capitulo 33

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lo se, me odian, perdon, he tardado mucho y lamento no publicar en tanto tiempo pero ¡he vuelto! con un capitulo nuevo que espero disfruten un monton 

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Los dias seguían pasando sin clemencia, y Marianne no sabia si era por su dolor o por su odio pero algo no andaba bien el ella, se notaba distinta, había bajado de peso, lo sabia porque su ropa antes ajustada le quedaba inmensa, estaba mas palida y difícilmente conciliaba el sueño en las noches pero ¿Qué la tenia asi? Había acudido a algunos especialistas y ninguno sabia porque era realmente su deplorable condición, sin embargo no estaba enferma o no lo sentía así pero no era ella quien para juzgarlo


--mi señora-murmuro corinna tras la puerta de la habitación en la que la pelirroja se hospedaba--el cochero esta listo y su caleza le espera

--enseguida salgo--respondió tranquilamente mientras se miraba por ultima vez en el espejo


                 (...)

--es siempre un placer verte Marianne--murmuro la mujer de ojos lilas cansados y cara arrugada--pero que te ha traído el dia de hoy por aquí cariño

--eso claramente ya lo sabes meiko

--de sasberlo no lo preguntaría

--pues en vez de andar preguntando porque no simplemente cierras la boca y ya esta

--valla—murmuro la mujer frunciendo el ceño--¿desde siempre eres tan tirana o es que lo has practicado frente al espejo?

--...--ante el silencio de la mas joven la mujer de mayor edad curvó los labios en una sonrisa socarrona

--lo tomare como un 'me sale natural' ¿bien?

--meiko, no estoy para perder el tiempo he venido a lo de siempre y cada minuto de mi dia vale oro así que apresúrate

--parece que no te han enseñado que en casa ajena no se debe gritar pero esta bien, tomate todo tu café, ya sabes la rutina, relájate y piensa positivo ¿bien? Mientras ire a preparar las esencias florales


Marianne resoplo algo molesta y sonrio, meiko era una experta leyendo la mano y los restos del café, solia leerle ambos a la duquesa, quien no se contentaba solamente en que se leyera uno solo, pacientemente daba sorbos lentos al café y recapacitaba en todo lo que había hecho durante las ultimas dos semanas


--bien ¿has acabado?

--solo me falta un poco

--tomate tu tiempo querida


Marianne rodo los ojos y miro como meiko ponía frente a ella sobre la mesa una caja grande de madera, dio el ultimo sorbo y entrego la taza a meiko quien la miro enseguida, la mirada expectante de Marianne inspeccionaba a meiko quien miraba a su vez la taza con el ceño fruncido, algo andaba mal, lo sabia, no era normal que meiko no le dijese nada, menos aun que tampoco moviera los restos del café


--¿sucede algo?--exigió saber de inmediato la duquesa

--veo cosas malas

--¿qué cosas malas? ¿Moriré?

--no, pero veo, dolor sufrimiento, lágrimas y no son precisamente tuyas Marianne dime ¿Qué has hecho?

My Lady: boda arregladaWhere stories live. Discover now