Capítulo 39- Y ¿Si fuera ella?

1.1K 67 385
                                    

Ana

No sé cómo demonios ha entrado Dani, pero me ha dado un buen susto.

Obviamente le he echado de la casa, aunque lo esté deseando y me muera por él, no voy a rebajarme tanto y volver como si no hubiera pasado nada. Si quiere algo conmigo se lo va a tener que currar, porque yo no soy el segundo plato de nadie, ni las sobras, ni un pañuelo de usar y tirar, soy una persona con sentimiento, que lo único que quiere es ser feliz con la persona que quiere, pero si esta me va a utilizar se puede ir de mi vida, así son las cosas y así soy yo.

Me ha dicho que me va a reconquistar cueste lo que cueste y que no se va a dar por vencido.

Que cosas tiene la vida, no darse por vencido, como la canción que cantaron hace casi tres años maravillosos de mi vida y este último ha sido el mejor y que he conocido a mis ídolos y casi llego a estar con uno de ellos y quien sabe, si todo sale bien, puede que acabemos juntos, pero no me hago ilusiones.

Hace un rato llamé a Celia para ver cómo estaba pero me salta el contestador, he pensado que como Dani estaba en Sevilla, quizás Jesús también, así que supongo que estará con él.

Mañana dan las notas y menos mal que los últimos exámenes me salieron bien, así que todo aprobado o al menos, eso creo.

Reviso mi WhatsApp y veo que tengo unos cuantos mensajes de Hugo. Después de dejar nuestra relación estuve cabreada con él pero hablemos y ahora se ha vuelto como una especie de mejor amigo, yo le cuento mis penas y alegrías y él hace lo mismo.

El otro día me estuvo hablando sobre su relación con Lucía, tienen algunas peleíllas, como cualquier pareja, pero van viento en popa.
Ahora está pensando en el regalo que le va a dar para reyes, aún quedan unas semanas pero le gusta tenerlo todo bajo control y preparado.

[...]

Celia

-Ella se desliza y me atropella y, aunque a veces no me importe sé que el día que la pierda volveré a sufrir, por ella, que aparece y que se esconde, que se marcha y que se queda, que es pregunta y es respuesta, que es mi oscuridad, estrella.- Empiezo a escuchar cómo me susurran una canción que conozco desde que era un pequeño y minúsculo espermatozoide.

Como no reconocer aquella canción que tanto le gusta a mí madre y tantas veces le ha cantado mi padre, al fin y al cabo, de tanto escucharla me ha acabado gustando a mí.

Es de Alejandro Sanz pero la canta mi queridísimo David Bisbal y amo su letra.

Empiezo a moverme un poco y abro mi ojo derecho.

Lo primero que veo es que estoy tendida sobre mi cama, pero apoyada sobre alguien. Giro poco a poco la cabeza y veo a Jesús, atontado, mirándome como si fuera la joya de la corona real, no para de cantar la canción. Viendo que no se inmuta empiezo a hacer muecas y gestos, consiguiendo que se ría y yo me escondo en su cuello.

-Creo que debería irme, como llegue tu padre y me vea así me deja sin el día del padre.

-Puede.- Digo divertida, porque sé cómo es mi padre y es capaz.

-¡Y te hace gracia! Muy bonito.

-Y que quieres ¿Qué llore?

Tras unos minutos en silencio, este se digna a seguir hablando.

-Oye... ¿Por qué no me dijiste que... eras virgen?- Ya ha sacado el tema que no quería tocar.

Si se lo hubiera dicho se hubiera ido corriendo de la casa y no le hubiera visto el pelo en mi vida.

La Chica De La Gasolinera⛽{GMLRS}© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora