CAPÍTULO 16: La misión.

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MARATÓN 2/3

Hera estaba preparándose en el taller de Tony, poniéndose el traje que le había hecho. El genio se reía de algo que hablaba con su novia Pepper por Teléfono, provocando que su remolino de amor le diera jaqueca a la morena. Hera aun no entendía como era que alguien podía sentir algo tan intensamente.

La morena terminó con su traje se hizo dos trenzas que sostuvieran la parte de delante de su cabello, y se fue en busca de Wanda que seguro andaba con Visión o con Steve, o ambos. Ese último tiempo se habían hecho muy cercanos ellos cuatro, pero a Hera le gustaba estar con Barton y comer tanto como dieran sus estómagos, o con Tony hablando de ciencia en su taller. Se llevaba bien con todos, pero con Natasha era como una relación madre e hija que son demasiado compinches. Los adoraba a todos y a cada uno.

Chocó los cinco de Ojo de Halcón cuando se lo cruzó en el pasillo camino al hangar. Hacía ya algunos días que se había enterado de la muerte de su hermano y se lo había comunicado a May Parker, pero lo sentía muy reciente, lo revivía una y otra vez. Se subió al quinjet y ayudó a Natasha a preparar todo buscando distraerse de su realidad.

Al momento que todos se acercaban para abordar el transporte, el teléfono de Hera sonó: Era Felicia invitándola a comer el fin de semana. La muchacha aceptó y colgó para acercarse a escuchar el repaso del plan. Natasha iba a entrar al cabaret como una mesera y atendería al pelmazo en cuestión, lo llevaría a un reservado, y en ese momento Hera entraba en acción para ayudar a Romanoff a sacar al gordo Montesco del reservado y hacerlo llegar hasta el quinjet con la cobertura del resto del equipo.

Sonaba fácil.

Hera estaba acomodándose el traje con el ceño fruncido y cara de mal humor, así que Wanda se acercó con cuidado a su amiga. Se sentó frente a ella a mirarla con curiosidad.

-¿Qué? – cuestionó la morena dejando lo que hacía para mirarla.

-Yo no hice nada – dijo la castaña levantando las manos en señal de inocencia lo que le sacó una fugaz sonrisa a Hera.

-Me refería a por que me mirabas con cara de pervertida – Rodó los ojos pero el recuerdo de Peter vino a su mente. Cuando él la miraba con seriedad, tranquilidad y curiosidad.

-Estas demasiado callada. ¿Estás asustada por la misión?

-No, no, claro que no – comenzó a balbucear Hera – Bueno sí, estoy un poco aterrada, pero eso no es nada del otro mundo... Supongo... Recuerdo que cuando era el primer día de escuela, Harry siempre me llamaba por teléfono. Me decía que si me sentía muy extraña en medio de mis nuevos compañeros podía pensar en todo lo que podía salir mal, para estar segura de que no quería que pase- Soltó una risita mirando sus manos unos segundos – Era un consejo muy estúpido, pero era un buen consejo.

-Eso es muy dulce – sonrió Wanda – deberíamos ponerlo en práctica esta noche. Pietro era muy malo dando consejos, todo lo que me ha dicho no aplica a situaciones como esta.

Riendo, las chicas se abrazaron por los hombros y se acercaron al resto del grupo. Tony las miró con una mano en la barbilla de modo pensativo.

-Estuve pensado, que ustedes son como las Gemelas bruja – el genio se movió en su silla giratoria.

-¿Sabes que no somos familia, cierto? – Wanda se señaló a sí misma y a su amiga.

-Es obvio, ojos de pez, pero a lo que me refiero, es que ustedes tienen habilidades parecidas...

-En realidad yo copio las habilidades, ella tiene la habilidad de la telequinesia y puede manipular la materia – explicó Hera mientras hablaba moviendo las manos. – Hablando de eso, ¿quieres regalármelas? – preguntó la chica mirando a su amiga que se encogió de hombros.

La chica Osborn / Marvel  - Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora