Expediente 1: Samara Jones

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—John en cuanto escuches esto regresa al apartamento... Y cambia ese dichoso mensaje de voz.

Y con una mirada seria colgó la llamada, apagó la pantalla y volvió a guardarle en su pantalón

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Y con una mirada seria colgó la llamada, apagó la pantalla y volvió a guardarle en su pantalón.

—Bueno, Mycroft, comience a hablar —pidió estricto John.

El mayor de los Holmes dio un último sorbo a su té y lo saboreó con demasiado placer, tanto que John se quedó observándole extrañado, quizás notando algo de asco por ello, aun así, no pudo definir con exactitud qué fue lo que sintió. Dejo la taza y sobre el plato en la mesita que tenía a un lado y limpió sus labios con delicadeza.

—Bien, Doctor Watson, lo que tiene aquí es el informe sobre el asesinato de Samara Jones, quien es la madre de la pequeña que llegó con ustedes.

—De acuerdo —respondió confuso y retomó la vista a los papeles—. ¿Y por qué ustedes tienen un caso tan simple de homicidio? Eso es trabajo para Scotland Yard.

—Bueno, Samara Jones fue una mujer que causó ciertos problemas al gobierno de Inglaterra —John le miró sorprendido y al mismo tiempo a la fotografía de Samara. ¿Cómo era posible que esta hermosa mujer estuviera en líos con el gobierno británico? —. Entiendo su sorpresa, Doctor —continuó Mycroft—, sin embargo, varios errores que hizo en su juventud nos causaron un muy fuerte dolor de cabeza.

—¿Qué fue lo que hizo? —cuestionó preocupado.

—Estuvo bajo investigaciones por casos de terrorismo, bombas en las estaciones de metro, amenazas al parlamento... —reveló como si nada.

—¡¿Era una terrorista?!

—Doctor Watson, usted definitivamente es de oídos sordos. ¿Qué parte no ha entendido? —preguntó irritado.

—¡Ok, Mycroft, explíqueme bien! —exclamó alterado. Él rodó sus ojos.

—Hace diez años, tuvimos un caso de un terrorista suicida en las estaciones del metro londinense. No sé si lo recuerda, Rupert Casey.

—¡Oh sí! Lo recuerdo.

—Cuando pasó aquel trágico incidente, como bien ha de recordar, fueron más de treinta muertos y cien heridos.

—Sí, fue algo terrible —objetó seco.

—Toda una gran tragedia para Londres ese día.

—¿Y esto cómo involucra a Samara Jones?

Mycroft se movió de su asiento y acercó su mano a la pequeña mesa donde Watson había revuelto todos los papeles y tomó uno para enseñarle por qué involucraban a la madre de Bell.

—Cuando investigábamos con respecto a Casey, supimos que vivía con Samara Jones y un tercero que nunca pudimos identificar, y en ese tiempo arrestamos a Samara. Negó toda relación con respecto al ataque y ella aseguraba no conocer los planes de Casey; nos decía que era un tipo raro más nunca imaginó que fuera un terrorista.

La Niña que llegó al 221B de Baker Street. 【E D I T A N D O】Where stories live. Discover now