Capítulo XV: La cara del asesino en tres tiempos.

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Verla con camisa de fuerzas fue devastador, pero en cierta parte, ya todo parecía pintar un nuevo comienzo. Aunque sus palabras me dejaron pensando, si fue ella quien había cometido el asesinato o fue la misma persona que había matado al padre de Brian.

Sabía el pasado de Brian, su padre había sido asesinado, lo había escuchado en una discusión de mis padres. Durante años, él creyó que su padre había muerto a causa de un paro cardíaco. Estar amenazada, me había silenciado, pero seguía ataba mi padre. Nunca hablé al respecto por proteger a Brian, no quería que tuviera el mismo destino de su padre.

— ¿Qué te ha dicho tu madre? – preguntó mi padre sorpresivamente.

— Nada – respondí colocando mi mano en el corazón del susto.

Me quedé observado la camioneta hasta desaparecer.

— Estará bien - aseguró.

— ¡Eso creo! – dudé.

Los agentes policiales se reunieron en la sala de juntas con un termo de café y unos vasos plásticos. El comisario Olsen colocó el expediente del caso de Giselle sobre la mesa y resumió la situación.

— Tenemos el perfil del asesino - cruzó los brazos.

— ¿Están listos los resultados? - dijo un oficial extendiendo la mano para tomar la carpeta-. ¿Fue un hombre?

— Sí. No hay crimen perfecto y el error del asesino fue haberse dejado arañar por la victima. Fue inteligente al dejar el zarcillo para desviar nuestra atención y centrarla en quien no debimos.

Carraspeó y se sirvió café.

— El forense trabajó rápido y entregó ayer el informe descriptivo de los hallazgos. Se encontró restos de piel del homicida en las uñas de la occisa.

Un policía se levantó de golpe al caérsele encima el café.

— Disculpen.

Todos desviaron la atención hacia él.

— Continuaré.

— Sí, prosigan sin mí - se marchó.

— Bien. Recreando la escena del crimen, el asesino ya tenía planeado lo que haría. Aproximadamente a las seis de la mañana llamó a la víctima de un teléfono púbico y luego llegó a casa de a occisa. Sin duda, tuvieron una fuerte discusión que lo llevó a colocarse unos guantes, sacar una navaja y apuñalarla tres veces. En ese intento, la victima trató de defenderse, aruñando el brazo del homicida para retenerlo.

— Lo primero que busca una mujer para aruñar es la cara - dijo un policía.

Todos comenzaron a reírse.

— Esos son problemas maritales - hizo un gesto de afirmación-. Sí, problemas maritales. O mejor dicho: el problema marital sólo lo tienes tú. Bien, ella no murió después de ser apuñalada, es una deducción por la huella de la mano derecha plasmada con sangre en el suelo...

— Seguro se arrodilló para que su homicida la auxiliara - interrumpió otro policía.

El comisario asintió.

— Exacto, si hubiesen estado las dos huellas en el suelo, se podría suponer que se sostenía para no caer y morir, pero sólo estaba una huella - tomó un sorbo de café-. Él quería evitarle dolor o ensañarse, realmente no sé. Lo cierto, es que tomó un objeto metálico, golpeó con fuerza la cabeza de la víctima hasta causarle la muerte - suspiró-. Este caso realmente fue frustrante, pero finalmente el caso está resuelto. Ya logramos identificar al asesino y dimos con su supuesto domicilio.

Revealing Dreams - SacrilegioWhere stories live. Discover now