•••Capítulo 20•••

2.1K 152 8
                                    

Un frenazo del jeep me hizo despertar con mareos. Miré alrededor y como un Deja vu, todos estaban durmiendo.

Miré hacia afuera y estaba la jefa del campamento despertándolos a todos para que nos subiéramos en el bus para irnos finalmente al campamento.

—¡Ey, chicos!—. Removí a Mathew para que se despertara y me bajé del vehículo negro.

—VAMOS, DESPIERTEN JÓVENES, ES HORA DE BAJAAAR.

—¡Auch!—. Dijo mi no-novio tapándose los oídos.

—Vamos, tenemos que movernos al bus.

Lo llevé casi arrastrado y nos sentamos en los mismos asientos de siempre, Matt pareció darse cuenta y me miró con miedo.

—¿Qué pasa...?—. Pregunté con preocupación.

—No quiero perderte...Sé que va a sonar cursi pero nunca he sentido algo así por nadie, y cuando el campamento acabe tú seguirás con tu vida y yo con la mía y me asusta que te enamores de alguien más y te olvides de mí—. Dijo mirando hacia el suelo y rascándose la parte de atrás del cuello.

—No estaría preocupada si fuera tú, en Los Ángeles no tengo vida social, ni siquiera hablo con chicos...solo tengo una amiga y vive en España, la conocí por Instagram...

—Entonces, ¿Seguiremos hablando?

—Claro que sí, bueno, si quieres. Y hablando de preocuparse...yo soy la que debería estar preocupada de que te vayas por ahí con cualquier chica de tu ciudad...

—Créeme, eso nunca pasará—. Dijo mirándome a los ojos.

Una sensación indescriptible se posó en mi pecho, aunque intentaba sentirme bien algo dentro de mí no me lo permitía.

—Eso espero—. Dije cerrando nuestra pequeña pero significativa conversación.

El trayecto hacia el campamento fue más que incómodo, elambieste estaba pesado y desagradable. Todos en el bus estaban gritando y riendo y Matt y yo seguíamos en total silencio, en nuestros propios mundos.

Luego de pensarlo un rato me sentí algo culpable sin razón alguna, no había hecho nada y sentía un vacío doloroso en el pecho.

Intenté respirar profundamente pero nada, esa sensación agobiante seguía ahí violando mis sentimientos.

Sí, violándolos.

Entonces me di cuenta de por qué estaba sintiendo todo esto. Esta no era yo y el hecho de que Matt esté enamorado de la otra yo, la "cool", me hacía sentirme tan decepcionada de mi misma. ¿Desde cuándo soy así? Nunca me había dejado influenciar de nadie y ahora ni yo misma me conocía.

Miré por la ventana y estaba lloviendo, que casualidad.

Luego de unos 15 minutos de mirar por la ventanilla y lamentarme por dentro divisé al fin el portón del complejo de edificios que comformaban el campamento.

El autobús duró unos cinco minutos en estacionarse y se abrieron las puertas con un soplido que resonó en el vehículo.

Todos empezaron a levantarse y a salir haciendo una fila mientras se empujaban. Solo se escuchaban quejidos y pisadas hasta que todos salieron.

Matt y yo no nos movimos hasta que el último chico salió.

Matt no dijo nada, me tomó de la mano y salimos sin inmutarnos ninguno de los dos.

—TODOS VAYAN A SUS HABITACIONES Y PREPARENSE PARA LA CENA, HOY VENDRAN LOS NIÑOS DEL ORFANATO DE LA CIUDAD A CANTARLES UN POCO, NO FALTEN Y CORRAN PARA QUE NO SE MOJEN CHICOS.

—Nos vemos allí entonces—. Dije soltando la mano de Matt y yéndome sin mirar atrás.

No tenía idea de por qué actuaba así, él no me había hecho nada y aún así sentía que tenía razones suficientes para estar enojada con él, con razón dicen que las mujeres son difíciles. Ni ellas mismas se entienden.

Aunque en el fondo sabía que no era con Matt que estaba molesta.

Saqué la tarjeta de la habitación de mi maleta y entré con pesadez.

—¿Y esa cara?, ¿Pasó algo?—. Preguntó Sarah inmediatamente cerré la puerta.

—No, solo estoy cansada por el viaje, siempre me pasa lo mismo, no es nada—. Dije intentando poner una sonrisa genuina, que obviamente no salió.

—Parece que alguien está en sus días—. Dijo Cara después de que vio mi rostro y burlándose como siempre, ¿Por qué le gustaba irritarme tanto?

—Solo estoy cansada—. Dije con frustración entrando al baño y dando un portazo.

Le puse el seguro y me miré al espejo, de verdad me veía horrible. Me lavé la cara y me cepillé los dientes.

Me quité la ropa que llevaba puesta y entré en la ducha. Abrí la llave y dejé que el agua fría me empapara hasta que ya no se sintiera fría por más tiempo.

Me enjuagué el cabello e intenté sacar todo lo sucio que tenía después de una semana sin que tocara agua.

Salí tiritando por el frío y me envolví en una toalla blanca que estaba colgada en la barra de metal que casi todos los baños tienen.

Saqué una secadora del pequeño armario y me sequé el pelo sin darle ninguna forma, solo para no tenerlo mojado. No quedó tan mal, se veía natural. Como antes.

Salí a buscar ropa interior y unas licras con una blusa holgada y mis Converse preferidos que dejé de usar desde que llegué a este estúpido lugar.

Me vestí en el baño y salí sin una gota de maquillaje.

Al salir las chicas me miraron con las boca literalmente abiertas y los ojos como platos.

No sé por qué hice esto pero de un impulso saqué toda la ropa que Sarah me había regalado y la tiré toda en la cama con furia.

—Puedes quedártela—. Dije antes de salir de aquella habitación llena de estupidez.

Algo que no había mencionado es que antes de venir a este campamento arruina vidas yo leía todo el tiempo, meditaba a diario y era vegana. No sé por qué una vez llegué aquí dejé de hacerlo y me arrepiento.

La meditación no es lo que muchos creen, no es algo para conectarse con dioses ni algo de monjes budistas.

La meditación es simplemente tomarse un momento para vivir el presente.

Me sentí estúpida por cambiar solo para agradarle a un par de niñas plásticas.

Llegué al comedor y todos se quedaron callados al verme entrar, seguí mi camino y encontré con la mirada a Matt al final del comedor, me sentí con miedo y vergüenza  por primera vez en su presencia, pero él simplemente me sonrió y se levantó de su asiento para abrazarme, ahí, en el medio del comedor.

Y a pesar de estar rodeados de personas, sentía que éramos los únicos allí. Hasta que de un momento a otro escuché aplausos por todo el lugar, incluso de Maggy. También me di cuenta que estaba llorando, pero creo que esta vez era de alegría.

—¿Por qué están todos aplaudiendo?—. Le pregunté entre risas a Matt.

—No sé y probablemente ellos tampoco sepan por qué—. Dijo riendo conmigo.

Nota de autora.

No ustedes pero a mi me encantó este capítulo. Y tal vez no se estén dando cuenta pero ya se esta acabando la historia y no quiero que se acabeee😔😩😧😭.

Pero bueno espero que les haya gustado, gracias por leerme❤❤








Campamento De PerrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora