Hermanos Doblas | Vegetta y tu | 2da temporada Historia Original

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Apenas desperté mi cabeza comenzó a doler. Era molesto. Ni si quiera me moví, sabía que cualquier gesto con mi cuerpo me daría un lamento. Ya sabía la respuesta a ello. Estaba teniendo una resaca.

De apoco fui dándome cuenta de la anomalías del lugar en que me encontraba. A mi mente comenzaron a llegar los recuerdos de lo que pasó antes de emborracharme.

Creo que lo mejor es contar eso, antes de lo que estoy viviendo ahora.

- ¿No se les queda nada?- preguntaba Andrea desde la furgoneta.

-Nada.- respondimos todos después de darle una repasada rápida a nuestras cosas.

Comenzamos a cargar todas las cosas en la furgoneta y luego subirnos todos a esta. Yo intenté tomar ventaja para agarrar la ventana, lo cual logré. Me quedé chequeando mi celular hasta que todos comenzaron a abordar y después de un rato echaran a andar el motor y partir rumbo a la playa.

El paisaje del entorno era bastante bonito, así que saqué la cámara para capturar el momento. Abrí la ventanilla para poder tomar una mejor foto. Enfoqué y la saqué. Antes de mirarla, dirigí mi mirada a mi izquierda y vi que John estaba haciendo lo mismo que yo en unos asientos más atrás. El también me miraba y reímos bajito. Creo que encontré mi compañero de fotos.

Cuando llegamos a la playa, por suerte, estaba vacía (seguramente por las fechas), así que no creo que tengamos problemas con los fans. A no ser de que nos esté persiguiendo un paparazzi como ya le pasó a Rubén.

-Así que también te gusta tomar fotos.- escuché la voz de John a mis espaldas, mientras me colocaba bien las tiras de la mochila sobre los hombros.

Me volteé a verlo.

-Pues sí, es a lo que me dedico. Vendo mis fotos a empresas o exhibiciones.-le contesté a lo que asintió impresionado.

-Qué genial. Yo aún soy un novato, ¿Podrías ayudarme a sacar fotos del lugar?- me pidió.

-Claro, me encantaría.-le contesté sonriendo.

Nos comenzamos a acomodar colocando toallas grandes e individuales, los quitasoles y algunas cuantas sillas para los que no querían estar en la arena.

Aún con la cámara en mis manos, observé la cercanía de Aylin y Maximus. Ella lo estaba tirando de la mano hacia la orilla del mar. No me aguanté y los comencé a fotografiar hasta que comenzaron a huirse de una ola. Observé las imágenes con una sonrisa en mis labios, tengo material para molestarla, ya que aún no me da respuesta.

– ¿Qué traman estos dos?–escucho la voz de Rubén a mi lado.

Levanto mi cabeza para mirarlo.

– No lo sé. Ayer salieron a escondidas y llegaron muertos de la risa.–me encojo de hombros–. Quizás comenzaron a verse algo más que amigos.–desvié mi mirada hacia ellos–. Es decir, míralos, parecen unos tórtolos recién enamorados.–dije con una sonrisa de lado.

Extrañaba ver a mi amiga así.

– Uhm... No me gusta mucho el dueto.–dijo cruzándose de brazos.

Lo miré con el ceño fruncido.

– ¿A qué te refieres?

– Sabes como es Maximus; es un idiota que solo busca un buen rato... de seguro la va a hacer sufrir.–aún los miraba serio jugar con las olas.