capitulo 23

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  14 de febrero  

Juan Pov

Mire el reloj que tenia puesto en mi muñeca el cual marcaba las 3:00 pm y aun Marie no salia de su habitación desde que llego, estaba desesperado debido a que no sabia que le pasaba a Marie, se despertó temprano y salio, regreso y de su cuarto no ha salido lo cual le ha dado mucha rabia a Laura ya que tenían que terminar el catálogo.

Empezaron a tocar el timbre desesperadamente, abrí la puerta encontrándome con Karen, me hice a un lado y la deje pasar.

—¿Para que me llamabas?

—¿Sabes que le pasa a Marie?

—Si no me dices que tiene no te puedo decir que le pasa

—Marie se despertó muy temprano para ir a no se donde y cuando llego se encerró en su cuarto y no ha salido mas, no ha comido y eso me esta preocupando, ¿sabes que le pasa?

—Si se pero no te puedo decir

—Dime, por favor

 —Oh no chiquito, no te diré, habla con ella, gánate su confianza que ahora mas que nunca te necesita

Karen y yo subimos las escaleras, los sollozos se hicieron mas claros, Karen toco varias veces la puerta.

—¿Quien es? 

—Karen

—Pasa

—Tiene seguro.—Susurre 

Karen de su bolsillo trasero saco una llave, la metió en la cerradura y abrió la puerta.

—Dile que aquí estoy para lo que necesite y que estaré siempre a su lado, te deseo suerte 

Karen se fue y entre al cuarto, Marie estaba sentada en el piso llorando desconsoladamente y su cuarto estaba hecho nada, Marie alzo la cabeza, me miro por unos segundo y agacho de nuevo la cabeza. 

—Te puedes ir, no quiero hablar contigo, quiero a Karen. 

Me acerque a ella y me puse a su lado, acaricie su cabello y Marie alzo la cabeza, me miro a los ojos; sus ojos estaban rojos e hinchados, la abrece fuertemente, sabia que ahora mas que nunca lo necesitaba. 

—Aquí estoy y no me iré, te lo prometo.—Bese su cabeza.—Lo mejor que puedes hacer es desahogarte,  si quieres me puedes contar lo que te pasa.

 Después de mas o menos 15 minutos de llanto, Marie logro calmarse un poco. 

—Hoy hace un año murió mi novio, recuerdo que me había puesto rabiosa por que se había excedido del alcohol y estábamos peleando mientras el conducía se nos atravesó un carro y en un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en unas camillas camino al hospital, cuando desperté ya era tarde, el había muerto, duele ver al amor de tu vida metido en un ataúd. 

Las lagrimas empezaron a salir de nuevo y ella rápidamente las quito. 

—Lo extraño,extraño su sonrisa, su risa, extraño su amor, extraños sus besos y abrazos al igual que las conversaciones hasta la madrugada, lo extraño, maldita sea.—Hizo una pequeña pausa y cogió aire.—Odio que me vean así, me veo tan frágil.

La abrace por algunos minutos, que se te muera el amor de tu vida y ni siquiera pudiste despedirte porque ya era demasiado tarde, eso debe de ser tan doloroso.

—¿Segura que eso es lo único que te pasa?

—Siento que no valgo nada, siento que no soy la hija que desean mis padres, siempre trato de complacer a los demás pero a nadie le importa mis sentimientos a nadie le importo yo, ya se me hizo rutina fingir una sonrisa, lloro en silencio por las madrugadas, me veo en el espejo y tan solo veo que soy un fraude, estoy sola a pesar de que tenga personas a mi alrededor, trato que las palabras no me hieran pero son como cuchillo, estoy en un vaso que tan solo con una palabra que me hiera hará que me ahogue.

Ya No Es NiñaWhere stories live. Discover now