Cap 3: Maldición

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Me sorprendía la manera como Rocky había empezado a cambiar. Por un momento podría haber jurado que era una persona totalmente distinta y que mi alcohólico y drogadicto mejor amigo estaba tirado en alguna esquina de la avenida Alfonso Ugarte. Buscando algún espacio en su piel, que aún esté libre de cicatrices, para poder inyectarse algo. La nariz completamente destrozada y los ojos ardiendo en el fuego de la locura. Lo había escuchado llorar un par de noches como quien combate sus propios demonios. 

 Había pasado tres meses desde el accidente y desde hace dos que habíamos comenzado a vivir juntos. Me vi obligado a dejar mi departamento de la avenida Salaverry porque el dinero empezó a faltarme. Por un momento pensé en dejarme caer por algún cerro empinado, pero llegar hasta ahí implicaría que alguien me lleve, y Rocky no lo haría. Se había empeñado en hacerme "caminar" casi todos los días y ayudarme a hacer los ejercicios que mi terapeuta había recomendado. Su mamá era quien le mandaba, desde Maine, todo el dinero para que pudiese vivir. 

Yo sabía que Dolores consideraba a Rocky un error que debía mantener vivo para no echar a perder su buena relación con el señor. Rocky lo sabía también pero nunca me lo había dicho directamente. Era una de las pocas cosas que no me confesaba. ¿Cómo lo sabía? Porque lo había escrito. No es que siempre estuviese fisgoneando entre sus cosas. El 3 de Septiembre de hace casi nueve años salía de ese mismo departamento en la Avenida Manuel Bonilla cerca al parque Kennedy. En ese tiempo Rocky aún vivía con su padre. Habíamos comprado los mismos morrales de la "Guerra de las Galaxias" y me llevé el suyo por error. Revisé entre sus cosas y encontré una pequeña libreta de notas. No era un diario exactamente, era solo un cuaderno con dibujos y cosas escritas. Ni siquiera ordenadas por fechas, parecían pensamientos. En la primera página se podía leer con letras medias góticas. "Kennedy Course."

La historia era la siguiente: Habíamos oído hablar a Marcos Prado sobre que todas las personas que habían vivido en el departamento antes que Rocky y su papá habían muerto. Rocky había fantaseado con la muerte de su padre desde ese día y junto a un dibujo donde se podía ver a Rafael caer de un edificio estaba escrito: "I am The Worst Mistake." Rocky había escrito cómo se sentía respecto a su madre. Sabía que ella lo consideraba un error. Era por eso que debía mandar dinero para mantener a su bastardo y el estúpido desempleado con quien lo había engendrado bajo los efectos de algún alcohol barato. 

No pude leer más porque el impacto de la bicicleta me derrumbó contra el suelo. Jenny me observaba asombrada y asustada con un casco rosa sobre su cabeza. Se disculpó cada cinco segundos y le dije que no se preocupara que no dolía tanto. Claro que le mentía porque sentía como si me hubiese roto alguna costilla pero el dolor muscular dejó de ser una preocupación cuando me preguntó si podía hacer algo por mí, si podía llevarme a alguna posta médica. Le dije que solo quería su número de teléfono. Hasta ahora no sé por qué lo hice, y ha habido varias veces en mi vida que me alegro de haberlo hecho y otras donde he creído que fue el peor error de mi vida. No sé si fueron sus pequeños ojos o su hermoso rostro. 

Tal vez fue todo de ella lo que me empujó a hacerlo sin pensarlos dos veces. Como esas decisiones que tomas a diario sin saber que pueden cambiar tu vida por completo. Sonrió de manera pícara. Arranqué una hoja de la libreta y apunté su número. El papel aún lo tengo doblado en una de mis viejas cajas de zapatos.

—Espero que no estés muriendo de hambre —me interrumpió Rocky mientras entraba en la... mi habitación usando la silla de ruedas que me había conseguido. 

—El hambre es una de las últimas razones por las que moriría en este momento —le aseguré sonriendo.

—Traje McDonald's, otra vez, lo siento —se disculpó mientras se ponía de pie para darme una grasienta hamburguesa.

Por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora