Memories

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Eras el color, me dejaste sólo, hundido entre tonos pálidos y fríos.

Tres destinos se movían bajo el mismo ritmo, pero a una frecuencia diferente. ­

Chris observaba con añoranza la ciudad que había dejado atrás hace tiempo. Se preguntaba si había sido la mejor decisión. Ahora no existía aquella "parte" de él en esa ciudad que ahora visitaba. Estaba solo y eso le afectaba más de lo que pensó en un comienzo. No creyó que regresar y sentirse abandonado le afectara en esa magnitud.

Guy no estaba ahí para guiarlo cómo en otras tantas ocasiones. Ni si quiera para recibirlo. ¿Dónde podría estar ahora? ¿Qué lugar tan lejano lo habría recibido? Incluso esta vez... Se sentía más perdido que al comienzo.


Guy reposaba bajo las mantas, sintiendo afuera el color frío que ahora era el único para sus ojos. Una irremediable soledad se negaba a desprenderse de él aunque estuviera acompañado de una persona maravillosa. Le dolía saber a Chris muy lejos, entre otras vidas, otros amigos, y  saber que jamás regresaría. Se hundió más entre la oscuridad que lo cubría y le otorgaba calidez.
Pronto no estaría sólo.
Entremedio de su dolor una mirada verde le hizo sonreír y entregarse al sueño.


Caminaba con el maletín a los hombros, preocupado en parte por sus dudas y por su compañero enfermo. El trabajo se volvía cada vez más pesado, pero el castaño hacía fácil olvidarlo.

Guy era frágil y asombrosamente fuerte en la misma línea. Tuvo suerte de encontrarle en esa ciudad.  La temperatura subía y las personas se adentraban a sus hogares, la noche en esa ciudad llegaba antes de lo establecido. Apresuró sus pasos, sin esperar lo que vendría.

Chris observó el edificio desgastado.  Trayendo consigo infinidad de recuerdos. Pensó que no perdería nada con saludar a su antigua casera y saber si él departamento seguía vacío. De ser así podría quedarse un momento a recordar, sonaba mejor que aceptar que lo que decidió no era cómo esperó. Subió encontrándose con la amable mujer que le saludó con efusividad.

—¡Tanto tiempo, Martin!
—Ha pasado tanto, ¿no es así? —se apresuró a devolver el abrazo con una sonrisa—. Me gustaría ver el departamento, sí es que no está ocupado.
—¿Vienes a ver a Guy, cierto? El pobre ha cambiado mucho desde tu partida...

Chris se quedó en shock por un instante, ¿Guy seguía ahí? No era posible ¡sí en la carta había sido claro en qué se iría y qué él¡... No debería volver.

Se sintió estúpido al entender ahora lo que no comprendió antes. Él castaño era el tipo de persona que haría algo así sólo por mantenerte feliz.

—¿Puedo pasar?
—Claro que sí, le dará gusto verte. Más ahora que no se encuentra muy bien.

El rubio evitó preguntar sobre lo último y prefirió apresurarse a verlo. La casera le ofreció una llave con total confianza, después de todo vivió ahí un largo tiempo. Mientras corría por las escaleras emocionado, no lograba prepararse para verlo nuevamente ni tenía idea alguna de que diría, sólo sentía un intenso deseo de abrazarlo. Lo demás vendría después.

Entró en silencio, dejando sus cosas a un lado, la habitación estaba en completa oscuridad. Caminó observando las pequeñas paredes dió un vistazo por la ventana, la ciudad ya se había inundado de la noche. Volvió la vista a la cama y en su rostro se dibujo una sonrisa, podría adivinar de quién se trataba aún a una distancia considerable. Se acercó lentamente, arrodillándose y deslizando sus manos por entre las mantas, observó el cabello castaño asomarse levemente bajo ellas. Sintió tanto que se mareó en ese momento. No quiso despertarlo, quería verle así un largo rato, pensar en las palabras correctas para dar una disculpa que no bastaría. Hundió su rostro en la calidez que producía el castaño, cómo tantas otras veces fue consolado por él.

GRAVITY (Berrytin)(Coldplay)Chris Martin/Guy Berryman/Jonny BucklandWhere stories live. Discover now