Año de respiro

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A la mañana siguiente desperté exhausta, había terminado de guardar cada caja, de acomodar la poca ropa que traje para mi estadía y tirar la basura. Desayunaba aguantando mis parpados que se cerrarían en cualquier instante, quedaban solo unos pocos días para comenzar las clases, Febrero se iba volando y sentía que quizá este año no seria tan malo.

Habia encontrado mas fotos de mi madre, guardadas en las cajas, algunas de sus pertenencias como su cámara seguían ahí, sus vestidos, accesorios y algunas de sus pinturas estaban guardadas. Decidí quedarme con algunas, esas bellas pinturas, su cámara y tome de una de las cajas un pequeño peluche que se me hacia familiar, el famoso Tupi, un pequeño y muy abrazable peluche de conejito blanco con el que solía dormir de niña, recuerdo que mi hermana tenia el suyo propio pero solíamos pelarnos por Tupi. Sonreí al verlo y coloque todo lo encontrado en mi habitación, extrañaba todos esos momentos inolvidables.

Emma- Veo que limpiaste un poco las cosas viejas que dejo tu padre -

Entro a la habitación sin golpear a la puerta, apareció a unos pasos de mi observando el lugar, podía ver las fotos de mi madre sobre el escritorio, inmediatamente la mire con odio ¿Quien se cree que es? Esas "cosas viejas" eran las pertenencias de mi madre y no eran basura o objetos sin significado.
Ella noto mi molestia disculpándose de inmediato, cierra sus ojos respirando hondo y se acerca aun mas a mi, mira con atención las fotos.

Emma- Era muy hermosa... -

Acerca de su comentario solo muevo la cabeza lentamente de forma afirmativa, mi madre destaco por su belleza y amabilidad toda su vida, mientras la empresa familiar crecía ella apoyo a mi padre, se conocieron en unas vacaciones jugando al voleyball, papa odiaba ese juego pero al verla quiso jugar... El resto es historia, no tardaron mucho en ser pareja y casarse años mas tarde para tener a mi hermana y a mi en esta gran casa.

Mis abuelos me contaron desde niña toda anécdota de mi madre, su infancia, niñez, adolescencia y el breve tiempo que ella me sostuvo en sus brazos. Evitan recordarme su ultima noche, cuando ella solo estaba sobre la camilla con sus ultimas fuerzas despidiéndose de nosotros, tarde un tiempo en darme cuenta que ella no volvería...

Suspire hondo aguantando romperme frente a ella, para mi solo era la Señora Taller amorío de mi padre, pero puso su mano en mi hombro sonriéndome levemente con ternura, luego de eso quito su mano y avanzo hacia la puerta, volteo antes de marcharse.

Emma- Eres idéntica a ella -

Comprendiendo mi melancolía, suelta unas ultimas palabras para marcharse cerrando la puerta a su paso, me quede observándola hasta que se fue, en silencio, quizá eso le duele a mi padre, realmente tengo todos sus rasgos físicos incluso esa manchita en la parte superior de mi espalda.
Tal vez verme le duele, le recuerda a la mujer que mas amaba y perdió... Que tanto como yo, extraña.

Intento despejar mis ideas y disipar mi tristeza tomando un taxi que me lleve al centro, pasando el resto del día entre la gente que caminaba y miraba los escaparates de las tiendas al igual que yo.
Disfrutaba perderme entre la gente, observaba parejas caminando de la mano, señoras sentadas tirando migas de pan a las palomas y niños corriendo hacia las grandes jugueterias, el centro podía ser tranquilo, la vida podía ser tranquila y este año quizá seria memorable y un respiro a la rutina.

Los días avanzaron lentos, el verano finalizaba por fin y empezaría otra etapa de mi vida, ya no estaba en Inglaterra con mis abuelos, ya no veía a mis amigos para ir caminando al instituto, aquí no conocía a nadie, sentía nervios como mi primer día en clases de piano, me encontraba perdida y al mismo tiempo encontrando un nuevo rumbo.

Aquí todo parecía tan distinto, el despertador no seria la abuela preparando sus famosos cafés con galletas, ni el abuelo leyendo el periódico, ya no me despedía de ellos con un beso en la mejilla y un reproche si llegaba tarde. Tampoco estaban mis amigos, extrañaba verlos cada mañana risueños, caminar con ellos e ir a las plazas juntos.
Mi vida había cambiado, por lo menos por un año, todo seria esto, esta casa invadida de recuerdos y tristeza, una madrastra, la empleada de turno y mi padre. Extrañaría mi vida rutinaria pero no todo cambio debía ser algo negativo, intentaba verle lo positivo, esa gran ciudad tenia tanto que explorar y que de niña jamas pude hacer, quizá era una oportunidad después de todo...

Y así llego el lunes, aproveche mis ultimas horas del verano llamando a mis amigos, seria extraño despertar al otro día y no verlos, mi rutina no escapaba de reírme con ellos o caminar con mi mejor amigo al instituto.
Las 6:30 AM marcaba el reloj, bostezaba levantándome sin muchas ansias, me encerré en el baño despertándome por el agua caliente de la ducha, me arregle y tome mi mochila bajando las escaleras.

Empleada- Señorita World, buenos días ¿Quiere que le prepare el desayuno? -

Decline la idea del desayuno, mis abuelos habían creado una pequeña cuenta bancaria con fondos para cualquier gasto, negando la compra de cualquier cosa ilegal obviamente, si necesitaba comprar material escolar, comida o tenia algún problema acudía a la tarjeta con la promesa de no gastar de mas ya que cargarían mi tarjeta cada lunes.
Con todo listo abrí la puerta y me marche, camine unas cuadras hasta la parada de autobús donde no había nadie, espere sentada unos minutos hasta que llego, subí entrando hasta el fondo y rogando no perderme el primer día.

Del Odio Al Amor  1ra TemporadaWhere stories live. Discover now