Capítulo 2.

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1 año, 8 meses antes.

Febrero 20.  3:00 p.m.

Hace una semana volvimos de nuestro viaje en Las Vegas, Nevada. Fuimos a celebrar San Valentín y nuestro sexto aniversario. Me propuso matrimonio. Fue algo que la verdad no me esperaba, sabia que queria hacerlo pero esperaba a que me llevara a cenar a un lugar super caro. Ya saben el típico cliché. Me sorprendió, aun despues de tantos años, aun después de lo que paso hace año y medio. Es raro, tener la enorme roca en mi dedo, le repetí infinitamente que era innecesario que la roca fuera mas grande que mi dedo, me ignoro, claramente.

Tomo una caja llena de discos y películas, aún somos de esos anticuados que usamos reproductor de DVD'S. Observo la casa. Nuestra casa en Long Island, NY. Es hermosa, es bastante grande para solo dos personas. En especial con las 3 habitaciones que la conforman. Es blanca con el tejado café, bastante linda, parece sacada de una revista donde las personas tienen una vida perfecta.  Estoy lejos de tener una asi. Lo mejor del caso, tiene chimenea. Dios, me encanta. Extraño nuestra casa en Washington, vivíamos en una hermosa casa, era uno de esos sectores de personas ricas, donde tenian seguridad las 24 hrs, Alexandria es su nombre. Fue un regalo de mis abuelos, aunque después de lo sucedido, no me quedarin ganas de vivir ahi, mucho menos de volver, vendimos esa propiedad y nos mudamos aqui, haber que nos depara el futuro.

Mientras observo el vecindario, unas manos me sacaron de mis pensamientos, mientras me tomaban de la cintura y apoyaba su cabeza en mi hombro besándome el cuello.

-¿Que tanto piensas amor?- me dijo Adam, mi ahora prometido.

-La casa es linda, casi igual a la anterior- digo separandome lento de él.

Aún duele estar cerca suyo.

-Tendremos que estrenar cada habitación- me dice acercándose de nuevo a mi.

-Suerte con eso- digo divertida.

Él sólo sonrie, aunque se ve que esta molesto o triste. No lo se.

Decido entrar a la casa para dejar la caja que traía. La casa por dentro es enorme. La sala de estar es grande, con una gran ventana que casi cubre toda la pared, seguido de esta esta el comedor y después la cocina. Junto a la sala, estan las escaleras y una puerta que da al patio trasero. Dios, no canso de verla es preciosa.

Mientras en mi mente ordeno todos los muebles llega Adam a mi lado.

-Cariño, me ayudarias con el refrigerador-

-Seguro-

Mientras ambos empujamos el refrigerador lo cual es algo difícil ya que hay unas pequeñas escaleras que dan a la sala. Una duda llego a mi mente.

-Adam, ¿Porque Nueva York? Pense que querias vivir en Atlanta, o cerca de ahi- dije empujando el refrigerador y colocandolo en su lugar.

-Un amigo mio vive aqui y lo recomendó, es tranquilo aquí, de hecho es nuestro vecino, pense que te vendria bien vivir lejos de ciudades grandes - dice conectando el refrigerador

-¿Lo conozco?- pregunte algo extrañada ya que sus amigos vivian en Washington.

-Aun no, dijo que vendria a ayudar, muero porque lo conozcas, es genial.- dijo besando mi frente y saliendo de la cocina.

Me dirigí al camión de mudanzas por mas cosas, tome dos cajas llenas de platos, vasos, tazas, etc. Eran algo pesadas. Al llegar a la puerta casi se me caen, pues estas tapaban mi cara y no podia ver por donde iba. Antes de que se me cayeran unas manos las tomaron

-¿Necesitas ayuda?- me pregunto el dueño de aquellas manos que me ayudaron. Su voz era gruesa y algo rasposa y por alguna razón causo un cosquilleo gracioso en mi vientre

-Gracias, amm disculpa, ¿Quién eres?- Por alguna razón no se me hizo raro que un hombre que no es mi prometido este dentro de mi casa. Fuck Logic.

El hombre dejo las cajas en el suelo. Al estar completamente erguido pude observarlo mejor. Era alto, no mucho mas que yo. Tenia una camisa azul marino, con las mangas arremangadas hasta arriba de los codos, no se si es idea mia o le quedaba algo ajustada, aun asi le quedaba muy bien, finalmente tenia unos pantalones negros y botas del mismo color (tipo episodio 7x8).

Al mirar su cara me paralizo, es guapisimo. Tiene el cabello algo largo y una barba que apenas empieza a crecer. Tiene unos ojos hermosos. Azules. El me mira con una expresión graciosa, supongo que se burla de mi y no lo culpo debo estar babeando lo suficiente para llenar una piscina olimpica. Salgo de mi trance y lo miro. Aclaro mi garganta.

-Soy Daryl Dixon- me sonríe.

Don't Let Me Down || Daryl Dixon ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon