15. Las aliadas

8K 389 7
                                    

Kimberly:

Hambre, sueño, hambre, sueño... No sé decidir qué es más urgente. Voy caminando por el bosque, con mis sentidos en alerta a ver si escucho a alguien cerca. Hago un esfuerzo por reprimir el sonido de mis grandes bostezos. Creo que lo mejor sería que primero busque un lugar para dormir y luego intente hacerme con algo de comida. No hay plantas, solo árboles sin frutos. Así que tendré que cazar. Ahora tengo armas, algunos cuchillos que le he quitado a la chica del Distrito 1. Cuchillos y piedras. ¿Cómo haré para matar a un animal con cuchillos y piedras?

Los párpados me pesan, buscaré en dónde dormir, y ya veré cómo conseguir algo que comer más tarde. Descubro unos grandes arbustos detrás de unos árboles, y decido que ese sitio será mi refugio. Aparto la nieve del suelo, hasta llegar a la tierra, y allí me acuesto. Saco un cuchillo de mi cinturón y lo mantengo en mi mano, mientras pienso en dormir haciendo el mayor esfuerzo por escuchar lo que sucede a mi alrededor.

Parezco Haymitch, durmiendo con cuchillos. ¿Y acaso mis padres no duermen con el oído atento todas las noches? De pequeña, muchas veces quise sorprenderlos llevándoles el desayuno a la cama. Por más temprano que me levantara y entrara a su cuarto con la bandeja de café, pasteles y demás cosas, siempre los encontraba despiertos.

-¿Por qué siempre se despiertan tan temprano que no me dan tiempo de despertarlos con una sorpresa? -Pregunté enojada una vez cuando intentaba hacer eso.

Mis padres rieron, y luego mamá me dijo:

-En realidad, siempre te escuchamos cuando te despiertas. -Explicó sonriendo.

-¡Pero si camino despacito sin hacer ruido! -Exclamé frustrada.

-Mamá y yo siempre dormimos atentos al más mínimo sonido, por si Stephie se despierta de noche y necesita algo. -Dijo mi padre. Para ese entonces yo debo haber tenido unos ocho años y Stephanie uno.

No volví a pensar en el hecho de que mis padres durmieran atentos a todo lo que ocurre a su alrededor en los nueve años que pasaron hasta este momento, cuando acabo de comprender que ellos deben dormir en alerta desde que estuvieron por primera vez en la arena. Seguramente yo haré lo mismo si es que salgo viva de aquí.

Turner me toma de la mano, acabamos de salir de la escuela y me invita a pasear, vamos a la Pradera, nuestro lugar preferido. Caminamos, arranca algunas flores y me ofrece un pequeño ramo, charlamos, nos besamos. Siento unos pasos cerca nuestro, es la chica del Distrito 1. Tiene un enorme moretón y una venda en la cabeza, pero se acerca a Turner amenazandolo con sus cuchillos.

Despierto sobresaltada al comprender que los pasos son cerca de mí. Me levanto tan de prisa que me raspo con las ramas de los arbustos que me ocultan.

Siento alguien que ahoga un grito. Holly Smith, la chica del Distrito 4 está frente a mí. Por su sorpresa, creo que no esperaba encontrarme ni estaba buscándome, sino que caminaba por allí sin saber que yo me encontraba en el lugar. Da unos pasos hacia atrás, hasta quedar con la espalda pegada a otro árbol.

Yo no me he movido, observo el hacha que tiene en su mano. ¿Intentará matarme? Si lo hace, no creo tener posibilidades de defenderme con los cuchillos que tengo. ¿Y si subo al árbol? ¿O mejor salgo corriendo? También retrocedo unos pasos, hasta quedar también pegada al árbol.

No sé cuánto tiempo pasamos mirándonos a los ojos. En algún momento, comprendo que ella tiene tanto miedo de mí como yo de ella.

-Me alegro de que no te hayan encontrado los profesionales. -Digo, y estoy siendo totalmente sincera.

-En realidad me encontraron, maté a uno y salí corriendo. -Responde.

-Te vi pasar corriendo bajo el árbol en el que me ocultaba. -Le cuento. No sé por qué estoy haciendo eso, pero es lo único que se me ocurre hacer.

-¿Entonces eran tuyas las huellas? Me alegro también de que hayas podido escapar. Y ahora sé que hice lo correcto al apartar a Jim de tus pisadas. -Murmura.

-¿Tú apartaste a tu compañero de mis pisadas? -Pregunto atónita. No entiendo por qué lo hizo. -¿Por qué?

-Bueno... no me parece bien ir dos contra uno a matar a alguien que no te ha hecho nada. -Explica como si fuera lo más obvio del mundo. -No es bueno matar personas.

-Ya lo sé. -Contesto.

Seguimos mirándonos sin decir nada, como si fuéramos incapaces de hablar. Ahora podríamos irnos, las dos sabemos que una de las dos no matará a la otra. ¿Por qué no lo hacemos? ¿Desconfiamos? ¿De verdad una parte de mí teme que Holly Smith me clave el hacha por la espalda si continúo caminando hacia el bosque? No lo sé.

-Parece que somos las únicas que pensamos así aquí dentro. -Murmura, luego frunce el ceño como si pensara algo. -¿Quieres que seamos aliadas? -Me pregunta de repente.

La miro como si fuera la primera vez que la veo. Debe tener más o menos mi edad, es alta, delgada, de cabello castaño claro ondulado que cae hasta la mitad de su espalda, sus ojos son verdes. Realmente sería bueno tener una amiga aquí adentro. Y podemos ganar hasta tres tributos. Incluso, si pudiéramos ganar ambas, podríamos ser amigas luego, ¿o no voy al Distrito 4 cada verano de vacaciones?

-Me parece una idea excelente. -Le digo sonriendo. Nos acercamos una a la otra y estrechamos nuestras manos.

Holly está tan cansada como yo, también ella ha pasado la noche huyendo. Miramos a nuestro alrededor a ver si hay alguien cerca, y decidimos dormir en el escondite de los arbustos en el que yo estaba. Holly asegura que es bueno, que no me había visto hasta que no salí de allí y que si me hubiera quedado en ese lugar ella habría pasado por mi lado sin notarlo.

-¿Sabes? Si somos aliadas y llegamos al final en menos de cuatro semanas podríamos ganar ambas. -Dice Holly de pronto.

-Lo sé. -Respondo sonriendo. Aunque también quiero que gane Nataniel y para eso los Juegos del Hambre deberán durar dos semanas, y tendremos que encontrarnos para hacernos aliados.

En algún momento, nos quedamos dormidas. Me doy cuenta de que aún no confío del todo en Holly, por algún motivo mantengo mi mano en el bolsillo en el que tengo el cuchillo y no cierro los ojos hasta que ella no está completamente dormida. Cuando despierto, Holly sigue durmiendo, me levanto intentando no despertarla, pero apenas me muevo, ella abre los ojos.

-¿Qué pasó? -Pregunta.

-Nada, solo me desperté y quiero ver si hay algo que sirva para comer en este bosque. -Le respondo.

El retorno de los juegos del hambreWhere stories live. Discover now