"Capítulo 1: Asmodeo"

35 1 0
                                    


Una fina estela de luz en las que pequeñas y casi imperceptibles partículas de polvo flotaban sin rumbo, danzando entrecruzándose las unas con las otras; logró escabullirse por entre las cortinas de terciopelo café, hasta llegar a mis párpados que cubriendo estaban a mis ojos pesadamente. Poco tiempo transcurrió antes de que la luz se intensificara progresivamente, y con clara indisposición, empujé al colchón con ambas manos para tratar incorporarme, estaba más desorientado de lo normal y mi mente no lograba precisar si quiera una vaga reminiscencia de la razón por la cual estaba tan adormecido.

Con mis codos apoyados en las piernas y con ambas manos en mis pálidas sienes, observando el piso alfombrado de color café (Al igual que toda la ornamentaría del lugar) que suave se sentía entre los dedos de mis pies, de reojo pude ver la pequeña mesa en la que se encontraba un frasco vacío naranja, (propio de los medicamentos recetados como el adderall, entre otros fármacos), un cenicero de cristalera roja repleto de sus respectivas colillas y grumos de ceniza tan grises como dos cabellos que reposaban en mis piernas desnudas.- Ahora todo tiene sentido.- Pensé en medio de un golpe que me sofocó de la cruda moral.
Fue en ese momento que por fin logré recordar dónde demonios estaba, exaltado, eché un vistazo rápido a todo mi al rededor que ahora sabía, era un hotel al sur de la ciudad (y lo sabía por la familiar combinación del poco capital y la "extravagancia" de los hoteles de esta parte de la ciudad, no porque haya estado ahí antes, quien carajos sabe cómo llegué).
.-Mierda. Dije para mi mismo, o al menos eso pretendía. Al momento en que me puse de pie para ponerme mis pantalones, un bulto de silueta provocativa y cabello teñido de gris comenzó a moverse debajo de las sábanas con estampado de cebra que la cubrían.
Se dio vuelta y me miró casi tan desorientada como yo lo estaba al principio y después de frotar sus ojos hasta que se acostumbraren a la ahora intensa luz de la habitación.- ¿ya te vas?.  Me preguntó aquella chica de tez blanca y labios definidos, tan rosados como los pequeños charcos de lo que ahora sabía que solía ser Sizzurp, proveniente de los vasos que reposaban junto a ella.- Dijiste que podrías llevarme a casa de mi novio por la mañana. Repuso ella al notar mi desentendimiento.

Aquella chica era sencillamente hermosa, tenía unas facciones tan finas y delicadas como su mirada delineada de un negro intenso, un negro intenso casi como el que reflejaba su alma. Me ruboricé uno segundos antes de contestarle, lo admito: pero realmente habría preferido recordar su rostro por la mañana.

.- Esto... ¡Vaya que situación tan incómoda!... Bien, la cosa es... que la verdad tengo una emergencia, tengo que irme. Le dije mientras terminaba de embonar el botón de mis pantalones.
.-¿y qué demonios se supone que voy a hacer ahora? prometiste que me llevarías.
.-wow... ¿lo hice? parece que tengo que dejar de prometer estupideces. Pues, en ese caso... mira, esto fácil te alcanza para un taxi. Le dije, mientras dejaba algunos billetes junto al cenicero rojo. Y antes de que pudiera volver la mirada a ella, me dio la bofetada más grande que en la vida le han dado a alguien.
.- Eres un idiota ¿lo sabías? ¿que te crees? ¿que soy la clase de putas con las que sueles estar cada fin de semana?, no quiero tu sucio dinero, vas a llevarme, Asmo, así te tenga que llevar de los huevos.
La miré por unos segundos y me pregunté a mi mismo (¿porqué diablos sabe mi nombre y no yo el de ella?) no entiendo el porqué, pero eso me dio una señal de que hasta lo visto, había intimado más de lo necesario con ella sobre mi vida, así que decidí llevarla conmigo.
.- Bien... bien... Vaya, tranquila, chica, era solo una broma.

.- Pues tus bromas no me hacen gracia.

.- Es curioso que digas eso cuando acabas de despertar a mi lado. Le dije en tono condescendiente.

.- Si, si, lo que digas, lo tonto no te quita lo bueno.

.-Vaya, ya es un avance, al menos.

.-No te emociones niño, no quiero que te enamores de mi.

.-Ni de broma, cariño. El caso es, date prisa si quieres que te lleve conmigo, tenemos una parada que hacer antes...

"Entre sollozos y estrellas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora