Elliot y el poder oculto.

Capítulo 4.- Carrera mortal

Elliot, huye. Corre lo más rápido posible. Hoy no quieres ser el desayuno de una bestia enorme que te está persiguiendo.

"Elliot, sí no acabas con el lobo acuífero, este no va a parar de perseguirte."

-¿Cómo que un lobo acuífero? ¿Qué leches es eso? ¡¿QUÉ HAGO PREOCUPÁNDOME DE ESO YO AHORA?! ¡HUYEEEEEEEEEEEE!-

"Elliot, ¡Idiota! No piensas que al ser un lobo acuífero, ¿No será buena idea alejarnos del río? Piensa Elliot. Tienes que sobrevivir, o sí no ambos desaparecemos. Este tipo de "animal", a parte de alimentarse de tu cuerpo, se alimenta de almas. Y no creo que se pueda resistirse a la suculenta alma de un adolescente con granos en la cara. Así que destrúyelo."

-¡Dios mío! ¿Por qué me pasa esto a mí? ¡POR  QUÉÉÉÉÉÉ! Te haré caso Jay.-

Ahora me precipito entre los miles de árboles del bosque, y tras mí un lobo acuífero, que no se que mierda es eso. Correr es algo que estoy habituado a hacer, ya que solo estoy yo en el bosque y nadie más, pero ahora... Sigo corriendo a un ritmo exageradamente acelerado, evitando cada árbol como si de una carrera de obstáculos se tratase. ¿Dónde estaría la meta? ¿Lejos? ¿Cerca? ¿La meta sería mi muerte o la de esa bestia? La meta... Espera. ¿La meta?

*Mientras Elliot mantiene su carrera. Su cabeza se ilumina por dentro. Ya no está llena de los chistes malos, ni de las eternas grabaciones. A  su mente a vuelto algo, un recuerdo de su infancia. En él, vemos a Elliot. Abrazando a su padre y a su madre.

-Venga Elliot, confiamos en ti. Sabemos que puedes ganar esta carrera, por muchos obstáculos que haya. Demuestra que el atletismo es una de tus pasiones. ¡Ánimo!- De tal forma animaba su padre al pequeño Elliot.

-Pero papi, mami. No quiero fallaros a ninguno de los dos. ¿Y si pierdo?- Respondía Elliot, con una lágrima deslizándose por su fina mejillas.

-Cariño, no llores. No no vas a decepcionarnos nunca. Siempre te querremos, hijo mío.- Su madre era delicada con él, más que su padre. Ella siempre lo mimaba con besos y caricias, como los que les estaba dando ahora. Su madre saco un pañuelo azul claro, con unas letras bordadas de color rosa palo, "L.E." Su madre volvió a guardar el pañuelo en el bolsillo izquierdo de su abrigo morado. 

Elliot les dio un último abrazo, y se preparó en la línea de salida. Él estaba listo. Preparado para ser el más veloz, como el siempre había sido. Para honrar el nombre de su familia. Mientras la cuenta atrás estaba en marcha, Elliot no podía evitar girar su cabeza y sonreír a sus padres. Una sonrisa que contestaron con un beso arrojadizo. ¡TRES, DOS, UNO...!*

"Sus recuerdos comienzan a volver..."

Mamá, papá. Yo corría carreras. Por eso no me consigo tropezar ni caer, y mantengo un ritmo acelerado. Y ese pañuelo. Lo llevo puesto. Está cosido en la parte interior de mi camiseta. Pensaba que era una simple marca. Es el pañuelo de mi madre. Mi madre, Lena Egea.

"Recuerda el nombre de su madre. Esto va demasiado rápido"

Sabes que, maldita bestia inmunda. No debería temerte. Porque no eres nada. Si eres de verdad acuífera, estarás compuesto en tu mayoría de agua. Yo me compongo de mí mismo. Ahora estoy más completo, gracias a este recuerdo. Ahora se como eran mis padres, y como se llamaba mi madre. Sé que ella me daba caricias y besos siempre. Sé que me encantaba el atletismo, y que temía a una cosa. El deshonrar a mis padres. Yo ya no te temo. Voy a detenerme ante ti. ¿Y sabes qué? Voy a destruirte. 

"Está invocando uno de los poderes. Se está recubriendo de magia azul, como el color del pañuelo de su madre. Parece que sus recuerdos son los que inducen a que surgen los diferentes poderes. No puede ser, si no se ha entrenado nunca para invocarlos. Está usando uno de los poderes más peligrosos, el poder..."

                                                                   -¡¡¡EXITIUM!!-