"L'amour de ma vie"

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En una negra y afligida noche, en mi perpetuo estado de abstracción entre tristes reminiscencias y olvidados cronicones me encontraba paseando; cuando reposando ella estaba sobre un broncíneo banco que se encontraba en el parque principal de la ciudad, aquel sitio que marcó el inicio y el final de una historia que jamás imaginé que fuera escrita. Leía tan indiferente a todos que ni siquiera se percató de que mi presencia a pocos metros de ella se encontraba.

Hacía ya tanto tiempo que no contemplaba la magnitud de su belleza, sus cabellos perfectamente peinados, culminando en caireles onduladamente preciosos, junto a la inocencia de su mirada absorta, ésa misma mirada que me enloqueció al primer momento que mis ojos indignos se postraron sobre ella. Tener la oportunidad de verla ajena a todo el mundo que impetuoso la rodeaba; aunque por pocos segundos perduró esa dicha suprema, orgullosa y poderosa, bastó para hacer a mi corazón sonreír lo que restaba de la noche, cosa la cual cabe destacar, jamás había vuelto a suceder desde su intransigente e inesperada partida. Y ahí estaba, hermosa y tan pura, como si del lecho de las lágrimas de alguna divinidad magnánima hubiera nacido; impecable y celestial.

Pero el tiempo inclemente permanece entre nuestros ahora marchitos y destrozados corazones, que aunque físicamente separados, fortuitamente siguen atados en alma, fuertes ante el destino y todos sus cambios que éste nos deparó. Pero una cosa sigue siendo inconmutable y es mi fuerte esperanza de que algún día nuestros manos juntas permanezcan hasta que las cenizas del edén caigan.

"Entre sollozos y estrellas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora