Q U I N C E

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«Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad».

—Jean-Paul Sartre


Ryeowook suspiró, derrotado. Sentía un vacío en su pecho y no entendía el porqué.

Dos meses. Habían pasado dos meses desde que se casó con Kyuhyun. Dos meses en los que el amor ajeno comenzaba a escasear, y el cariño hacia el castaño no había aumentado en lo absoluto.

El ahora pelirrojo se miró en el espejo del baño, abrió el grifo y mojó su rostro.

—¿Por qué eres tan idiota, Ryeowook?—preguntó para sí mismo.

No amaba a Kyuhyun, nunca había llegado a amarlo, tan sólo era aprecio.

Caminó a la cocina y comenzó a preparar la cena. Al menos debía complacer a su esposo, ¿no? Kyuhyun, su esposo. Eso no sonaba correcto.

Terminó en pocos minutos, sonrió ante su evidente avance en la cocina para hacerlo más rápido. Ordenó la mesa y esperó pacientemente. Eran las 9:53, faltaban siete minutos para la llegada de su esposo.

Observó su reloj nuevamente; 10:26. Seguro había pasado algo en la oficina, existían días donde tenía que quedarse más tiempo para finalizar un documento. Sí, seguro era eso.

11:18, Ryeowook tragó saliva, ¿y si algo malo le había sucedido? No, si algo hubiera pasado él lo hubiera llamado.

El pelirrojo tomó su celular con desesperación, el reloj marcaba más de las 12 y Kyuhyun no había aparecido. Traía dos horas de retraso y eso no pintaba bien. Marcó y esperó, pero le mandaba a buzón. Gruñó desesperado y se dejó caer sobre el sofá.

La puerta se abrió al rededor de las 1:34 a.m, Ryeowook se levantó y observó a Kyuhyun, parecía borracho y completamente fuera de sus cinco sentidos. Era extraño, considerando que era un buen bebedor.

—¿Dónde estabas, Kyuhyun?—lo interrogó el más bajo.

El castaño sonrió cansado y volteó a verlo con aire aburrido.

—¿Qué te importa?—sonrió con burla y caminó hacia su habitación.

Ryeowook lo tomó del brazo, deteniéndolo.

—¿Dónde estabas?—repitió.

—¿Te acostaste con Siwon?—preguntó de repente.

El mayor frunció el ceño.

—¿Cómo me preguntas eso? Siwon está muerto.

—No seas idiota—Wook sintió un nudo en la garganta ante la forma en que lo había llamado—. Antes, ¿te acostaste con él?

La sonrisa burlona del menor comenzaba a cansarlo, tenía ganas de quitársela a bofetadas, pero debía ser civilizado.

—Sí, lo hice, pero fue antes de-

—¿Cuándo?

—Eso no importa.

—¡Mierda, Ryeowook, contéstame!—gritó y estrelló la botella que traía en la mano contra la pared.

—¿Y qué si me acosté con él?—Kyuhyun abrió los ojos de golpe—. No tienes derecho a cuestionarme algo fuera de nuestro matrimonio, Cho. Es mi vida.

Kyuhyun asintió para luego reír sin gracia. Y lo golpeó.

—Eres una puta. Con Siwon, conmigo, con Jong Woon, ¿con cuántos más has cogido?

LETRAS Y CAFÉ - | YEWOOK |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora