabeza detalladamente. Llevaba puestos unos simple vaqueros y una franela azul. Tenía hombros anchos y una mirada que destellaba osadía en todo su esplendor.

—No tenemos mucho tiempo, ellos ya vienen...

—¿Qué dices? —Salí de mi aturdimiento al escucharlo pronuncia aquellas palabras.

—Ellos están cerca, vienen por ti.

—¿Quiénes son ellos?

—Los demonios, vienen por ti, están cerca.

¿Qué? Me recosté contra el contenedor de basura de espaldas, sin dejar de verlo. Estaba segura de que toda la sangre se había ido de mi rostro.

—Vete de aquí, ellos... vienen... están cerca...

Dicho esto, desapareció.

No sé qué demonios fue eso. Pero no logro quitarme de la mente esas palabras.

Cassie.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Diario De Cassie ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora