Epílogo

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El castaño admiró la rosa que brotaba en la mitad del jardín, su belleza hacía palidecer a las que se mantenían a su alrededor. Se sintió admirado ante su increíble color similar a la sangre, en la forma que sus pétalos se entrelazaban entre ellos para crear esa exquisita forma.

— Esta es bonita.

El joven atrás suyo la miró con desinterés.

—No es tan linda.

Con una leve sonrisa el castaño miró en otra dirección, hallando otro matorral donde crecían unas blancas y las señaló.

— ¿Y estas, qué te parecen?—Se acercó con emoción.

— Mnh. No son más hermosas que tú.

Ryeowook hizo un puchero regresando su mirada a la rosa, era realmente hermosa ¿cómo podía decir eso? Jong Woon esbozó una sonrisa al ver la expresión del pequeño, pero no estaba mintiendo de ninguna manera, era verdad. 

Extendió su mano a él ganándose apenas una tímida mirada.

— ¿Vamos?

El castaño quiso hacerse rogar pero no pudo. Estrechó su mano y dejó que su novio lo atrajera a su cuerpo para atraparlo en un beso que se extendió hasta sus mejillas, que empezaban a colorearse.

—Vendremos después.

Ryeowook le miró esperanzado.

— ¿Me lo prometes, hyung? 

Jong asintió acariciando su mejilla.

— Cuando broten los botones regresaremos.

Ryeowook sonrió.

—Está bien.

Emprendieron su camino por el sendero rocoso, dejando atrás aquellas flores hermosas que se marchitarían con el tiempo. Ryeowook dio un salto emocionado sorprendiendo a Jong Woon, con una sonrisa echó a correr para luego agacharse a coger algo.

Jong Woon le siguió y miró por encima de su hombro un diente de león que le robaba la atención del castaño. Con una sonrisa se arrodilló y señaló la flor.

— Se dice que el diente de león es capaz de hacer llegar mensajes de amor al cielo, con susurrarlo y soplarlo al viento se cumplirá.

La mirada de Ryeowook se agrandó y ladeó su rostro a él.

— ¿Quieres decir que el deseo que yo pida con esta flor se cumplirá?

Jong asintió mientras lo arrancaba y lo ponía frente a sus ojos.

— Debes soplarlo fuertemente para que salgan a volar todas las semillas. 

El menor tomó la flor en su mano admirándola, era increíble que una flor tuviera esas propiedades. La examinó buscando algo fuera de lo normal, pero a sus ojos sólo había un tallo con muchos rayos de sol en un extremo. Exacto, era como el sol.

Cerró los ojos, apretó el pecho y acumuló una buena cantidad de aire.

Cientos de semillas blancas salieron volando, el aire las movía suavemente elevándolas en el inmenso cielo azul. Jong Woon siguió su trayecto con la mirada, las vio perderse poco a poco hasta desaparecer.

Ryeowook sonreía mientras miraba el talló que había quedado solo en su mano.

 — ¿Ves?— Lo extendió a Jong Woon— Mi deseo se va a cumplir. 

Ambos se pudieron en pie. Jong tomó de nuevo su mano para tomar el camino del que se habían desviado.

Ryeowook miraba el cielo sonriendo.

— ¿Qué pediste?

El castaño negó.

— Es un secreto.  

Jong Woon dejó un último beso resignado a que tendría que quedar con la duda. Aunque no importaba. Desde que su amor se mantuviera a su lado.

Ryeowook se dejó guiar por el sendero con una sonrisa aferrándose al calor ajeno, miró una vez más el tallo que se mantenía en su mano.

Siempre sería feliz al lado de su hyung.





Hemos llegado al final de esta historia, agradezco de todo corazón a las personas que se tomaron el tiempo de leerla, comentar y compartir.

Los/as invito a que lean otros de mis fics.

Gracias por todo.

¡Chao, chao!

Posdt: Denle mucho amor a Super Junior.

Doce deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora