—Gra...ce
—Shist, no digas nada Cameron —al sentir su cálido aliento en mi abdomen cerré los ojos sumamente excitado. —Sólo déjate llevar.
Desabrochó mis pantalones y los bajó rápidamente poniendo sus manos en mi miembro por lo cual gemí. Luego paró haciendo que la mirara confundido. Ella me sonrió de manera coqueta llevando su mano hacia su blusa azul la cual se quitó de golpe dejándome más excitado que antes. Sus pechos no eran los más grandes pero tenían una forma sensual. Estaban bien formados en pocas palabras.
Sentí como estaba jugando con el elástico de mis calzoncillos mientras posicionaba su mirada en mi lo cual me estaba poniendo más caliente. Llevé mis manos hacia sus pechos aún cubiertos por el sostén, los presione levemente haciendo que gimiera. Y entonces metió su mano en mis calzoncillos provocándome un gran gemido.
La manija de la puerta sonó haciendo que nos separáramos de golpe. La voz de una chica quejándose resonó en todo el lugar seguido de una disculpa por parte de Chase. Joder. Tamara.
—No encuentro las malditas llaves —dijo Chase detrás de la puerta haciendo que Grace abriera los ojos de par en par.
—No jodas Cameron —masculló Grace muriendo de vergüenza. —Nos van a ver —rápidamente me subí el pantalón tratando de que todo pareciera normal. —Tu, tu, pene está sumamente erecto Cameron —informó.
—Iré a darme una ducha —dije eso y Grace rápidamente se puso la blusa y corrió hacia el sillón por lo tanto yo corrí silenciosamente hacia la ducha. Justo cuando abrí la regadera escuché a Chase entrar a la casa.
Después de darme aquella ducha helada salí del baño con una toalla enrollando mi cadera y con mi ropa cargada en mi hombro. Sacudí mi cabello tratando de secarlo rápidamente. Al ver que no estaban Chase, Tamara ni Grace fui hacia mi habitación en busca de unos calzoncillos limpios. Cerré la puerta con seguro y caminé hacia mi cajón.
—Pero que obvio eres Cameron —me sobresalté al escuchar a Chase. Inmediatamente miré hacia mi cama donde estaba sentado en una esquina. ¿Cómo no lo había visto? Chase es una torre y es imposible no verlo.
—De que hablas —intenté parecer neutral. Pero recordar a Grace de esa manera hizo que elevara la comisura de mis labios.
— ¡Qué asco Cameron! Por favor, no me digas que tuvieron sexo en la mesa, por favor, no, en esa maldita tabla comemos, hay no, en el sillón no, ¡sabes cuantas veces me quedo dormido en ese maldito sillón! —gritó dramáticamente mientras daba varios manotazos al aire.
—Que puto asco Chase, no, no tuvimos sexo en ningún lado —aclaré dándome la vuelta para buscar mis calzoncillos. Tomé unos blancos y me los puse sin quitarme la toalla. —Sólo tuvimos algo parecido a un faje —comenté dejando caer la toalla. Me puse mis pantalones rápidamente al igual que la camisa blanca que traía. —No te daré detalles, ya sabes, es por Grace, su privacidad.
—Ajá, si lo sé, pero pues llegó a ya sabes que.... —puso su puño enfrente de su boca y comenzó a hacerlo hacia delante y atrás repetitivamente. Solté una carcajada al ver a mi mejor amigo hacer eso.
—No, por tu maldita culpa no llegó a hacer eso querido amigo —Ahora fue Chase quien se soltó a reír.
— ¿Y qué tal estuvo tu ducha? —se burló mientras elevaba las cejas repetitivamente.
—Cabrón.
Invité a salir a Grace esa misma noche antes de irme a dormir, ella accedió inmediatamente pero debo aclarar que nunca mencioné el término cita ya que Chase también iría para verse con Tamara, cosa que no sabía Grace. Y decidí dejarlo así.
5.-Ser algo más que amigos
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