Entre Los Pétalos de La Vida

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Jin Won estaba rodeado. Uno de los ladrones lo trató de sujetar pero, este hábilmente, se soltó apenas lo tentó.

—Dame la flor y tu imperio no será destruido —amenazó Sav. Las espadas soltaron un agudo sonido.

—No me importan tus acuerdos, no tendrás nada de Nafta ni de mí.

—Bien —dijo Sav —A él.

Todos los soldados corrieron a cazar a Jin, pero este, se elevó con un cálido movimiento de pies. Los soldados de Sav no reaccionaban a aquella situación.

Jin elevó sus manos, que hicieron aparecer una flor de loto, luego, Jin bajó, dejando que la flor se perdiera entre las nubes.

Sobre la copa de un árbol, el pequeño Lox observaba los cambiantes tonos que en el cielo se veían. Luego de un momento, la noche cayó con una lluvia de estrellas, algo común en Buckalen. Lox caminó a casa, siendo detenido por una luz del cielo que atravesaba los frondosos árboles. Una flor acompañaba a la luz, descendiendo lentamente entre la oscuridad. Una flor que se distinguía sin necesidad de ser iluminada, blanca, de pétalos cortos y curvados.

Lox no podía apartar su vista de tan majestuoso acontecimiento. El descenso terminó en el pequeño lago que las lluvias de "Fint" habían causado, luego de eso, un silencio más intenso entró a la escena. Lox caminó apresurado, deteniéndose frente a la flor. No pasó mucho para que lo raro regresara al bosque. Los pétalos comenzaron a abrirse, liberando aún más luz que la anterior, Lox se cubrió de algo que ni él conocía. La flor de elevó, pero está vez, creando un remolino con el agua debajo de ella. Luego, se detuvo, para entrar al agua de nuevo. Lox salió de su escondite, pensando sólo en escapar, acto que fue interrumpido cuando del agua emergió un sujeto que portaba alas en su espalda. Los pies de Lox no respondieron, siendo arrastrado hacia el sujeto tras él.

—¿Do- dónde estoy? —tartamudeó el extraño ser.

—Buckalen, señorita —dijo Lox buscando una forma de escapar.  

—¿Cuál es tu nombre? —esta vez abriendo los ojos.

— L-Lox.

—Bueno, Lox ¿Me podrías ayudar? —su voz había cambiado drásticamente, mostrando una actitud calmada y dulce.

—¿Qué necesita?

—Quiero llegar al imperio Sañamo… ¿Sabes dónde se encuentra?

—Si, solo que está un poco retirado de este lugar.

—Por eso no hay problema —dijo levantando sus alas. La extraña tomó a Lox para impulsarse y volar por las nubes.

—¿Qué es usted? —preguntó Lox para romper el silencio que había durado un rato.

—Soy un ÁNGEL de nombre Nafta —respondió alegre.

—¿Ángel?

—Si, las escrituras Realeantes lo dicen.

—Y ¿Vienes del imperio Sañamo?

—No exactamente, es más complejo que eso. Cuando lleguemos te podré explicar mejor.

—Ya llegamos, es ahí abajo —dijo Lox señalando entre árboles y cimientos.

Ambos descendieron entre la densa niebla. El silencio era un compañero muy leal. Nafta llegó al suelo, bajando de su espalda a Lox. El lugar parecía abandonado.

—¿Quién vive aquí? —preguntó Lox.

—Mucha gente, me es raro que nadie haya venido a recibirnos. El puente debería tener gente, deberíamos entrar.

Cuentos Lejanos De La Mente #WOWAwards2k17Where stories live. Discover now