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Mi resumen del día anterior y de la mañana de hoy, ha sido dar explicaciones por Twitter e intentar callar a la gente, incluyendo mis amigos. Sobretodo Aylin y Mari. Quienes ahora mismo, en nuestra habitación, quieren que les cuente todo.

– _______, sabemos que mientes.–dice Mari cruzándose de brazos.

Coloco los ojos en blanco y me doy vuelta para seguir ordenando mi ropa en el bolso, ya que la saqué toda para ocupar la polera que ahora llevo puesta.

– Crean lo que quieran.

– No le vamos a contar a nadie.

– No va a salir de estas cuatro paredes.– siguen insistiendo a mis espaldas.

Respiro ondo y suelto el aire de forma pesada.

– ¡Esta bien!

Procedí a contarles todo lo que recordaba mientras una sensación molesta se ganaba en mi mamá pecho, no estaba segura si era preocupación o algo parecido a la culpa. No quise enfatizar en mis sentimientos, sabía que si les daba mucha importancia terminaría con la voz en un hilo e inclusive al borde del llanto.

La reacción que tuvieron al terminar mi relato era digna de una foto para enmarcarla o colocarla de fondo de pantalla. Claro que después comenzaron a hacer bromas, yo me enojé y solo me fui de la habitación. Realmente mi humor estaba débil. Mi mente estaba sensible y no me dejaba actuar con claridad, por lo que intenté alejarme de situaciones molestas lo más que pude.

No puedo olvidar lo que sucedió. Y tengo que admitir que cada vez que Vegetta pasa frente a mí, ignorándome, me duele. Lo sé, soy hipócrita al sentir eso cuando le pedí alejarse, terminar con esto luego. Pero es lo que siento, y no lo puedo evitar por más que quiera y anhele.

El día pasó, yo solo intenté ignorar a todo el mundo, ya conté que no tenía humor para nada. Ruben me atrapó en el patio de la casa mientras le leía una noticia absurda a Aylin desde el celular. Se sentó con nosotras en la mesa e intentó unirse a nosotras. Todo iba casi bien, a pesar de que el ambiente era raro, la conversación se daba natural y sin mayor problema. Hasta que, sin darme cuenta, sale como tema de conversación Maximus y la rara relación que tiene con mi amiga, desapareciendo la poca comodidad que había.

– Es divertido, me agrada.–suelta Aylin, en un tono feliz y con un poco de vergüenza.

Yo solo sonrío al verla así.

– Lo es, pero no tiene buena reputación. Así que ten cuidado. Es un rompecorazones de primera. Te advierto que si no quieres lastimarte, te apartes de inmediato.

Y aquí vamos otra vez a repetir la misma historia de hace más de un año.

– ¿Qué quieres decir con eso?–pregunta Aylin–. ¿De verdad tú me vas a decir que tenga cuidado con él? No sé tú, pero ahora mismo el que tiene mala fama, para mí, no es él.

– Solo no quiero que salgas lastimada.– se explica.

– ¡Oh! ¿De verdad te preocupas por eso?–pregunta con ironía–. No es necesario que lo hagas. Ya salí bien lastimada de una relación.

– Y no quiero que él te haga lo mismo. ¡Él no es bueno para ti!

– Oh, ¿y tú sí lo eres?–pregunta enarcando una ceja.

Hermanos Doblas | Vegetta y tu | 2da temporada Historia Original Where stories live. Discover now