6-. El mago contra los caidos 2/2

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Este es el mundo de fantasía que acostumbraba a jugar día a día, mi escusa para salirme de la realidad donde era yo y mi soledad mientras mi madre trabajaba. Un gran escape a mi poca vida social; pero no me quejaba, era lo suficientemente feliz dentro de aquel mundo virtual, rodeada de gente solidaria, amable y carismática, que sin duda me alegraba los días.
Si me parecía tan bello desde fuera de él no se imaginan como es de maravilloso una vez dentro, el dulce canto de aves multicolores, el mar tan cerca de nosotros, el olor de hierva húmeda, todo tan perfecto.
¿Realmente podría vivir aquí... O debería intentar volver?

Mamá es el problema. Mamá me extrañaría, la conozco y sé que lloraría mares si desaparezco sin dejar ningún rastro.
Hace unos años me había perdido por tan solo 30 minutos y ella estaba desesperada, su voz quebrada y su respiración agitada, ese día me hizo prometerle que nunca la dejaría sola.
¿Qué hago?

Mamá...

Mientras me perdía en mis pensamientos se escapo un leve susurro de mis labios, aún estábamos sobre aquel unicornio. Arthur al oírme tan solo hizo como si nada y continuó dirigiendo a tal animal místico.

¿Tan preocupada estás de tu familia?. Don't worry, de seguro encontraremos la forma de volver

La voz del inglés fue suave pero sin perder aquella chispa que le destacaba. Solo sonreí melancólicamente y me abracé a su espalda.

No es eso. Solo no se que hacer, si quedarme o reg-...

Pare de hablar cuando el unicornio se detuvo en seco, Arthur se mantuvo en silencio y yo solo mire por sobre su hombro; era la ciudad y todo parecía normal.
¿Donde se habrán metido esos caídos? Al parecer por la ciudad no han estado, los NPC sigue calmados y vendiendo sus productos, los de tipo ciudadano/pasivo seguían haciendo sus cosas (aunque lo que había investigado y comprobado con mis propios ojos era que los NPC variaban lo que llevaban por código natural, muchos de ellos hacían cosas como gente normal dejando sus típicas frases y sus típicas acciones).

Por aquí no han pasado por lo que veo, ¡Damm it!
Calma

Arthur solo se mantuvo en silencio observando tratando de buscar alguna anormalidad, pero no lo logró. Se bajó y caminó de forma lenta adentrándose en la ciudad, el unicornio le siguió el paso sin provocar ninguna reacción en los NPC.

¿Habrán más por los alrededores?. Quizá estén escondidos en otras ciudades... — 
Si ellos lograron cruzar ten por seguro que otros lo hicieron de igual forma —Arthur decía esto mientras adelantaba un poco.
Eso me preocupa, estás personas pueden correr peligro también...

Con una notoria preocupación en mi tono de voz traté de no pensar en cosas negativas, ¿si bien eran NPC volverían a aparecer en el mismo lugar, no? ¿Son inmortales, no?

Luego de unos 20 minutos aproximadamente llegamos al gran salón del gremio asiático, allí estaban todos preocupados y esperando nuestro regreso, yo baje del unicornio e inmediatamente fuí abrazada por Feliciano, en su rostro vi marcas de lagrimas y una inmensa angustia; le abracé de vuelta y acaricié su espalda para calmarlo.

Oye tonto, nos preocupaste — El primero en hablar fue el francés de una forma molesta — Nosotros aquí viendo como tu barra de vida baja y sin poder hacer algo
No soy un debilucho como tú, ademas estaba con (t/n) — Le respondió de vuelta el ojiesmeralda desviando su mirada algo complicado.
Aiyaa... No actúes como un niño malcriado
Debemos hablar jovencita...— 

La voz del alemán captó mi atención y algo apenada asentí con mi cabeza, estaba demás decir que su expresión era seria pero con preocupación en sus ojos; me sentía de igual forma como cuando mi madre me regañaba, él tenía la misma esencia que ella, hasta cierto punto podía decir que eran iguales hasta en la forma de regañarme.

