→CAPÍTULO TRES

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—Que inteligente, es un criminal.

—Alex...

—¡Es cierto, Bill! ¡Asesinó a mi mejor amiga!

Jacob hizo una mueca.

—Ahora que sabemos quién es el asesino ¿Qué haremos? Después de todo ya está muerto...

Alex hizo una mueca, eso no lo había pensado. Había esperado que el asesino este vivo para vengarse de él de la manera más cruel, pero no era así.

Era Will y estaba muerto.

[...]

—Hola Bill—el padre de las gemelas le abrió la puerta al rubio—. Es un gusto verte, gracias por visitarnos.

—No tiene de qué agradecer, John. Usted siempre será parte de mi familia.

El mayor sonrió y abrió más su gran puerta para que el chico pasara.

—Eres el único recuerdo que tengo de Channel...—puso sus labios en una línea—. Lo lamento, ya me puse sentimental... ¿A qué se debe tú visita? ¿Vienes a...?

—Sí, ordenar su cuarto, limpiarlo, lo de siempre.

El padre de las gemelas asintió y señaló las escaleras para que el rubio subiera.

El chico corrió por ellas y entró al cuarto de su novia. Todas sus cosas se encontraban en su lugar. Channel siempre había sido una fanática del orden.

Respiró profundo, aún olía a ella, tenía su esencia pero ya estaba empezando a oler a "guardado".

Caminó hacia el ropero de su novia y sacó su perfume favorito de vainilla y coco para echarlo en todo el lugar.

Agarró un libro que se encontraba en su velador y sonrió.

Orgullo y Prejuicio.

Arqueó sus comisuras hacia arriba al venir un recuerdo en su mente.

—Te pareces al señor Darcy.

—¿Yo? ¿Por qué?

—Eres un tonto orgulloso.

—¿Y tú eres mi Lizzie?

La chica lo miró sorprendida.

—¿Lo has leído?

—Sabía que te encantaba, así que lo leí para tener un tema de conversación en el cual puede verte emocionada.

La chica sintió un rubor en las mejillas antes de apoyar su cabeza encima del hombro del chico.

—Eres un tierno.

—Lo sé.

Sin poder controlarlo, los ojos del chico ya se habían humedecido.

Miró hacia la cama y relamió sus labios.

Uno de sus más preciados recuerdos había aparecido, recordaba ese momento como si fuera ayer...

Aún podía oírla, aún podía sentirla.

Su desnuda y cálida piel.

La chica se concentró en su libro y le explicó a su novio la clase que habían tenido hoy en la escuela ya que él no había entendido. Era un tema bastante sencillo, pero conocía a Bill, no era muy listo con las matemáticas.

—Y lo pasas a dividir ¿Entiendes? —El chico sonrió mirándola—. ¿Me estás prestando atención?

—Oh sí, sí, claro.

Who is Dead?Where stories live. Discover now