epílogo:

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17

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17.| él es diferente.


      Sus ojos viajaban fuera de la ventana de su habitación en la torre de los Vengadores. No podía evitar imaginar que estaba de vuelta en Ciudad Central con Barry, Caitlin y Cisco. Los cuatro tonteando mientras intentaban buscar a Loki y Harrison Wells. Claro que ahora Loki estaba de vuelta en Asgard, encerrado en una cárcel mucho más poderosa que en la que él nunca había estado. Thor había garantizado que él no saldría pronto, pero la chica sabía que era posible que lo hiciera.

      Suspiró al ponerse de pie y caminó hacia el espejo. Quitó un mechón de cabello de su hombro y se miró a sí misma, observando el reflejo de la persona que era. Amaba cómo lucía, con sus orejas puntiagudas pareciendo estar más alargadas que nunca. Tampoco pudo evitar recordar sus días como una X–Men, incluso aunque no fuera tanto tiempo. Había una parte de ella que quería volver con Charles y su grupo de mutantes, pero no estaba segura de si él la volvería a aceptar.

      Mientras se miraba, su cuerpo rápidamente cambió al cuerpo de Barry Allen. Otro suspiro escapó de sus labios mientras sus manos recorrían la esbelta figura, imaginando que él estaba allí con ella y no se trataba de ella imaginándolo, tocándose a sí misma. Porque eso era raro, pero su vida era incluso más rara, por lo que no podía decir nada.

      Mirando por sobre su hombro hacia la puerta, divisó a Natasha. Maysilee le dio una sonrisa antes de caminar hacia su cama y sentarse en ella. La rusa no dudó en sentarse a su lado, y colocó una mano en su espalda para acariciarla.

      —Haz estado horriblemente callada desde que Pietro y tú volvieron—, comentó y Maysilee se limitó a asentir. Sabía que había estado callada. Estaba evitando al equipo, incluso a Wade. Wade había intentado irrumpir en su habitación para sacarla y causar problemas, pero ella no tenía la energía ni la motivación para hacerlo. Y él podía adivinarlo, por lo que estuvo haciendo pucheros por el resto de los días —. Todos están preocupados por ti.

      —Bueno, yo también estoy preocupada por mí—, admitió.

      — ¿Barry tiene algo que ver con eso?—, sugirió Natasha y Maysilee levantó la cabeza para mirarla —. Sí, Pietro nos contó cuando le preguntamos por qué lucías tan triste. Nos explicó que ambos conectaron y que eso hizo que volver aquí sea más difícil para ti.

      —Sí, lo ha sido—, asintió Maysilee —. Él es diferente. Claro, tiene la misma velocidad y el mismo metabolismo de Pietro, pero él es... inocente. No fue convertido por algo como Pietro, solo es un chico que fue golpeado por un rayo.

      —Diablos—, suspiró la pelirroja —. Sabes que puedes visitarlo. Puede que Bruce haya cerrado el portal, pero puede ser encendido de vuelta fácilmente.

      — ¿En serio?—, preguntó Maysilee.

      Natasha asintió —. Solo pídelo y te enviaremos de vuelta.

      La espía se levantó y caminó hacia la puerta. Pero antes que pudiera irse, Maysilee saltó sobre sus pies y la tomó —. Quiero ir.

      La rusa le sonrió antes que ambas se encaminaran hacia el portal. Bruce lo encendió y la chica observó cómo la puerta se abrió frente a ella. Inhaló profundamente, mirando por sobre su hombro a sus amigos y les sonrió antes de saltar dentro del portal.

      Cuando pasó al otro lado, se encontró a sí misma en el pasillo de los laboratorios S.T.A.R.. Sonrió para sí misma antes de comenzar a correr hacia la oficina. Cuando entró, vio a Barry Allen. Su mandíbula cayó cuando la vio y ella corrió hacia él. Arrojó sus brazos alrededor de su cuello, y él presionó sus labios contra los de ella.

      Después de unos segundos, se separaron. Barry la miró a los ojos, con la respiración entrecortada —. Volviste.

      —Sí, lo hice—, asintió Maysilee con una enorme sonrisa —. Por ti.

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