Amor Prisionero de tus encantos ♢Yuri♢

IV.

Tus miradas serias me demostraban el odio,
¿que he de hacer en mis anteriores vidas para tener tan mala suerte con la unica persona que he de amar con tanto fervor?
No me importa ser maltratada, que los mil demonios me castiguen por mi falso cometido, pero que vuelva a mirarme con esa sonrisa y no con celos.
Celos en vano cuando solo la quiero a ella,
Sentí un fallo por amar a una mujer,
Pero no puedo evitarlo,
Aún cuando esto sea prohibido,
Mi corazón es capaz de ir más allá con tal de tener felicidad,
Que el infortunio se desvanezca con solo una persona, ella,
mi salvadora, mi ángel, mi perdición deseada.
Tras cada día tu luchabas por ocultarme y despreciarme más...
¿que sentido tiene vivir con el desprecio de la unica persona que te ha recibido?
Soy la peor, intento complacerla.
He dejado que me humille cuando desee,
Con esto logro ver su rostro dirigirse a mi...
En el banquete sentía una mirada mientras era obligada a permanecer al lado de los asientos,

-¿que hace una bella dama tan solitaria?-pregunto un hombre, parecía importante.

-disculpe señor, por favor no preste atención a mi insulsa presencia, solo sigo ordenes-

-¿y si ordeno que me deje pasarla con usted?-

-¿desperdiciaría su valioso tiempo en una simple sirvienta?-

-¿y quien dice que usted es simple? Me parece una gran rebaja a su persona, parece alguien sentimental, fiel, inteligente, culta, amable-

-por favor no siga, no tiene sentido seguir la conversación-

-¿por que ha de ser tan fría con un simple caballero?-

-¿simple caballero? Simple es quien no trae tales ropas de alta costura, de manos que demuestran más trabajo y que su piel ha de ser quemada por el sol por el arduo trabajo a sol, usted es todo lo contrario-hizo reír al chico quien se acerco a ella.

-quizá tengas razón, ¿cual es su nombre?-

-¡May!-grito Marie-¿recuerdas mis ordenes?-se avergonzó y bajo la mirada-señor Eduard por favor venga con los demás-

-¿como haz de tratar a una chica así?-pregunto molesto.

-...usted no se entrometa-

-si lo haré, ¿no tiene respeto por los demás?-

-claro lo tengo, pero si ha de cometer un error se debe castigar-

-...esto es indignante, disculpeme Madame Marie, pero no voy a aguantar que trate así a esta señorita-

-¿y que harás?-

-señorita May ¿desea venir conmigo?-

La mirada perdida de Marie expreso por ambas el desconcierto por la realidad.

Tal parecia una imagen de novela irreal,
May miro al hombre, pero miro a su ama.

-no esta a la venta-grito molesta- May ¿abandonarás a la unica que te acepto y cuido?-bajo la mirada, el chico intento insistir, pero acabo con el auto-control de Madame Marie.

Esta llevo a su sirvienta hasta alejadas de ellos, su cuarto.

-¡eres una zorra!-grito furiosa abofeteando a May, esta no habló, se quedo tirada en el suelo sin aguantar llorar- me haz quitado ya a dos hombres, ¿crees es facil satisfacerme con pocas cosas?-la agarro del mentón con odio-pensé no hacerte nada, pero me harte, hoy pagarás-

Con esas palabras llenas de odio la beso,
Pero no era el beso perfecto ni deseado,
Tanto rencor en esas mordidas que dolían,
Sintio su cuerpo ser acariciado con fuerza de garras y sus labios ser llevados por el compas de los otros.

-a-ama-gimio asustada.

Su temor fue a más cuando sintio las manos de esta en sus senos desnudos,
Como sus pezones hiceron caso al sentir de las manos suaves de esta.

Intente detener una de las manos que iba a mi zona... deseaba tu atención, pero...
¿de esta manera?

Gimió asustada, la sorpresa de su ama, aunque inciara con odio fue lentamente calmandose para acabar con suavidad aquellos toqueteos de su cuerpo.

Pasando por las marcas del odio para sanar con su amabilidad innata, como si fuese magia irrealista.
Los besos fueron más y más afectivos,
Pero mortales que a cada uno se hundía en los más profundos sueños ahora reales que aclamaban por su atención.
¡Cuanto deseaba gritarle su amor! ¡A su mundo! ¡Su todo!
Sentir su respiración chocando en su cuerpo, como su corazón latia como un
maniaco.
¿sería la nueva experiencia o el amor mutuo?
No le importaba ya a ese punto,
Aun cuando no fuera amor...
La tenía, finalmente tenia su atención nocturna.
Dio su corazón a cambio del placer carnal,
Jamás probado,
entregándose al más puro de los deseos,
Que su piel se fundiera con la otra,
Que no pudiese seguir pensando en algo más,
Como su cuerpo se movía a cada provocación,
Como su boca dejaba salir los ruidos que jamás creía saldrían.
Su más recondito secreto fue descubierto y usado al placer,
por esas manos que jamás creía lo harían,
Ninguna palabra fue pronunciada ni proclamada,
El silencio de palabras y el constante sonar de gemidos fue lo que las cubrió.

-Por favor... haz lo mismo por mi-susurro en si oido.

Su inexperiencia dejaba en claro que solo se dejo guiar por el amor,
Sus manos impuras tocar el ser más angelical del mundo,
Hecha por los mismos dioses para deleitar quien pudiera adentrarse con ella.

Esa noche fue convertida en el fin,
Fin de el tormento para solo una pizca,
Una misera muestra de cielo en los ojos de su amada.
¿era posible ver el cielo mismo e ir al infierno por ello?
Cruel destino prohibido del inconcebible amor entre chicas,
No tomaron las consecuencias de ser oidas, solo consecuencia del inicio llevando el placer hasta el más dulce clímax.