Lud, (t/n) solo lo acompaño para no dejarle correr peligro, ¿no?

Feliciano me sonrió mientras no dejaba de abrazarme, la dulzura en sus ojos me conmovía logrando sacarme una sonrisa como respuesta a la suya.

Una vez más el italiano me saco de apuros, Ludwig suspiro dando por hecho su derrota mientras que el japones y los demás observaban con una sonrisa en sus rostros aquella "graciosa" escena.

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Ya de noche, me atrevería a decir que pasada media noche, me encontraba mirando el "interesante" recubrimiento del techo; si, no podía dormir, no lograba sacar de mi cabeza aquella amarga angustia de no saber que hacer o donde ir.

Sin más me levante sin hacer ningún ruido, Lud y Feli estaban profundamente dormidos y no quería despertarlos (ya había comprobado que el alemán tenía el sueño ligero y el italiano uno pesado), salí de la habitación cerrando la puerta lentamente y caminé hasta el gran salón. Algunas lámparas asiáticas, de esas con papel decorado recubriéndolas, aún estaban encendidas dando una cálida y tenue luz a la habitación.

¿No puedes dormir?

La voz de Ling por un momento me asusto, pero al reconocerla le sonreí. Ambas tomamos asiento en el pasillo que daba a la salida (básicamente para no hacer ruido y despertar a medio mundo), hablamos un poco sobre lo ocurrido con el señor Yao el día anterior; ella solo bajaba la mirada con las mejillas sonrosadas, cada vez me daban más razones para pensar que se quieren o algo. A los minutos llegó Kiku que decía no poder dormir al igual que nosotras dos, tomó asiento a mi otro lado quedando yo entre los asiáticos.

¿Han sentido algún malestar donde los atacaron los caídos?
En realidad no — Kiku respondió a mi pregunta mientras colocaba una mano en su pecho.
Para nada — Ling llevo su mano a su ojo suspirando.

Les sonreí al ver que no había problemas, aún me causaba una inquietud en lo profundo de mi pero decidí ignorarlo. Al paso de unos 30 minutos conversando sobre lo que había encontrado cada uno en este mundo hubo un silencio escalofriante por parte de mis compañeros, ambos se quedaron mirando la nada sin expresión; asustada trate de que me respondieran pero no lo logré.

Chicos, me están asustando...

La primera en hacer algo fue LingLing, se levantó y caminó hacia las habitaciones, no comprendía que sucedía y trate de llamarla por su nombre alzando la voz, esta se giro a mi y a la luz de las lámparas vi aquella marca en su ojo; la luz se fue dejando solo la luz de la luna entrar por las ventanas, me levante para ir tras ella pero un mareo me llevo de vuelta al piso...

<< Siento... Que me desmayare... >>

Mi barra de mana, o poder mágico, había bajado de golpe a 0 sin siquiera usar algún tipo de curación o ataque. Me giro para pedir ayuda a Kiku, pero este estaba de pié a contra luz observándome; todo se fue a negro luego de eso.

Lo único que logre escuchar mientras trataba de reaccionar fue la voz de Arthur peleando, exactamente no se con quien pero supuse que era LingLing ya que también escuchaba unos quejidos de ella, la voz preocupada de Yao y los demás, también unas voces que no reconocía pero nuevamente caí inconsciente. 

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Exactamente no se cuantas horas pasaron, abrí un poco mis ojos y me tope con el manto de estrellas sobre el cielo oscuro; unas manos fuertes me llevaban en brazos caminando, al ver su rostro supe que era uno de los caídos que pasaron el portal en el acantilado. ¿Por qué me tenía en sus brazos? ¿A donde íbamos? ¿Qué estaba sucediendo?

Our Fantasy [Hetalia X Lectora]Where stories live. Discover now