El omega es mio [Yuri On Ice] [Harem Yaoi]

¡SuperEsfuerzo! ¡Especial previo al Grand Prix Final!

"Ahora que se que es el amor y he crecido gracias a el, lo demostraré ganando el oro en el Grand Prix Final", ¿eh?

Todos los demás lo hacen tan bien... Mientras yo solo fallo.

Enterré mi cara en la almohada, mientras mis ojos se llenaba de lágrimas.

Viktor, ayúdame. Te necesito conmigo.

-¡Yuri! ¡Que frío! Prepara la bañera.

-Yuri, ¿podrías hacer café? ¿Seguías dormido?

Viktor y Chris estaban en la puerta de la habitación, envueltos en toallas, pero al instante saltaron ambos sobre mi.

-¡Están congelados! ¡No me toquen! ¡Ninguno!

*narra Viktor

-Yuri, ¿Qué quieres hacer? Te recomiendo dormir bien para el programa de mañana-. El había estado practicando y ahora estaba apoyado en mi mientras se colocaba los protectores de los patines.

-¿Te harás el entrenador modelo a estas alturas? Es mi primera vez en Barcelona, quiero hacer turismo-. Me miró fijo por un momento, y luego me sonrió. Así se me hace imposible negarle nada.

-Claro, yo me encargo-. Y le devolví la sonrisa.

Estuvimos todo el día comprando, yendo de un lado para el otro.

-Hacia mucho que no compraba tanto-. Yuri se había echado en un banco agitado-. Aunque hubiese preferido comprar con el euro mas débil. Yuri, ¿no quieres nada?

Me miró confundido un momento-. ¿Eh? No.

Todos los competidores tienen sus formas de relajarse. Es inusual que propusiera hacer turismo. Puede que signifique que esta vez si está nervioso.

Bien...

-Yuri, te regalaré un traje por tu cumpleaños. Deberías quemar el traje y la corbata que usaste en la conferencia.

-¿Eh? No es necesario, ¡me gusta ese traje!-. Miré hacia atrás un segundo, intentaba seguirme el paso rápidamente con sus mejillas ya rojas. Esto es algo que solo yo puedo ver.

*narra Yurio 

Demonios. ¿Cómo salgo de esta?

Las chicas que me apoyan y admiran estaban persiguiéndome, pero... No de una forma muy normal.   

Un sonido de moto se escuchó en el lugar, a donde me volteé esperanzado.

-Yuri, súbete.

-¿Eh? Eres...

- ¡Ahí está Yuratchka! 

-¡No puede ser! Es Otabek Altin, el kazajo!

-¿Subirás o no?-. Me lanzó un casco, así que me subí.

Pero el héroe no se llevó al hada por puro capricho.

-Estaba en mi primer año de la división junior, pero no pude con el ritmo de los juniors rusos. Me pusieron en la clase de novatos y te conocí ahí. Tus ojos eran inolvidables, tenías la mirada de un soldado.

-¿De un soldado? Yo... Me había cambiado de mi pista en Moscú a San Petersburgo. Estaba desesperado, pero decidí no quejarme hasta mejorar lo suficiente.

-Luego partí de Rusia a Estados Unidos, y luego a Canadá. Solo el año pasado pude regresar  ami pista en Almaty. Hoy más que nunca quiero ganar el torneo por Kazajistán.

-Otabek, ¿por qué viniste a hablarme? ¿No somos rivales?

-Siempre he pensado que nos parecemos. Eso es todo. También hay algo que quiero pedirte luego. ¿Quieres que seamos amigos o no?