La fe en tiempos difíciles.

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Llevo tres horas tratando de decidir si publico esto o no, porque aunque no lo parezca, una se pega un tiro (como dirían por aquí) al hablar de estos temas por acá.

Sé, estoy consciente de que la situación en otros países tampoco es muy buena y por eso me gustaría incluirlos aquí. Se que países como Venezuela, no lo sé... Siria, EUA, se que están pasando por tiempos difíciles y que posiblemente lo que estemos viviendo aquí no es nada o es poco en comparación a los problemas que enfrentan las personas en esos lugares día con día.

Aclaro: Yo no soy política, no he estudiado leyes, no sé mucho en cuanto a economía y lo que se de historia lo se por las clases de la escuela. Básicamente, no soy quién para opinar, pero (hasta ahora) esté es un país libre y todos podemos dar a conocer nuestra opinión y puntos de vista. Los valientes jóvenes de Tlatelolco lo hicieron, espero que mi generación sea valiente para hacer lo mismo y defender con fidelidad todo aquello en lo que cree.

Es difícil mantener la fe en estos días.

La situación, tanto política como economía o social no es la mejor, nunca lo ha sido en realidad.

No podemos decir que empezamos el año con el pie derecho.

No van ni dos semanas de que inició el 2017 y México no ha parado de manifestarse. Hay huelgas, marchas, saqueos, confusión, incertidumbre...
Nadie sabe con seguridad qué es lo que está pasando y honestamente dudo que las respuestas a nuestras preguntas lleguen pronto.

Como joven, como estudiante, como futura ciudadana legal de los Estados Unidos Mexicanos, tengo miedo.
Mi generación entera tiene miedo.

Porque hay riesgos, hay preguntas, hay temor.

Tenemos sueños. Somos ambiciosos en el sentido de que esperamos lo mejor. Tenemos altas expectativas de esté mundo aunque el mismo de vez en cuando nos de la espalda.

Somos soñadores natos y como soñadores, como «líderes del mañana» como nos llaman muchos, ¿creen que no tenemos miedo? ¿Creen que no nos preguntamos que será de nuestro futuro? ¿De si tendremos que comer? ¿De si tendremos la oportunidad de mantener a una familia? ¿De si conseguiremos trabajo o si seremos felices?

La cosa está de miedo y se estima que empeoré. Se rumorea que habrá escasez, que el valor del peso estará por los suelos (si es que no lo está ya), se anticipan aún más marchas y manifestaciones en contra del gobierno, que, esperemos, no lleguen a tornarse violentas.

Quiero creer que esto pasará pronto, a pesar de la infinidad de comentarios que he escuchado del tema, en verdad espero que así sea. Que el gobierno, el pueblo, la economía. Todo se estabilice. Aún así no sé si eso me haga feliz. Que las cosas vuelvan a la normalidad no significa que estén bien, ¿saben? Me voy sin juegos: La corrupción gobierna México. Sí, hay corrupción. Sí, hay delincuencia. Hay fraudes, conflictos, robos, asesinatos, secuestros, hay infinidad de cosas malas que pasan aquí a diario. Ya ni se sabe quienes son nuestros héroes.

Los adultos también están asustados, he escuchado a los reporteros, he leído artículos de opinión en las redes, he escuchado a familiares incluso hablar de lo que está pasando.
Todos tienen miedo de lo que está pasando y aún más: De lo que pasará.

Me estoy aferrando mi fe y en lo que creo. Me repito a diario mi motivación y espero de alguna forma, sea grande o chica, contribuir para que mi país salga adelante.

Yo quiero ser escritora. Esa es mi motivación. Una de tantas.
Quiero llenar el mundo de libros, quiero escribir de lo que me siento orgullosa, de lo que no, de lo que me hace feliz, de lo que me hace llorar. Quiero que México sea rico, feliz. Quiero que mi familia hoy y mi familia en un futuro crezcan en un ambiente seguro y no teman por su propio futuro.

Estoy orgullosa de ser mexicana. Amo México, amo su comida, su gente, sus paisajes. Estoy enamorada de su bandera, de su himno, de su cultura, de sus fiestas. Cada rincón que he visitado de mi país me ha parecido hermoso. Me gusta el mariachi, sí, no es que aquí en México nos paseemos por la calle con un sombrero de charro y una falda verde, blanca y roja, pero es algo que nos representa.

Y sí, soy mexicana. Como tacos, agua de jamaica, posole, me gusta el chile y bailo y canto México lindo y querido en cuanto la escucho porque me enorgullece haber nacido en este país y lo amo.

Y me entristece que toda está situación nos haga olvidarnos de eso.

¡Pero hey! Hemos pasado por malas rachas y nos hemos recuperado. Somos fuertes. Somos guerreros. Somos mexicanos.

Les pido que conservemos la fe.
No solo a los mexicanos. Todos. ¡Que el mundo entero conserve su fe! Sean mexicanos, estadounidenses, chilenos, venezolanos, argentinos, etc. Si eres una persona, lucha por eso en lo que crees. A pesar de la dificultad, de los desafíos. Así es la vida. Está cargada de malos ratos y de experiencias no muy alentadoras, eso es verdad. Pero si somos fuertes, no perdemos la fe y luchamos, al final, las pruebas (aunque en su momento no lo parezcan) servirán a nuestro beneficio.

En todo caso, les recomiendo tomar sus precauciones, ya saben, cosas como tener un almacén, ahorrar... Solo por si acaso.

No vengo aquí muy a menudo y mucho menos a ponerme en plan serio. Creo más que nada que esto lo escribí para tranquilizarme a mi misma y darme fuerzas porque estos días he estado asustada y dudando de mi futuro. Espero haberle dado ánimos a alguien más en el proceso. Siento toda la seriedad, pero rara vez me ven así.🌚😂

En mi mente no estoy siendo dramática, es solo como me he sentido, palabras que sentí la necesidad de compartir. Tampoco quiero asustar a nadie.

También siento si me exprese mal, como les digo, es lo que pienso, aunque a final del día, no soy quién para opinar.

Que tengan buenas noches y fuerza y ánimo siempre,

Liz.

Lizbeth.Where stories live. Discover now