Especial #2

10.5K 747 275
                                    

No querían que acabara aun, por alguna razón después de esa sección sus erecciones no bajaban, y aunque caminaron por el jardín algún rato, lo único que hacían era ponerse cada vez más duros al ver el sonrojo del contrario.
–Este... Ciel... –Sebastian llamó tímidamente al chico quien estaba mirando al pequeño charco de barro. 

–¿Sí? –Preguntó también algo avergonzado, vaya, ya empezaba a doler lo que tenía en sus pantalones.
–¿Vamos al baño? –Ciel sintió que sus mejillas se hicieron aun más rojas y miró de reojo a su demonio.

–Eh... –Tartamudeó y se volteó para quedar en frente de él, carraspeó y le sonrió.
–Vamos ¿Sí? –Sebastian estaba necesitado, se notaba por su actitud y sobre todo por sus pantalones.
Ciel lo pensó por un momento, sería demasiado vergonzoso que alguien los descubriera en plena sección de sexo, pero al final de pensarlo, sería divertido tener sexo en el baño.

–E-está bien –La sonrisa de Sebastian fue indescriptible, terminó por asustar un poco al peliazul.

**

Los dos se escabulleron de una u otra manera hasta el baño, ignorando a las personas que les hablaban, tapaban con disimulo su entrepierna y solo caminaban lo más rápido que podían.
Por fin habían encontrado el baño en esa gran mansión, se sorprendieron de lo grande que era la habitación de los baños.
Los dos golpearon fuertemente contra la pared para besarse allí, sus respiraciones eran agitadas y aunque se quedaban sin aire solo se separaban unos segundos para seguir besándose, lo que estaba haciendo que se pusieran cada vez más duros. Ciel jadeó de repente cuando empezó a sentir un punzante dolor en su entre pierna.

–¿Te duele?
Ciel mordió el labio inferior de Sebastian y este lo miró lascivamente, el menor asintió levemente a lo que el mayor lo tomó por la cadera y lo llevó hacia los lavabos y lo dejó ahí, se dirigió hacia las puertas y les echó llave para que nadie entrara.
–T-tócame...
El demonio rio al escuchar a Jimin, se acercó a él y le quitó la camisa, sus pezones estaban marcados y erectos, se veían tan apetecibles que se quedó mirándolos por un rato.
–Si los quieres chúpalos ~
–Espera Ciel impaciente... –Sebastian se arrodilló y bajó en un momento los jeans y con ellos el bóxer, también se quedó viendo por algunos minutos el  miembro del peliazul que palpitaba por atención.
Sebastian se puso de pie y se quitó la camisa y el jean también, solo dejando que el pequeño pedazo de tela tapara su intimidad.
Se acercó al cuello de Ciel y empezó a lamerlo y chuparlo, este empezó a removerse y cuando iba a llevar su mano a su miembro para masturbarse mientras Sebastian le daba placer ahora en sus pezones; este lo detuvo.
–¿Eh?... –Preguntó confundido al ver que Sebastian sacaba un lazo del pantalón en el suelo y amarraba sus manos detrás de su cadera.
–No te muevas o te castigaré.
Joder cómo le ponía la faceta de Sebastian malo.
–Me puedes castigar ~ –Dijo pícaramente y vio cómo el miembro del demonio palpitó ante su sexy tono, se mordió el labio al ver que su pene ya sobresalía un poco de sus calzoncillos.
El mayor besó a Ciel y bajó de nuevo a sus pezones, adueñándose de ellos y chupándolos como si fuera un bebé, una que otra mordida no faltó. Luego bajó un poco y lamió su estómago y los alrededores de su ombligo, y entonces empezó a masturbarlo. Los jadeos se volvieron más frecuentes y más fuertes ahora que el mayor estaba besando en la pelvis y a la vez masturbando ese apetitoso miembro que lo enloquecía.
Después de unos segundos más haciendo su trabajo, un chillido de Ciel le hizo saber que pronto se correría si seguía así, a lo que solo se levantó y recibió un quejido por parte del menor.
–Voltéate. –El peliazul sonrió, ya sabía lo que venía y le encantaba, se volteó con cuidado y se puso en cuatro, su cara prácticamente quedó contra el espejo ya que no tenía cómo sostenerse con las manos, abrió sus piernas y esperó a que entrara.
Pero nada entró.
–O-oye –No podía voltearse porque su posición cambiaría y eso seguro no le gustaría a Sebastian, pero jadeó temblorosamente al sentir un líquido ser frotado por su entrada junto a dos dedos haciendo presión contra esta.
–Siempre es necesario el lubricante Ciel.
Ciel sintió que su demonio era todo un profesional en eso, joder, se lo follaría todas las veces que fueran necesarias mientras se sintiera tan bien como lo estaban haciendo esos dos dedos dentro suyo.
El menor al querer más, empezó a simular embestidas contra los ahora tres dedos dentro de él, Sebastian movió ligeramente los dedos hacia arriba y entonces gracias a un gemido de Ciel, supo que había encontrado su punto.
–¡Ahí! ~ A-ah...
Eso lo puso mucho más cachondo a lo que no se resistió más y solo se bajó los bóxer para sacar su erecto miembro y empezar a meter poco a poco. Pero a la mierda todo, lo metió de una sola estocada acompañado de un ronco gemido, porque estaba tan jodidamente apretado y caliente que se estaba enloqueciendo. Sebastian esperó a que Ciel se adaptara un poco y empezó a moverse con rapidez, estaba casi en su límite. Toda la habitación estaba inundada con fuertes gemidos por parte más que todo de Ciel quien sentía como el pene de su chico golpeaba cada vez con más fuerza en su próstata, llevándolo casi al éxtasis.
Y por su parte el mayor quien disfrutaba con cada gemido que daba el más pequeño y con el caliente interior que apretaba su miembro con fuerza.
–Ngh ~ M-me corro –Ciel chilló antes de apretar tanto su trasero que le sacó más de un suspiro a su novio y correrse en un mar de gemidos. Inmediatamente Sebastian después de esto se corrió dentro de él.
Ciel cayó al suelo aun con las manos atadas y el demonio se apoyó en los lavabos.
Eso había sido demasiado, estaban cansados y agotados, y ni hablar del desastre que habían dejado.

Después de recuperarse, organizaron todo y se dieron un tierno beso. Eso les había encantado, en especial a Ciel quien había descubierto que le gustaba la versión de Sebastian malo aunque más que todo a él le gustaba ser el que mandaba, no le molestaba ser poseído unas cuantas veces de esa manera por el "demonio caliente"
Salieron del baño y se dieron cuenta que ya estaba empezando la cena. Corrieron rápidamente a sentarse en la mesa disimuladamente como si nada hubiera pasado. Rieron por un momento y empezaron a comer en pequeños murmullos coquetos. 
Así terminó la noche, con ellos felices por lo que acababan de hacer y preparándose para la siguiente ronda.

N/A: ¿Quedó muy cutre? Lo siento ;-; 
Espero que les haya gustado igual que lo subí dos días después :v no me maten, vótenlo, comenten y pos sha <3


Ciel x SebastianWhere stories live. Discover now