—Tú también eras más amable en mis fantasías —dice, con fingida tristeza—. Me han arruinado por completo.

— ¿Quieres, por favor, concentrarte en lo que realmente importa? —Mi voz suena cada vez más impaciente e irritada, pero aún hay un vestigio de vergüenza en ella. No puedo evitarlo. Su comentario me tomó con la guardia tan baja, que no puedo sacarlo de mi cabeza—. Háblanos acerca de lo que está pasando. ¿Con qué objeto Gabrielle te ha enviado?, ¿por qué diablos nadie fue capaz de percibirte?, ¿qué hacías anoche en la carretera?, ¿estabas siguiéndome?, ¿qué diablos está pasando con los espíritus que aún no cruzan?, ¿qué ha ocurrido con Mikhail? —Me detengo unos segundos antes de añadir—: Nosotras creímos que estaba muerto.


Los ojos del ángel se posan en mí una vez más y todo el humor que había en su rostro hace unos instantes, se esfuma. Su expresión es ahora dura y severa y, por un momento, luce como si el peso del mundo cayera sobre sus hombros.

—Las cosas están bastante agitadas en todos lados, Annelise —Rael habla. Esta vez, el tono de su voz es serio. No me pasa desapercibido el hecho de que ha vuelto a llamarme por mi segundo nombre—. El escape de Miguel de las Fosas del Infierno, ha hecho que el poco equilibrio que se había conseguido en el mundo se fuera a la mierda.

—No estaba muerto, entonces —Daialee murmura, pero suena más bien como si estuviese hablando para ella misma.

Rael niega con la cabeza.

—No. Quizás ustedes no lo sepan, pero es muy difícil matar a un ser de su naturaleza o la mía.

— ¿Quieres decir que tanto ángeles como demonios pueden morir? —Mi amiga pregunta con incredulidad.

El ángel asiente.

—No cualquiera puede acabar con nuestra existencia, pero definitivamente no somos inmortales.

—Entiendo... —ella musita.

—Dices, entonces, que Mikhail escapó de las fosas del infierno —digo, con la esperanza de que el tema anterior sea retomado—. ¿Cómo es que llegó ahí en primer lugar?

Rael se encoge de hombros al tiempo que dice—: Los detalles de su encierro son completamente desconocidos para mí, pero Gabrielle tiene la teoría de que los seres que intentaban llevárselo el día que desapareció lo aprisionaron en el infierno. No estamos muy familiarizados con la naturaleza de estas criaturas, pero Gabrielle dice que emanaban una energía bastante oscura.

—Cabe la posibilidad de que esos seres se hayan encargado de concretar la transformación de Mikhail a demonio, ¿no es cierto? —Daialee pregunta, con los ojos entornados en dirección del ángel.

—Es una posibilidad —Rael asiente en aprobación y luce un tanto... ¿sorprendido?—. Esa teoría, de hecho, es bastante buena. No habíamos pensado en eso antes.


— ¿Es posible que transformación haya hecho que Mikhail se olvidase de Bess? —Daialee habla al cabo de unos segundos de silencio.

—Así es —Rael responde—. Es un hecho que la transformación se ha encargado de eliminar cualquier recuerdo que Miguel Arcángel pudiese haber almacenado en su memoria. Ahora que es un demonio completo, ni siquiera es capaz de recordar que fue uno de nosotros.

Mi corazón se estruja con las palabras del ángel, pero me obligo a no hacerlo notar.

— ¿Cómo es que sabes eso? —Pregunto, a pesar de que no estoy segura de querer escuchar la respuesta. A pesar de la revolución sentimental que ha comenzado a formarse en mi pecho—. ¿Cómo es que sabes que no es capaz de recordar?

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