Pasado 2da parte

3 0 0
                                    

Siempre extrañaría esos momentos que pase con ella, esos en los que hacia que mi corazón latiera sin que yo lo notara haciéndome creer a mi mismo que era una enfermedad cardíaca para no admitir lo mucho que la amaba.
Solo recuerdo que la ultima vez que la vi, se despidió de mí sin saber que sería la última vez que nos veríamos. Ninguno de los dos lo sabíamos, pero, ahora me encontraba frente a ella, no obstante solo era un recuerdo. Un recuerdo. De mi frente a ella en el que ella comenzaba a retratar mi físico. En ese entonces estaba tan agradecido de tenerlo con el podría tener a cualquier chica y ellas no les importaría lo que hubiera bajo esa capa de perfección, solo se preocupaban por quien tendría el mejor sexo de su grupo de amigas. Ahora solo me sentía como una vil basura que rondaba por todas las calles sin que los demás lo notarán y aun que lo hicieran no dejaría de sentirme así.

-no te ves muy contento.

Escuche que había dicho sacándome de mis pensamientos que en aquel entonces no se trataban tan solo de ella si no de mi condena. Ahora en el presente me encontraba tirado en el rincón de mi habitación, pero en aquel momento yo estaba frente a ella en un sillón con las piernas cruzadas y los brazos extendidos a los costados

- ¿a que se debe esa pregunta preciosa?

Ella se me quedo viendo como si quisiera reprochar mi apodo hacia ella, más no dijo nada frunció el ceño y siguió con su trabajo en aquella hoja  de papel.

- estás muy tenso, se nota que eres callado pues paredes un niño pijo y arrogante, pero mi padre siempre dijo que no podemos juzgar a los demás por su portada. Tal vez tu seas un ejemplo de aquello pero no podría decir nada no te conozco. Pareces desorbitado, acaso ¿te perdiste? ¿Vienes de otro planeta? ¿Vienes del cielo?

Pregunto haciendo que se me pusieran los pelos de punta y mi frente  de arrugara, se que ella no lo había echo con aquella  intención más esas preguntas me habían echo sentir desorbitado.

- ¡oyes! Tranquilo es una broma ¿vale?

Procese todas aquellas palabras que me había dicho al principio llevándome a el echo de que aquella niña preciosa me había dicho niño pijo y arrogante

- ¿Acaso  me has dicho arrogante y niño pijo?- pregunte tan alto y poniéndome derecho para hacer que se entremetiera.

-no me digas que nadie te lo ah dicho que de seguro anduviste por ahí de prepotente y te dijeron aquellas palabras.

- ¿ahora soy prepotente?

- no quise decir eso

- pero que había dicho papi, ¿que no juzgarán a un libro por su portada? -dije acercándome a ella tan rapido que no me di cuenta ni de la distancia que recorrí para estar enfrente, pude notarlo cuando mire sus azulados ojos frente a los míos. -¿papa te puede castigar por juzgar a las personas?¿no es así preciosa?

- Eres tan raro. - Escuche que pronunció aquellas palabras bajando la vista, y haciendo una mueca tan linda que le quedaba a la perfección. - hace unos instantes estabas tenso y desorbitado parecías en otro mundo y ahora en este instante estás coqueteando. Creo que eso se llama bipolaridad, Angelito.

Angelito

Fue el apodo que ella me puso. Fue el apodo que cada que lo mensionaba hacia que temblara.
Esta chica era diferente, esta chica me gustaba era atrevida pero estaba seguro que no tanto, era inteligente y prepotente. Estaba seguro que estaba llena de orgullo. Si seguí con esta chica se metería en mi cabeza y mi alma de demonio que cargo me volvería loco y aria que no la quisiera ni perder de vista. Me gustaba y solo tenía día y medio de conocerla. Me volvería loco.

- Es el encanto personal que tengo preciosa.

Fue lo único que se me ocurrió decir en aquel momento. Estaba perdiendo la cabeza.

- podrías volver a tomar asiento aun no eh acabado, Caleb. - estaba a sentimetros de su rostro cuando dijo aquello, haciendo que fuera consiente de mis actos carraspeando y volviéndome a sentar. - Gracias

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Cuando pierdes todo solo quieres dejar el pasado atrás con lo que has perdido y tratas de olvidar. También tratas de no pensar en los buenos momentos por que cuando estás herido son los que más duelen.

Traté de escribir en una hoja de papel lo que sentí. Mas cuando ya tenía todo para hacerlo las palabras se iban de mi mentes. Y ahora me encuentro en la noche fría y sin luna bajo una lámpara de luz sentado sobre el piso con una hoja en blanco y una pluma tratando de redactar lo que siento. Ahí una bolsillo al lado de mi donde contengo mis plazas y una cajetilla de cigarrillos. No la eh tocado no la tocaré.
A el otro costado también se encuentra una botella de licor ya casi vacía. En la que trate de ahogar mis penas pero no pude.

Ayer fue el día en que estuve en casa de Nana. No paso nada interesante cuando terminó el dibujo me despedí de ella y salí corriendo de ahí. Bothie era un viejo amigo con el que había quedado para un trabajo muy urgente que se no había presentado. Pero mi inteligencia era tanta que la había olvidado.

Cuando me convertí en un ángel caído. Básicamente me convertí en un apersona normal, pero inmortal. Osea que tenía que buscar empleo documentos y todo ese embrollo que hacen las personas normales. No me fue nada fácil unos días estuve durmiendo en la banca de un parque asta me escondía bajo los puentes. Un día se me ocurrió hacer un trato con el diablo, pero no fui tan capaz de perder mi alma aun que ya le perteneciera una parte a el por mis pecados. Así que conseguí trabajo de guardaespaldas con un señor muy rico que se convirtió en un gran amigo e hizo que terminara viviendo casi como un reí. Pero básicamente yo era como un gato para todos sus empleados. Eh matado por el pero por que me salvo de un infierno.

Mi trabajo con el, era matar personas. Pero un día el problema llego a mis oídos junto con una pistola cargada. El problema, tenía que matar a la hija de su enemigo (Nana).

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 03, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El ángel que quiere llegar al cielo Where stories live. Discover now