Our Dark Side {Ruggarol}

Fase 2: Ataque y escape.

Había salido todo el plan a la perfección, como era de esperarse. Luego de conducir rápidamente, nos alejamos y bajamos del auto.

- Eso fué intenso - dije agitado y frotando mis ojos con ambos puños. Dí la vuelta al auto para poder estar cerca.

- Sí, fué increible. - calmamos un poco nuestras respiraciones y luego empezó a reirse. Su risa me contagió. - Mi mamá cree que estoy en casa de Valentina.

- ¿te está cubriendo?

- obvio, se lo pedí. Vale cree que estoy en una fiesta.

- Te ocupaste de mentirles a todos Mowgli. - reí.

- Vos también. Estoy recién captando y dándome cuenta de la locura que acabamos de hacer.

- Nunca lo hubiera hecho si no estuvieras, gracias. Cuando estoy con vos, me siento capaz de todo. - hizo una pequeña mueca simulando ser una sonrisa. Noté su mirada en mí, perdida, como si yo no supiera que me está observando. Mordió su labio y sus ojos apuntó directamente a los mios.

- Eres la tentación más dificil que me ha tocado resistir, Ruggero Pasquarelli.

- Soy irresistible, vas a caer.

- ¿Ahora eres el Chico Fresa? - sonrió y me encantaba cuando en sus ojos se notaba eso.

- ¿Qué esperas para besarme? No te hagas de rogar y relájate.

- Tengo miedo.

- ¿Miedo a enamorarte?

- Sí. Tal vez yo me enamore de tí y que no sea correspondido. Tengo miedo de tantas cosas. Soy humana después de todo.

- Déjame calmar esos miedos. - tomé su mano y la sentí temblar. Levanté la vista con toda intención de cautivarla así me bese de una buena vez.

- ¿Entonces solo amantes? - soltó una carcajada muy poco inocente.

- Me parece justo. - me prendí en su mirada. En ese momento, supe que esto tal vez no terminaría bien del todo si no teníamos cuidado. Pero también sabía que valdría la pena, ella me enloquese, me hace sentir de una manera inexplicable. Dejé de perder tiempo y ataqué, ataqué su boca para destruirla con mis besos. Nuestras lenguas salieron a jugar como dos niños que estuvieron esperando todo el día a hacerlo. La dirijí para que ella estuviera en contra del auto, lo cual me sirvió para tener control de la situación.

Hice presión con mi miembro y ella levantó una de sus piernas, para flexionarla y tenerla a la altura de mis caderas. Con una de mis manos recorrí desde la rodilla hasta su nalga izquierda, apretándola. Procedí a bajar hasta su cuello mientras ella hacía su cabeza para atrás, abriéndome paso a él. Dejé un chupón mientras gemía y me estimulaba más a succionar. La calentura del momento me estaba ganando.

- Quiero - usé todas mis fuerzas para que mi amigo haga presión contra el auto, haciéndola gemir desde lo más profundo de mi pecho. Continué agitado - hecerte mía aquí mismo.

- Nada te - recibió otro de mis impulsos hacia el auto. Reí jadeando porque no podía hablar de lo excitada que estaba. - detiene. Hazlo de una vez.

Mi pantalón estaba mojado por sus fluidos debido al roce de sus partes con la mía, ya que ella tenía esa pierna levantada. Procedí a alzar la otra, colgándola a mí. Presioné nuevamente mi cadera contra el auto provocandole otro gemido. Parecía drogado, sin darme cuenta de la realidad, porque una luz se acercó y un auto pasó rápido. Parecían ser unos universitarios.

- ¡Consiganse un cuarto! - dijo uno de ellos rápidamente mientras los demás reían.

Los dos reímos mientras ella apoyaba su cabeza en uno de mis hombros. Que vergüenza.

- Creo que hay que posponerlo - dije riéndome.

- Eso iba a decirte. - continuó riéndose y liberé el agarre de sus piernas en mi cadera. Subió al auto mientras que yo corría al otro lado para subirme.

Cuando la llevé a casa de Valentina ya eran las 4:46 de la mañana. Salió del auto y yo abrí la ventanilla del acompañante. Ella se apoyó en ella.

- No sabes lo que te espera mañana. - reimos al mismo tiempo, dejándome en un suspiro. La ví cruzando la calle y finalmente regresé a mi casa. Lo único que restaba hacer era el Paso 4.

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😦 Sin palabras.

Aztah luegoh pervertidas, Sofi.