Capítulo 13

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Ocurrió de nuevo, un deseo cumplido.

Adrien, lleno de felicidad, anunció la noticia a todo familiar y conocido. Los médicos la revisaron una vez más, afirmando de que sus intervenciones fueron exitosas y de que la joven se recuperaría sin ningún imprevisto no estimado.

La joven recién despertada recibió las buenas noticias junto con sus padres, que después de estar tanto tiempo sin su hija hizo que lloraran de la emoción. Por fin recuperaban a Marinette, a su querida niña que aquel akuma les había arrebatado. Escuchar y ver a su hija viva de nuevo sólo los emocionaba aún más. ¿Cuánto hacía que no oían la delicada risa de su pequeña? Se preguntaban con un atisbo de nostalgia.

El médico esplicó a los padres de Marinette sobre los próximos cuidados que la joven debía recibir; cuando volvería a casa y las posibles revisiones para analizar su recuperacion.

Adrien observaba a los dos adultos desde lejos, sin intervenir en ese conmovedor momento. Se sentía feliz por los tres, su reencuentro les suponía el fin de toda aquella lastimosa situación. Pero él sabía que ese momento también suponía el final de la estancia de Marinette. No le deseaba ningún mal, ni que continuara en aquel estado tan horrible, pero sí echaría de menos a la azabache, además de que ahora sí sabía como se sentía. Le daba una sensación negativa, como si la fuera a perder. Ignoró todo eso, pero seguía ciertamente incómodo.

Marinette se centró en sus padres, que lloraban junto a ella. Los echó tanto de menos, estuvo tan triste, tan olvidada. Quería abrazarlos por todo ese tiempo en el cual no pudo; valorarlos y amarlos incluso más que antes.
Pero recordó a alguien, una persona que se mantuvo a su lado todo el tiempo, asegurándose de que se encontrara bien. Miró ligeramente a Adrien. Adrien dirigió sus ojos hacia ella, centrándose completamente en su amada. Marinette sonrió agradecida, feliz. El Agreste se sonrojó y sonrió torpemente. La azabache volteó la cabeza hacia sus padres, apreciando su presencia una vez más.

Sabine y Tom le explicaron a Marinette sobre como sería su vida después de su último día en la mansión Agreste.

- Llamaremos al resto para que puedan acudir a verte.

- Espere, Sra. Dupain-Cheng.

Al girarse, identificaron a Gabriel Agreste en la puerta, el cual miraba seriamente a la familia.

- Quiero hablar en privado con ustedes dos. Adrien, quédate con la joven.

- Sí, padre. - Obedeció. Ambos adultos Dupain-Cheng salieron junto con el señor Agreste.

Al principio, ambos adolescentes mantuvieron un cómodo, pero extraño silencio. Marinette miraba sus inquietas y nerviosas manos, mientras que Adrien observaba el exterior por la luminosa ventana de la habitación.

- Adrien... - murmuró la oji-celeste. - Gracias...

- ¿Huh? - confuso. - ¿Gracias? - Marinette asintió.

- Gracias por cuidarme, todo este tiempo en el que estuve a punto de morir. - le sonrió. - Si no fuera por ti, no habría sobrevivido. - al decir esto, suspiró.

- No te preocupes Mari, ha sido muy gratificate el poder ayudarte e intentar devolverte todo lo que hiciste por mí. - intentó decir de forma ''formal'' y educada.

- Oh - rió ligeramente. - Yo no he hecho nada por ti, no creo que nada que haga pueda igualar el que me salvaras la vida.

- No digas eso, tú si que me ayudaste. - le dijo, apoyando su mano sobre la de la azabache. Marinette se sonrojó ante esta acción. - Y mucho.

- Y-yo... - comenzó a titubear. Adrien entrelazó sus dedos con los de la muchacha.

- Adrien. - llamó una voz grave. Ambos miraron, encontrándose a los tres adultos que salieron hace unos minutos.

Gracias por cuidarme (Adrienette/MariChat) #PremiosLadybug2016#PremiosWaltTV2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora