— Hola amor —saludó, mientras le abrazaba como si fuera la última vez que lo viera. Ahí el pequeño supo que hubo problemas con su padre. Ella terminó el abrazo y miró a su hijo—. ¿Sabes que estaba pensando cuando venía para acá?
— ¿Qué? —preguntó desanimado.
— Pensaba que sería grandioso que fuéramos a comer a ese restaurante que tanto te gusta —dijo con una enorme sonrisa—. ¿Eh? ¿Qué opinas?
Sebastian forzó su sonrisa y supo que su padre estaba furioso.
— Si mamá. Me gusta la idea.
Eloise amplió su sonrisa y abrazó con todas sus fuerzas a su hijo. La maestra del pequeño se acercó a ellos, y con una nerviosa sonrisa, saludó.
— Hola, buenas tardes señora Moran.
— Buenas tardes —respondió extrañada, mientras se alzaba.
— Soy la maestra Coleman, le doy clases a Sebastian.
— ¡Oh! ¿Ha pasado algo?
— No, nada malo, Sebastian es un buen alumno —y le sonrió al pequeño—. Pero señora Moran, me gustaría hablar con usted.
— ¿S-sobre qué? —preguntó nerviosa.
— ¿Podría ser unos momentos en privado?
Eloise miró extrañada a la maestra, tomó a su hijo de los hombros y le pidió que le esperara en una de las bancas del colegio. Sebastian obedeció y su madre y maestra se adentraron al edificio.
— Gracias por aceptar hablar conmigo, señora Moran.
— ¿Q-qué es lo que su-sucede, maestra?
La joven profesora analizó a la mujer quien se veía sobrecogida.
— Mire señora Moran, tal vez esto que le comente no es de mi incumbencia, pero he notado una actitud muy distante en Sebastian, casi se acerca a lo ofensivo.
— ¿O-ofensivo?
— Si, y me preocupa mucho. Señora Moran, hay problemas en casa ¿verdad? —Eloise negó con la cabeza y la maestra se preocupó—. Si hay, sabe que puede hablar con nosotros los profesores para poder hacer un...
— No pasa nada maestra —interrumpió—. Yo hablaré con mi hijo.
Eloise sonrió y penosamente se retiró de lugar. La maestra no quitó su vista de la mujer; llegó con su hijo, lo tomó de los hombros y ambos salieron del edificio. Ella suspiró desanimada y retornó a su aula.
Durante el camino Eloise no paro de animar a Sebastian con la ida al restaurante. Era probable que toda la tarde estarían fuera de casa, pero no importaba, él tampoco quería ver a su padre enfadado.
El pequeño Eric volvió en sí. Odiaba recordar. Posó su mirada en la ventana de coche y contempló lo hermosa que era la noche, el cielo tan negro y las estrellas reluciendo su brillo.
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La Niña que llegó al 221B de Baker Street. 【E D I T A N D O】
FanficIsabelle es una niña pequeña que, por desgracia, presenció el asesinato de su madre. En aquel momento, oyó al asesino mencionar el nombre de Sherlock Holmes. Gracias a ello, emprende su búsqueda para resolver el homicidio de su madre. Isabelle entra...
Capítulo 43 ¡Cuidado! El Amistoso Extraño
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