– Se que día es hoy –susurra por fin y Jungkook entrelaza sus manos.

– No quiero irme...

– Y yo no quiero que te vayas...

Pero Jimin no pertenecía al mundo de Jungkook y jamás lo haría. No era tan solo por la religión sino por la gente que lo rodeaba, no podía si quiera pensar en las atrocidades que esa gente hacía en contra de los homosexuales y tenía bastante claro que al castaño no le darían tregua alguna, ni siquiera por ser parte de ese medio durante toda su vida.

– ¿Me vas a enseñar lo qué dijiste? –pregunta Jungkook.

Jimin soltó un suspiró rendido. El mismo le había prometido prácticamente a Jungkook enseñarle cosas de su pasado para que pudiese conocerlo más a fondo y no se sentía listo para dar un paso tan grande como ese. De todas formas ya no podía retractarse, tendría que cumplir lo que había dicho.

– ¿Estas bien de tu herida? –pregunta y Jungkook asiente.

– Ya no arde.

– Bien, ve a ducharte así saldremos antes.

Jungkook sonrió y con cuidado se levanto de la cama para hacer lo que Jimin le había pedido, mientras el rubio se quedaba allí hecho un ovillo. Jimin aprovecharía de dormir antes de que salieran, debía descansar para lo que se vendría.

•   •   •

– ¿De verdad ya se tienen que ir? –Jin los mira apenado, había cocinado bastante como para que pudiesen almorzar los tres.

– Tenemos mucho que hacer y poco tiempo –dice Jimin– lo siento.

– Esta bien –asiente resignado el peli-rosa– pero prometan que me vendrán a ver apenas puedan, ¿bueno?

Jungkook sonríe agradecido porque de verdad lo estaba. Si no fuera por Jin quizá el se hubiese ido a su casa el día anterior sin tener el valor de hablar con Jimin. A pesar de que apenas se conocían le había demostrado que era alguien de fiar y Jungkook pensaba que era hora de tener amigos.

– Lo prometemos –responde el castaño.

– Gracias, Jungkook. Mi casa es tu casa.

Entre abrazos y sonrisas salieron de la casa directo a tomar el autobús. No hablaron mucho durante el trayecto, Jungkook no tenía ni idea a donde se dirigían y Jimin estaba muy nervioso para poder explicarlo. Era raro que después de que se acercaran tanto hubiese aparecido esa brecha de silencio que empezaba a poner las cosas tensas.

Jungkook tuvo que pensar mucho antes de si quiera intentar preguntarle a Jimin algo. Veía al rubio tan serio que le asustaba creer que quizá era un grave error haberle pedido que le enseñara su pasado. Quizá era mucho contando que apenas habían confesado sus sentimientos hacía un día, pero tampoco era capaz de retractarse. Jimin le ocultaba algo, definitivamente, y quería saberlo.

El autobús que tomaron paso justo frente a la iglesia que asistía Jungkook, para luego dirigirse el centro de la ciudad. A este último le fue imposible sentir un ligero mareo al ver el edificio y tener a Jimin sentado justo a su lado. No quería arrepentirse ahora, no cuando ya estaba aceptando sus sentimientos hacia un hombre... Pero le era difícil olvidar de un día para otro todo lo que le enseñaron durante casi 18 años de vida.

Tentación ◆ Kookmin ; 국민Where stories live. Discover now