Como un milagro

¿Cómo?

Asher's POV

— ¿Tu eres Alex?

— Sí, soy yo.

— ¿Me podrías hacer un favor?

— Depende.

— Es sólo una pregunta.

— Está bien...

— Sólo quería saber como llegaste hasta aquí.

— Ah, bueno... Yo llegué aquí por qué Fernando está aquí, es decir, él es mi jefe.

— Vale.

— Bien.

— Por cierto ¿Tu eres de Brasil?

— No, yo vivo en Valencia, bueno, vivía...

— Ah, vale, está bien saberlo.

— Me alegro.

— Y ¿Cómo llegaste? ¿En barco? ¿Avión quizás?

— Oye Asher, ¿No era sólo una pregunta?

— Sí.

— Pues, adiós.

— Alex espera.

— ¡Hasta luego!

— Pero no me has... contestado.

Fernando's POV

— ¡Fernando!

— Oh, oh.

— ¿Como que "oh, oh"? ¿No te alegras de verme?

— Perdón, quería decir ¡Oh amor, que alegría verte!

— Mucho mejor...

— Ahora en serio, ¿Qué haces aquí Mónica?

— ¿No te alegra que el amor de tu vida haya venido a verte?

— Pues claro que sí, pero estoy en medio de un proyecto secreto.

— ¡Ah! ¡Es verdad, eso de la nueva bomba nuclear!

— No chilles Abentau.

— ¿Qué es eso?

— Impulsiva.

— ¿Qué es eso?

— Fuera.

— Vaaaaale, adiós amor.

— Sí, sí, lo que tu digas...

Mira que es pesada...

Mom's POV

— Hola, buenos días, ¿Dónde puedo obtener información acerca de un vuelo?

— Sí bueno... Dígame el vuelo.

— Oh, sí, un momento por favor.

— Señora no tengo todo el día...

— ¡Aquí está! Es el 1473 con destino a Brasil.

— Lo siento pero no hay ningún vuelo registrado con ese número.

— ¿Cómo?

— Qué no hay ningún...

— Sí, ya la he escuchado señorita.

— Pues bueno, lo siento mucho.

— No, no, no, me parece que se ha equivocado. Mi hijo Asher Pemberton se montó en ese avión hace 18 días y usted me está diciendo que ese vuelo no existe. Llame a su superior ahora mismo.

— No puedo hacer eso señora, si no tiene nada más que preguntar le ruego que abandone el puesto.

— Y encima contesta...

— Señora, le ruego que abandone el puesto.

— Oh, no se preocupe, lo haré, pero no sin una hoja de reclamaciones.

— No nos quedan.

— Sigue hablando, más cosas que denunciar...

— Si sigue así me veré obligada a llamar a la policía.

— Hágalo, a ver quien va a la cárcel.

— A un manicomio si eso...

— ¿Eso era por mi?

— ¿Usted ve a alguien más por aquí?

— Se acabó, llamaré a la policía. Tengo un amiguito en ella, ¿Sabía que es el dueño de la fábrica de nutella?