18. Los rescatistas

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Katniss:

-¡Nooo! ¡Las van a matar! ¡Tenemos que hacer algo! ¡Hay que ayudarlas! ¡Hay que enviarles algo! ¡Lo que sea! ¡Algo que las ayude! - Tiemblo incontrolablemente de pies a cabeza, ver a mi hija ahogarse y ser atacada por pirañas era mucho más de lo que podía soportar. Tengo que ayudarla, lo sé. Pero no encuentro nada que pueda ayudarla.

-Katniss, tranquilízate. -Susurra Finnick al lado mío, pero es imposible hacerle caso.

Miro a Peeta, él está mirando fijamente a la pantalla, serio como nunca lo he visto en mi vida, con el rostro pálido y lívido. Yo tengo el rostro empapado de lágrimas y sudor. Dejo de gritar y vuelvo la vista a Finnick.

-¿No hay nada que podamos hacer para ayudarlas? -Le pregunto en un sollozo bajo.

Como él me abraza y no dice nada, sé que no tenemos nada a nuestro alcance para sacarlos de allí. Cualquier cosa que les enviemos, sería en un paracaídas y ninguna de las dos está en condiciones de abrirlos. No van a poder salir.

No le he prestado atención a los demás indicadores, a la distancia con el tributo más cercano ni a nada que no sea lo que sucede en pantalla. Pero es Peeta quien lo nota.

-Tienen tres tributos a cien metros, ¿quiénes son? -Pregunta.

Finnick me suelta para mirar el mapa de la arena y los tributos que están cerca.

-La chica del 7, la del 8 y el otro tributo del 12. -Responde.

La distancia se acorta hasta llegar a diez metros. Los chicos están en la orilla del río, observando el hueco generado en el hielo y el extraño movimiento del agua.

-Tírenle una red a esos chicos, a ver si con eso pueden sacarlas. -No sé en qué momento Haymitch apareció detrás nuestro, pero obedezco inmediatamente. Sé que en estos momentos él puede pensar con mucha más claridad que Peeta y yo y además, tiene más experiencia ayudando a tributos en la arena.

El paracaídas cae, Tiffany lo recoge y ve el número 12 inscripto en él. Se lo entrega a Nataniel, quien lo abre y empieza a desenrollar la gran red que hay adentro.

-¿Qué creen que haya en el agua? -Pregunta Helen asustada.

-Ya veremos. -Responde Nataniel, tomando en ambas manos la red y acercándose por el borde de hielo lo más cerca que puede a la zona en la que el agua se mueve.

Mete la red adentro, y comienza a tirar para sacar algo, o a alguien. La cabeza de Holly Smith sale a la superficie, tiene heridas de mordeduras en el rostro y en los brazos, pero está consciente.

-Kim está allí dentro. -Dice con voz débil, tosiendo, al poder recostarse sobre la capa de hielo. No parece capaz de caminar o de poder moverse, pero las otras niñas se acercan a ella, la toman en brazos y la sacan hasta la orilla, sobre la nieve que cubre la tierra firme.

Nataniel intenta sacar a mi hija del agua, pero Kimberly está inconsciente, no puede sujetarse a la red como lo ha hecho Holly, de modo que la tarea es mucho más difícil. Tiffany Taylor lo ayuda, pero no consiguen engancharla. Siento unos brazos rodeándome, en principio creí que se trataba de Haymitch, pero luego lo veo al lado mío y comprendo que no es él, tampoco es Peeta ni Finnick. Me doy vuelta y veo a Johanna abrazándome y observando lo que sucede con el rostro serio. Vuelvo a mirar la pantalla, Nataniel se ha quitado la campera y decide meterse al agua. Tiffany le asegura que lo ayudará a salir luego. En la orilla, Helen se ha quitado su propia chaqueta y ha obligado a Holly a aceptarla.

-Tienes que quitarte la ropa mojada, lo siento, pero no es momento para ponerte pudorosa. -Insiste ante su negativa de quitarse la remera y el sostén. -O te quitas todo, o te mueres de hipotermia.

Resignada, Holly le hace caso. En el torso también tiene marcas de los dientes de las pirañas. Miro el agua, en donde Nataniel parece estar luchando contra las pirañas, Tiffany tira la red, pero él aún no se sujeta a ella. Finalmente lo hace, y la niña comienza a intentar subirlos, pero el peso es demasiado para ellos.

-¡Helen, necesito una mano aquí! -Grita, en su voz se muestra el esfuerzo que hace.

Helen Shadows corre hacia ella, en el camino, resbala en el hielo y vuelve a levantarse. Ayuda a Tiffany a levantar y los dos chicos del Distrito 12 salen a la superficie. Nataniel ha sufrido varias mordidas, pero no se fija en ellas. Coloca a Kim en el hielo con suavidad y trata de hacerla reaccionar. Observo a mi niña con pavor, su rostro está pálido como la nieve, con marcas de mordidas, al igual que gran parte de su cuerpo. Está inconsciente sin duda, y Nataniel ha apoyado su oído en su pecho, comprobando que está viva. Peeta aprieta mi mano, me rodea con un brazo y me atrae hacia sí, comienza a acariciar mi cabello. Es horrible ver cómo tu hija puede estar a punto de morir y no hacer nada, no poder hacer absolutamente nada. Comienzo a llorar casi desesperadamente, sin ser capaz de dejar de mirar la pantalla.

-Vuelve, Kim -grita Nataniel mientras le palmea las mejillas - Vuelve, Kimberly. Vamos, abre los ojos. Vuelve, vuelve, vuelve, vuelve... ¡Vamos, Kimberly!

Primero noto que se mueve un poco, luego tose y escupe agua, y finalmente abre los ojos. Murmura algo inentendible y vuelve a toser. Dejo de llorar, sé que estará bien.

-Ya vengo. -Susurra Peeta y se pone de pie. Lo miro, sorprendida de que salga de aquí en este momento, pero veo que va a la sala donde están los espectadores y patrocinadores. Lo comprendo, los chicos necesitarán varias cosas. Finnick se pone de pie, besa a Annie y sigue a mi marido.

-Kim, ¿estás bien? -Pregunta asustado Nataniel. Ella lo mira con una expresión confundida en el rostro.

-Nat... -Murmura en voz baja -Sí, estoy bien.

-Quítate la ropa mojada, aquí está la chaqueta de Nataniel, póntela. -Ordena Helen Shadows. Kim se sobresalta, al parecer no había notado que ella estaba allí.

-Tranquila, -le dice Nataniel -ella es nuestra aliada. Es Helen Shadows, del 7. También estamos con Tiffany Taylor, del 8.

El retorno de los juegos del hambreWhere stories live. Discover now