9.

9.7K 617 272
                                    

POV Ciel.

La anterior noche, Sebastian se había comportado totalmente diferente, no me había cogido como antes; con deseo y lujuria. Parecía como si quisiera ponerme en un altar y que si me llegara a tratar con un poco de fuerza me rompería. No me disgustaba pero se me hacía algo raro, no era normal en él. Sin embargo acabamos agotados porque él es una bestia, y eso no lo cambia ni la técnica ni nada.

–Ciel... –Entró despacio a mi despacho y se paró a un lado del escritorio, lo miré.

–¿Sí? –Pregunté, estaba serio, más de lo normal.
–Alois Trancy... –Dijo en voz baja esas dos palabras, que en verdad contenían demasiados secretos.

–¿Qué pasa con él? –No me caía demasiado bien ese tipo, le tenía cierta desconfianza por ciertos asesinatos que tendían a haber surgido en su macabra mansión.
–Le... –Abrí los ojos al escuchar eso, me iba a tratar de nuevo de "usted" ¿Qué le pasaba? Él rápidamente se retractó y sonrió fingidamente– Te invitó a un día de campo, un picnic.
Me lo pensé, lo miré fijamente, estaba raro, no era mi mismo demonio sexy que me acompañaba todos  los días y me hacía desearlo tanto.

–¿Crees que debo aceptar? –Sebastian me miró fijamente tal como lo estaba haciendo antes, algo me dio miedo, sus ojos estaban más fríos de lo que me acostumbré. No me iba a dar ningún consejo, de eso estaba seguro.

–No lo sé, tal vez –. Su respuesta me dejó anonadado, no entendía esa actitud, pero por el momento solo me debía preocupar en esa reunión que tendría con Alois, él tenía demasiadas cosas a mi favor; podría hacer varios contratos con él y así tener un aliado más para la compañía.

–Vete. –Traté de actuar igual de frío que él, hizo una reverencia y se fue, me quedé mirándolo hasta que cuando ya iba a salir, me miró de reojo; eso me dejó petrificado.

Era medio día, ya habíamos almorzado, subí a mi habitación rápidamente, esperando que mi frío demonio me siguiera para probablemente; coger un rato y luego vestirme para irnos.

Pero no me siguió.

Lo tuve que llamar varias veces hasta que subió.

– ¿Sebastian? ¿No me escuchabas, cariño? –Sí, fue un error implementar esa última palabra, sus ojos se abrieron demasiado y no pude ver ningún sonrojo, eso fue decepcionante.

–Lo siento, ¿Quieres que te vista ahora?
Hice una mueca, ¡No! Quería que cogiéramos, pero ahora lo estaba arruinando todo. Se estaba comportando totalmente diferente que anoche, que aunque no me había tratado con la pasión que solía tener, me había hecho suyo de igual manera.

Me acerqué a él y desabotoné coquetamente dos botones de su organizada y limpia camisa.

–Por qué... –Me empiné y mordí el lóbulo de su oreja, ahora sí pude ver su sonrojo, eso me animaba más– ¿No jugamos un rato?
Me alejé de él para mirarlo desde abajo de nuevo, y dirigí mi vista hacia su pantalón. Me agaché hasta quedar al nivel de su cadera y desabotoné rápido este, solo dejé su bóxer, jugué con el ligero de este y lo bajé por completo. Fruncí el ceño... ¿Por qué aun no estaba erecto?
Miré hacia arriba y lo único que pude ver fueron sus ojos fríos mirándome fijamente, pero no de una manera tierna, sino despiadada. Me alejó con cuidado y se vistió de nuevo.

–Alistaré tu ropa, por favor, llámame cuando hayas salido para vestirte, estaré al pendiente. –Y salió de la habitación, ¿Por qué eso había sonado como una aburrida carta? ¿Dónde habían quedado sus tiernos besos que me daba hasta cuando iba al baño a hacer mis necesidades? Me dejó con el corazón en la mano y lo único que pude hacer fue recuperar la decencia y pararme para dirigirme al baño.

Ciel x SebastianWhere stories live. Discover now