Capítulo 50

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Ha sido el más horrible cumpleaños que Winter ha presenciado, y algo en el pecho le dice que los demás serán peor si no se aleja de él. 

Ella es un monstruo, y siempre lo ha sabido, ha nacido con el fin de destruir la belleza de toda estación, de matar toda la vida que hay en aquellas, ese es el fin de no tener corazón: ser despiadada como su respectiva estación. 

Una suave pero helada llovizna cae en Oslo, y por el humor que Winter tiene puede que se convierta en granizada. El crepúsculo del amanecer está dando sus primeros rayos, y el silencio que se ha apoderado de la ciudad por la noche en poco tiempo volverá a ser ruido. 

No se puede estar tranquilo si la mente no calla, y menos cuando no se tiene un corazón pero pueden sentirse sus latidos. La frialdad es de nacimiento, pero el hielo al calor se derrite, se vuelve agua, incluso vapor. Ha notado que Summer se ha enamorado de sus raíces, de todo lo horrible que lleva en el alma, y nunca la juzgó, nunca criticó quien es, ni cada insulto que salía de su boca, él siempre le respondía con una sonrisa o alguna broma. Pero el destino cambia, las cosas pasan, y lo que el hilo rojo tiene destinado es lo que se debe hacer, pues dicen que el hilo puede tensarse, enredarse pero jamás romperse; tal parece que su hilo rojo no es al lado de Summer, tal vez sólo su hilo rojo se enredó con el suyo por error. 

Los pies le duelen de caminar desenfrenadamente, no ha parado de caminar en toda la noche por las frías calles de la ciudad; tiene los ojos inyectado de sangre, ni siquiera se ha dado cuenta que lloró toda la noche, ha llorado tanto que incluso ha dejado de creer en sus propias lágrimas.

El sol brilla intensamente, siendo una estorba para su delicada piel, pero quiere sentir algo de Summer aunque le haga daño, aunque sea por última vez, antes de irse a su reino, donde no da la luz del sol y sólo vivirá de recuerdos que está dispuesta a olvidar por su bien mental. Lo más raro es el sol, en invierno el sol nunca sale en el mundo, parece que el verano se está queriendo entrometer en los asuntos del invierno, porque a pesar de todo hace un frío enorme . 

Observa desde lejos la arena de la playa, pareciera estar caliente por el fuerte sol, está dispuesta a todo con tal de guardar ese calor como recuerdos que no volverán, porque no volverá jamás el tiempo que pasó. Se quita las sandalias que lleva puestas y se dispone a caminar sobre la caliente arena que tanto mal le hace si hace el más mínimo contacto. 

Recuerda el día en que él la llevó a la playa, aquella fogata, todo. Cuando ella se durmió en su hombro y la llevó hacia aquella cabaña. 

Escribe varias veces su nombre en la arena, pero el océano lo ha borrado, igual que borrará los recuerdos en él. Ruega por la felicidad de Summer, para que el viento y el agua borren su ausencia y se llegue una compañía que haga bien, que no sea despiadada como ella. 

«Ni siquiera en verano podré verte; el viento y el agua borrarán mi ausencia, y el sonido del océano te llevará a conocer nuevos faros que alumbren tu camino en las tinieblas, que te consuman tanto como el sol, para al final reemplazar esta triste canción que tejimos en nuestros locos intentos de jugar al amor»    

Se deja caer sobre la arena, con la cara hacia el sol. La piel le arde, siente que se quema por dentro y por fuera, sin embargo es menos doloroso que lo que siente por dentro. 

Akku fue capaz de seguirla pese a que con su poder es capaz de encontrar a alguien en cuestión de segundos, no le gusta practicar su poder, sólo lo sabía su abuela. 

Cree que ya es demasiado drama, que ya es hora que Winter reaccione, que lo tome o lo deje. Es demasiado verla sufrir, verla autolesionarse aunque le gritó a Summer que lo odiaba, sabiendo que no lo odia, lo ama y todo mundo lo sabe. 

El invierno se pone de pie y camina hacia el agua, teniendo en cuenta que el sol combinado con arena son letales pare ella. El día que fue a Atlantis tuvo una fuerte fiebre por haber entrado al mar que hay en la habitación de Summer a buscar algas para que él pudiese respirar en el agua, pero nadie lo supo, se guardó aquel malestar sólo para ella.

Antes de llegar a la playa donde está Winter, fue al apartamento donde solía vivir, sacó el auto y la buscó temiendo por ella, y porque cometiera una locura. Se aplica bloqueador solar, se acomoda una gorra en la cabeza y unas gafas negras en sus ojos, saca una sombrilla y la abre, y luego toma una toalla. 

Se introduce al océano y por la rabia y preocupación deja caer la sombrilla. Winter abre los ojos sorprendida, él tiene una cara de que va a regañarla; Akku respira lo más hondo que puede para calmarse pero no logra hacerlo. 

—¡¿Qué putas estás haciendo?! —la sacude de los hombros —¡¿Te estás matando?!, ¡Estás acabando con tu vida! 

—Vete —esquiva la mirada de su hermano. 

—Te irás conmigo. Te llevaré a un lugar lejos de él, donde no puedas volver a verlo. 

—¡He dicho que te vayas! —una gigantesca ola se alza, para caer encima de ellos, pero Akku tiene muchos reflejos y logra congelarla. 

Winter siente un leve mareo que poco a poco se está engrandeciendo; incluso con los ojos abiertos no logra ver la luz, sólo visualiza oscuridad, y su cuerpo tambalea de adelante hacia atrás; su respiración es más rápida de lo normal, y pierde el equilibrio, cayendo desmayada. 

A Akku no lo ha tomado sorprendido su desmayo, ella se está deshidratando y la debilidad está corriendo por sus venas por haber estado tan expuesta al sol y sal. Recuerda que antes de ir tras ella pidió el número de teléfono a Travis por si la encontraba, así que lleva a su hermana a los asientos traseros del auto y llama a Travis. 

—La encontré —le dice a Travis. 

—¿Qué? ¿Dónde están? 

—En el Océano, pero ella no está bien. Está inconsciente. 

—¿Qué? ¿Qué le hiciste? 

—No le he hecho nada. Aquí en Oslo hace mucho sol a pesar del frío; ella vino al océano y le metió en el agua... 

—¿Qué? —interrumpe —¿Acaso quiere morir? 

—Ven rápido. Necesitamos llevarla a un lugar frío y seguro.   

Ha tardado más Akku en darle la explicación a Travis que lo que él demora en abrir el portal y llegar a donde están. El silencio de las olas hacen sentir al hermano del invierno más calmado y menos preocupado por ella, pero eso no significa que la histeria no lo esté dominando. 

Preguntándose como nació el querer de Winter y de Summer, así se encuentra, tan distraído que no escucha lo que Travis le está diciendo. ¿Se enamorarían escuchando el ruido del mar bajo las millones de estrellas del firmamento? 

—¡Akku! —grita Travis para llamar su atención? 

—¿Sí? 

—Es mejor que abramos el portal en el bosque, los turistas están llegando y no podemos dejar que nos vean abrirlo.

—Bien —se sube en el asiento del copiloto para que Travis conduzca. 







Especial del cumpleaños de Winter, navidad y año nuevo. 

Winter [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora