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Calum y yo salimos riendo de la sala. Un niño había entrado a ver esa película y estaba demasiado asustado que nos dio gracia. Más bien habíamos visto más las reacciones del niño que la película pero podía decir que me gustó.

Calum imitaba al niño y yo sólo reía. Le decía que parara pero eso hacía que él lo imitara aún más.

—¿Qué quieres cenar?—me preguntó.

¿Qué hora será? Soy de esas personas que al salir del cine no sabe que hora es, si es de día, si llovió, si tembló, si hubo un huracán o algo así. Casi lo mismo que cuando duermo en la tarde.

—No lo sé, lo que sea está bien.

—¿Te gustaría cenar pizza?

—¡Sí!

Se podría decir que Calum y yo amábamos la pizza.

Calum asintió y caminamos de nuevo hacia el estacionamiento. Él iba un poco más adelante de mí y yo sólo miraba su espalda. Tenía unas grandes ganas de abrazarlo pero me contuve.

Calum miró hacia una parte del estacionamiento en especial pero estaba tan concentrada en su espalda que no le di importancia. De pronto se giró rápidamente hacia mí, tomó mi cara entre sus manos y me besó.

¡Joder, me besó!

Sin dudarlo seguí el beso y puse mis manos en sus hombros poniéndome un poco de puntitas. Esto no lo sentiré todos los días, creo.

Calum bajó sus manos hasta mi cintura y la rodeó con ambos brazos. Llevé mis manos hasta su cara y acaricié sus mejillas con mis dedos. Calum se apartó lentamente de mí y me miró.

—Lo siento, realmente no sé porqué hice eso. Lo siento. —se disculpó.

—No, esta bien.—sonreí.

Realmente eso me había hecho sentir demasiado bien. Es como si Calum hubiese sacado un gran peso de mí, como si se hubiese llevado todo lo malo de mí.

Ése beso me hizo tan feliz que me impresiona.

Caminé hacia el auto y me subí, después de mí entró Calum y suspiró.

—¿Entonces pizza?—me miró sonriendo.

—Claro.—le sonreí.

Calum encendió el auto y condujo hasta una pizzería. Entramos al local y nos sentamos en una mesa. Ésta pizzería era hermosa, tenía estilo como de los 80s o 60s y lo amé.

—¡Todo es hermoso! —exclamé cuando Calum se sentó enfrente de mí.

—Lo sé, cuando vine estaba igual que tú.

Reí y sonreí.

Pedimos la pizza y esperamos a que llegara. Ninguno de los dos mencionó nada acerca del beso de hace unos minutos. Y, creo que estaba bien, por ahora.

Minutos después la pizza llegó y comenzamos a comer. Calum me había contado que descubrió éste lugar gracias a Michael. Michael lo había invitado a comer pizza un día saliendo de la escuela y lo había traído aquí, desde entonces siempre compra pizza de aquí o viene para acá. Es su lugar favorito. Yo le confesé que los primeros años de preparatoria Luke me había llamado un poco la atención y me gustaba un poco, pero ese sentimiento desapareció cuando había conocido a un chico que estaba con él, y obviamente no le dije que ese chico era uno de sus amigos y mucho menos le dije que ese chico era él.

Calum se burló de mí pero prometió no decirle a nadie y mucho menos burlarse de mí por eso.

Seguimos hablando hasta que decidimos irnos. Calum me llevó a casa y se despidió de mí diciendo que se la pasó genial, que me quería y que nos veríamos luego.

Crush » Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora