Capitulo 10: Asombro

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Estaba roto. Esa era la definición correcta para aquel hombre de lacios cabellos negros, se preguntaba cómo es que había llegado a tal situación si hacía unos meses sentía que tenía todo lo que pudiese pedir, Salud, Dinero, amor.

Y si bien en un principio por un enojo del momento había abandonado al amor; Luego de razonarlo había llegado a la conclusión qué realmente era lo mejor para ella, lo que no se imaginó que dejar en libertad la persona que amas, iba romper lo más profundo de tú alma, al principio había sido un poco fácil intento imaginar que se trataba de dejarlo por un tiempo y cuando fuese el momento exacto para ambos volver.

Desconocía que le había dejado del camino libre a ese sujeto para robársela, para arrancársela de sus brazos, y eso más que dolerle, le retorcía el estómago.

Los había visto un martes por la tarde, mientras pasaba cerca del colegio de Pan, lo había visto abrazándola y estrujando el cuerpo de Pan, el cuerpo de quien el mismo había poseído tantas veces.

Casi había tenido un accidente, les había gritado a todos en su oficina ese día, odiaba a ese asqueroso hombre que había tenido la osadía de tocarla.

No había razón para sus celos, había sido él quien la había alejado, había sido él, que después de que su coraje había pasado, decidió que ella tenía derecho a vivir situaciones como cualquier adolescente normal, sabía que, si bien había tanta diferencia en la edad, ambos buscaban cosas diferentes.

La había escuchado hablar de su vida, que deseaba ir a estudiar al extranjero – lejos – le dio una punzada en el pecho, había sido una de esa madrugada que después de juntar sus cuerpos y amarse, se quedaban charlando, mientras comían algo o veían alguna serie o película.

Goten no la quería lejos, Goten la amaba. Pero decidió callar sus sentimientos por el bien de ella, no quería atarla, solo quería que ella fuese libre, y le permitiese estar a su lado.

El hombre de cabellos negros se levantó de la cama, rondaban las tres de la tarde cuando eso sucedió, había pasado la noche en vela, tenia un aspecto asqueroso ­ – pensó para sí mismo – camino hacia la cocina, busco en la refrigeradora a lo que comer, y se lamentó por solo tener un medio limón y una caja de huevos vacía.

Soy un asco. – Dijo para sí mismo, la soledad de su departamento no había hecho más que hacer de su proceso de duelo un infierno, cuando no quería pensar en esa chica hermosa de ojos alegres, no había nada que hacer. La televisión se había descompuesto, y los técnicos de la empresa hacia quince días habían quedado de ir a reparar.

Cada noche siempre terminaba pensándola en el silencio de su habitación, siempre con las mismas preguntas rodeándole la cabeza ¿Estará bien? ¿Aun sentirá algo por mí?

El teléfono del hombre comenzó a sonar y este contestó.

¿Dónde demonios estas? – dijo una voz masculina al otro lado de la línea.

Ya voy saliendo, sí – mintió. – hay tráfico en la avenida.

Ajá, por eso escuchó muchas bocinas de autos ¿No? - acusó el hombre.

Eres un grano en el trasero.

Te quiero aquí en 20 minutos, como no puedes estar en el cumpleaños de tu propia madre, eres un irresponsabl..

El hombre de cabellos negros colgó la llamada, con fastidio. Y se arregló lo más rápido que pudo, se miró al espejo y sonrió – Que guapo que soy.

La fiesta, de su madre siempre por lo alto, extravangantes como ella, y como todos en su familia, el jardín de una casa de eventos había sido adornados por mesas y toldos, la gente vestida con los más finos vestidos en colores pasteles.

CamuflajeWhere stories live. Discover now