Capitulo 17: Skinny love

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—Sí pero ya después de la fiesta me operaré. —Contesto tratando de sonreír. —YongGuk dijo que ya tenía el dinero.

DaeHyun miraba furioso la escena, la impotencia se estaba apoderando de su pecho quiso salir corriendo detrás de esos dos pero sabía que su madre una vez más lo regañaría giro su rostro para toparse con la persona que sostenía su mano, JongUp sonreía ante los comentarios de los chicos que lo rodeaban, estaba haciendo un maravilloso trabajo fingiendo ser su novio delante de todos, le estaba agradecido por su esfuerzo pero anhelaba estar con su verdadera pareja.

JunHong jugaba nerviosamente con la punta de sus dedos, pegaba su frente en la fría madera de la puerta que se presentaba delante de él, con ayuda de CAP había ideado un plan para que esa mañana en el departamento solo estuviera YonGuk, tenía varios días sin verlo, lamentablemente por la llegada de su hyung tuvo que cancelar la mayoría de sus citas, al inicio el remordimiento lo acosaba pensando que el mayor se molestaría por su abandono pero su pareja pareció no importarle, sus mensajes se volvieron intermitentes y extremadamente fríos, apretó la bolsa que llevaba con más fuerza tenía planeado llevarle el desayuno, hacer las paces, CAP le había comentado que últimamente el mayor no estaba comiendo bien y que se estaba sobrepasando con las horas de trabajo, introdujo la llave con nerviosismos tratando de no hacer ruido, el interior de ese lugar era todo un caos había fallidos intentos de recoger pero el desorden iba ganando la guerra, el rubio se alzó las mangas para dar una pequeña limpieza, metió la comida al microondas para calentarla. El sonido de un vaso estrellándose en el piso despertó al mayor de los Bang, se removió molesto en las colchas estiro su brazo para buscar el calor de Ren pero nuevamente se encontró a si mismo solo, había tenido una pelea con el menor provocando que no quisiera dormir con él, un nuevo estruendo lo termino de despertar se puso de pie furioso para dirigirse a la cocina.

—Trato de dormir.—Hablo levantando la voz, muy extraño en él pero sus pasos se detuvieron al ver al causante de tal alboroto, JunHong recogía los pedazos de una taza rota en el piso, llevaba un delantal que decía "Soy tu daddy", un paliacate en la cabeza que lo hacía lucir muy tierno. —¿Qué haces aquí? ¿Quién te dejo entrar?

—Quería darte una sorpresa, he traído el desayuno, auch.—El rubio soltó un pequeño quejido cuando sin querer se clavó un vidrio en el dedo, rápidamente el mayor se puso a su altura para limpiar la herida con su boca.— Lo siento si te desperté.

El mayor guardo silencio ya que se regañaba así mismo por sentirse tan feliz de verlo, lo había extrañado demasiado esos días, se moría por llamarle, por mandarle mensajes, pero su orgullo herido se lo prohibió, varias noches visito la mansión Choi pero siempre se encontraba con la desagradable vista de que ese sujeto estaba acompañando a su novio pero lo que más lo enfurecía era que el menor le mentía, sus excusas siempre se dirigían a sus padres pero nunca le comentaba la llegada de su antiguo amor, le lastimaba su traición.

—Ten más cuidado pudiste haberte lastimado. –Las palabras salieron sin pedirle permiso no podía evitar preocuparse por él.—Anda es mejor que te vayas a casa.

—Gukkie yo, yo,..—El menor balbuceo, trataba de rogarle que no lo mandará a casa, quería quedarse a su lado, hacer el amor hasta que la noche los alcanzara, de un rápido movimiento se colgó del cuello del mayor para besarlo, no le agradaba que fuera tan frio, tan distante, le lastimaba que lo trata de esa manera, sus labios fueron correspondidos con la misma emoción.—Te extrañaba deja que me quede un rato mas por favor.

El rubio sintió como todo su ego era derrumbado por aquellos hermosos ojos, su puchero lo invitaba a rogar por más caricias, se puso de pie con el rubio en sus brazos lo sentó sobre la cama para continuar pegado a su cuerpo, llevaba unos pantalones holgados y una camisa sin mangas que dejaban ver sus costados poso sus manos sobre las definidas caderas del rubio, repagándolo más a su cuerpo, se ahogaba en su calor, en su pasión, por primera vez alguien había conseguido domarlo, controlarlo, el rubio acaricio aquellos hombros desnudos, los mordió con hambre, sus piernas se enredaron en esa cadera, quería olvidar sus miedos, su traición, la falta de aire los separo.

Never give UpWhere stories live. Discover now