Capítulo 9

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-Espero no te moleste quedarte con tu tío y tu abuela por hoy- le dije a Makoto en un tono alegre.

Tarde o temprano iba a tener que decirle a mi madre y mis hermanos que yo tenía un hijo. Las reacciones fueron obvias y predecibles: Cordelia rompió en un llanto exagerado y emocional. Yui miró a Ayato con cara de "¿y tú qué esperas para darme uno de ésos?", y Kanato no se inmutó.

-Supuse que esto ocurriría tarde o temprano, Laito, con la cantidad de acompañantes sexuales que has tenido a lo largo de tus cortos veintiún años. No podías pretender que nada fallaría. 

Odio cuando habla así y se acomoda sus grandes gafas de estudiante como si fuera superior.

En la casa sólo estaban mamá y Kanato, como de costumbre. Miré el rostro de Cordelia. A sus cuarenta largos, seguía siendo una mujer hermosa y probablemente siempre lo sería. 

-¡Hola, Laito!- saludó, emocionada -¡AAAAY, Y TÚ DEBES DE SER MAKOTO-CHAN!- chilló casi histérica al ver a su nieto -No sabes, estaba muy nerviosa por conocerte, eres un niñito precioso, ¿sabes? Tu papá me habló mucho de ti, no sabes lo mucho que me emociona tener un nietito tan bonito como tú, ¿sabes?

-Mamá...- la frené -Makoto es tímido con la gente nueva. 

-Ay, lo siento mucho. 

Mi hijo avanzó lentamente hacia ella y le extendió su manito rechoncha. Cordelia le sonrió y lo invitó a pasar.

Me quedé con ellos un rato para asegurarme de que mamá no lo asfixiaría y que Kanato no lo asustaría con sus palabras raras. Para mi sorpresa, mi hermanito hizo algo sorprendente.

-Quédate aquí un segundo, Makoto-chan, voy a buscar algo que podría gustarte- dijo el pelimorado. Entró a su habitación y al rato salió cargando a Teddy. No, no podía ser.

-Él es Teddy, fue mi mejor amigo mucho tiempo- presentó, agachándose para estar a la altura del niño -¿Te gusta?

Makoto lo miró con los ojos abiertos como platos.

-¡Me gusta mucho!- balbuceó -Pero ¿qué le pasó en su ojito?- preguntó, señalando el parche de cuero que cubría un lado de la cara del peluche. Kanato lo levantó, mostrando que debajo de él el ojo de juguete seguía intacto. Guau, siempre me había preguntado por qué ese oso usaba un parche.

-A Teddy le gusta jugar a los piratas- explicó. Mi hijo abrió sus ojos morados aún más y su rostro se iluminó.

-¡A mí también me gustan mucho los piratas!- exclamó, emocionado.

-Entonces encontré a su nuevo mejor amigo- dijo mi hermano entregándole el peluche, al que Makoto abrazó fuertemente. "NO PUEDE SER" pensé -Cuando duermas siempre te va a cuidar y no te dejará solo nunca. Oye... niño... ¿qué te pasa?

El pequeño hundió su rostro en el oso y empezó a sollozar suavemente, abrazándolo. 

-¡KANATO HENTAKO, ¿QUÉ LE DIJISTE AL NIÑO?!- chilló Cordelia, saliendo armada con una cuchara de madera de la cocina. Recuerdos traumáticos de la infancia vinieron junto con esa cuchara, que tantos golpes en las manos y la cabeza nos había propinado tanto a mí como a mis hermanos.

-¡YO NO HICE NADA, LE DI A TEDDY!

-¡¡¡NO ME GUSTA QUE LA GENTE SE GRITE!!!- lloró Makoto a todo volumen, causando un silencio de muerte en la habitación. 

-Mi sol- me agaché para estar junto a él -¿Qué te pasa?

-Es que yo estoy muy contento... mi mamá jamás me regaló algo tan bonito...

Me tuve que morder el labio para no llorar. Mi madre ni siquiera se dignó a eso. Solo entró en la cocina de vuelta y cerró la puerta tras de sí. 

El único que reaccionó fue mi hermano. Se agachó, tomó a Makoto en brazos con cierto esfuerzo y le sonrió.

-¿Quieres jugar conmigo y Teddy a los piratas?

Mi bebé se enjugó las lágrimas y asintió haciendo pucheros. 

-Y tú, Laito, vete ya, tienes cosas importantes que hacer- ordenó. Moví la cabeza afirmativamente y me despedí de todos. 

"Definitivamente, adoro a mi hermanito."




Algo un poco más uplifting después del capítulo jodido de Enséñame a Vivir. 

¿Les he dicho que amo a Makoto?

Inocencia y Perversión 2 [LaitoxSubaru] (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora